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EDITORIAL: Hipocresía en tiempos de guerra

El Gobierno “revolucionario” ha invertido hasta 55,5 millones de dólares en la compra de armas a Israel

El mensaje oficial habla del imperialismo israelí. El gobierno venezolano acusa a Israel de genocidio, apunta con la retórica, pero en la práctica no es consecuente, como es de esperar. Nunca lo ha sido. Tan sólo hay que seguir el rastro del dinero para desnudar al Ejecutivo que desde los tiempos de Chávez en el poder no se ha negado a comprar armamento israelí.

Para la “revolución” bolivariana los negocios son los negocios. Por eso poco importa otra cosa cuando de relaciones comerciales se trata. Según el Instituto de Investigaciones de Paz de Estocolmo (Sipri, por sus siglas en inglés), Venezuela canceló 7,5 millones de dólares por concepto de compra de 54 misiles Phyton para equipar aeronaves militares.

Los perros de la guerra felices. También en el año 1999 el gobierno de Hugo Chávez compró a Israel 40 misiles Barak-I por 20 millones de dólares que fueron entregados seis años después. Las compras también han incluido radares que han sido instalados en buques venezolanos, para un total de 55,5 millones de dólares.

Una suma que en nada va de la mano con el discurso en contra de las agresiones israelíes que tanto replican los medios gubernamentales y los altos voceros. Al igual que en la relación con Estados Unidos, principal socio comercial venezolano, son las acciones las que desnudan el verdadero talante del Gobierno nacional. Las incongruencias son muchas, en todos los aspectos. Una cosa es lo que se dice, otra muy distinta es lo que se hace. Por sus actos los conoceréis.