,

Cipriano Heredia: La crisis puede calentar la calle

Medidas económicas pueden terminar alentando las protestas populares de una manera espontánea.

Por Enrique Meléndez

El  abogado Cipriano Heredia considera que lo más probable es que el Gobierno no anuncie en una sola alocución el programa de ajuste económico que ha venido prometiendo, sino que lo hará a cuenta gotas.

En ese sentido, afirma que el anuncio del aumento del precio de la gasolina ya está en la calle, lo mismo que el de la unificación cambiaria.

Heredia es bogado con especialización en economía internacional y en ciencias políticas por la Universidad de Manchester, profesor de la Universidad Central de Venezuela, articulista expulsado de “El Universal”, entre otros medios, y presidente encargado de Alianza Bravo Pueblo en el estado Miranda, así como diputado del Consejo Legislativo de dicho estado.

Se esperaba que a raíz del Congreso del Psuv el presidente Nicolás Maduro hiciera los anuncios del nuevo programa de ajuste económico. ¿Qué piensa usted que pudiera ser la razón por la cual Maduro no ha procedido, en ese sentido?

— Sí, efectivamente en el mes de julio se creó una expectativa con respecto a las medidas que se iban a anunciar en el campo económico, dada la severa crisis por la que atraviesa el país y la obvia necesidad que tiene el Gobierno de implementar algunos ajustes para tratar de superar la situación.

No obstante, el  mismo presidente, después de que había creado la expectativa, anunció que el paquete de medidas no se daría a conocer sino a mediados de agosto, y la lectura que mucha gente le dio a esto es que iba a esperar a que pasara el Congreso del Psuv sobre el cual habían muchas conjeturas y si bien las cúpulas salieron aparentemente unidas, se ensancharon las diferencias entre esas cúpulas y las bases chavistas.

Ahora, yo creo que el paquete se ha venido anunciando a cuenta gotas. A lo mejor no presenciaremos una sola alocución en la cual se anuncien todas las medidas. Pero ya el tema de la gasolina es algo que se ha venido anunciando a su manera, y está planteado. Ya diversos voceros del Gobierno lo asumen como una realidad y lo único que están discutiendo es el cómo y el cuándo, pero el qué parece que ya está decidido. Además, se apoyan en unas supuestas encuestas donde, en teoría, la gente avala el aumento de la gasolina.

Otra medida que está en puertas también, anunciada de una manera más timorata, pero anunciada al fin y al cabo, es la relativa a la unificación cambiaria. Ese tipo de cambio se ubicaría en un nivel intermedio entre el Sicad I y el Sicad II; es decir, entre 11,30 y 50 bolívares. Como me decía hace unos días José Guerra: seguramente no será uno de los extremos, sino que será una cosa en un poco más en el medio, es decir, unos 30 o 35 bolívares.

Incluso, hay algunos que hablan de unos 40 bolívares por dólar. Eso significaría una nueva devaluación, porque, a pesar de que es menos que el Sicad II, todas las operaciones que se hacen hoy en día a 6,30 quedarían clausuradas y se elevarían a 30 o 35 bolívares.

A ese precio, entonces, el Banco Central de Venezuela ya no necesitaría seguir financiando a Pdvsa, como lo viene haciendo, a través de los famosos pagarés que le entrega la industria al ente emisor. ¿Qué piensa usted?

— Entendamos algo: en realidad, el paquete de medidas lo que busca es aliviar el flujo de caja del Gobierno. Este es un Gobierno que, insólitamente, está viviendo la más brutal de las bonanzas petroleras que haya tenido nuestro país en su historia. Van más de cinco años en los cuales el petróleo se ha venido vendiendo a precios muy altos. Incluso, el año pasado el promedio estuvo por encima de los 100 dólares el barril, y aún así al Gobierno no le alcanza el dinero.

¿Por qué no le alcanza? Porque el Gobierno tiene como políticas regarle nuestros recursos a países amigos por razones estratégicas; los principales beneficiaros de dichas políticas son Cuba, en primer lugar, y en segundo lugar el resto de países. Este es un Gobierno que tiene un nivel de gastos tremendamente altos.

Se trata de un Gobierno populista, profundamente irresponsable, corrupto. Ahí está la denuncia de los veinte mil millones de dólares que se robaron en Cadivi. Ahí están las denuncias del Fondo Chino.

De modo que estamos frente a un  Gobierno que, a pesar de que vende petróleo a esos altísimos niveles y que disfrutó durante mucho tiempo, resulta que no le alcanza la plata. Así que lo que está buscando es solucionar su flujo de caja. Y tanto el aumento del precio de la gasolina, como una devaluación, y, teórica y posiblemente, hasta unos nuevos impuestos, junto a los impuestos existentes constituyen un paquete fiscalista, que lo que busca es cubrir déficit y meterle plata al Gobierno en sus bolsillos.

¿Eso no impacta sobre el costo de la vida? ¿Qué piensa de la actitud del venezolano frente a esta situación?

— Yo creo que estas medidas pueden terminar calentando la calle de una manera espontánea. En los últimos días que yo he podido revisar que ha habido manifestaciones en Maturín, en Margarita, en Valencia, en Maracay, obviamente, en Puerto Ordaz, y se empieza a sentir en el país un malestar social, que tarde o temprano pudiera enrarecer el clima político.

Nadie desea que aquí haya un estallido social. Pero esa posibilidad está latente, dada la gravedad de la crisis.

El tema del aumento de la gasolina impacta más a la clase media que a las clases populares. Primero, porque la clase media es la que más se vale del llamado subsidio a la gasolina, a propósito de ese precio tan bajo, como se vende y, en segundo lugar, porque las clases populares no manejan mucho el tema relativo a los regalos petroleros, de modo que no causaría mayor ruido, en ese sentido. ¿Qué piensa usted?

— Con todo respeto te digo que las dos afirmaciones que acabas de hacer son relativas. La primera, en verdad, del subsidio a la gasolina nos beneficiamos todos. ¿Ah, que la clase media tiene más vehículos, etcétera? Eso es la verdad, pero también está el pobre que ha logrado reunir unos reales, sobre todo el de la clase D, y que  alcanza a comprar su carrito, aunque sea un cacharro.

Claro, en este momento los carros se venden a un precio extremadamente caro. Pero si uno sale a la calle, uno ve cualquier gran cantidad de gente de clase media baja que tiene un carro usado, viejo, y que también es beneficiario del subsidio a la gasolina. En todo caso, quien no tiene carro se beneficia del transporte público, cuyos pasajes no aumentan más de lo que han aumentado, en vista de que la gasolina es muy barata y el Gobierno no se ve obligado a subsidiarle la gasolina al transporte público.

Pero en el momento en que se apruebe un aumento en el precio de la gasolina o el Gobierno traslada los precios de la gasolina al transporte público, entre otras cosas, para que no se produzca una escalada del aumentos en dicho servicio, o el pasaje, irremediablemente, va a subir, y eso va a afectar, sobre todo, a las clases más bajas, que son las que más usan el transporte público.

En cuanto al segundo comentario, yo he visto encuestas en las que se plantea el tema de la regaladera al exterior y, al contrario de lo que acabas de afirmar ahora, he visto como ése es uno de los temas que la gente tiene más claro, así como el tema de la dependencia con Cuba. La gente sí critica eso.

Lo que pasa es que eso no es factor para hacerle romper antes, sentimentalmente, con Chávez,  y ahora su vínculo utilitario con el Gobierno. No le gusta que el Gobierno les regale a los demás. No le gusta. Lo que pasa es que también en la medida en que ello reciben algo, entonces para ellos eso no constituye motivo de ruptura con el Gobierno.

Pero está medido que eso no le agrada a los venezolanos, y por eso frente al aumento de la gasolina, más allá de la racionalidad económica, lo cierto es que uno como venezolano no se puede dejar de preguntar, primero, ¿por qué me vas a aumentar la gasolina a mí, si le sigues regalando a Cuba 50 o 60 mil barriles de petróleo y sigues dándole a un grupo de países petróleo a precios preferenciales o en condiciones absolutamente desventajosas? Ah, pero sí les vas a aumentar el precio de la gasolina a los venezolanos,

Según algunos comentarios son 110 mil barriles diarios de petróleo que se exportan a Cuba. ¿O no?

— Ciertamente, es una cantidad mayor a la que te acabo de decir. Pero una parte de eso, Cuba la usa y se supone que la paga con todas esas cosas que ellos dicen, que las pagan. Pero lo peor es que se ha detectado, y por eso me limité a hablar sólo de los 50 mil barriles diarios, que la mitad de lo que se envía para allá, en realidad, Cuba lo revende en el mercado internacional. Cuba saca plata de nuestro petróleo, además de todas las ventajas económicas que también obtiene.

Ha trascendido que el PIB del primer trimestre se ubica en -4,5%, lo cual representa una aparatosa caída de la economía. ¿Es por esto que el BCV todavía no se ha atrevido a publicar los resultados?

— Vamos a  desagregar la pregunta en dos partes. Voy a empezar por esto último: el BCV no ha publicado los resultados del PIB en todo lo que va de año. Porque fuentes extraoficiales han revelado que el segundo trimestre, incluso, fue peor que el primero, y no ha publicado otra serie de índices, que está obligado a publicar.

El BCV viene jugando con los índices de inflación, los publica a discreción, los publica en momentos absolutamente inapropiados o, incluso, ilógicos, como ocurrió el año pasado, cuando el 30 de diciembre publicó la inflación de noviembre, cosa que debió haber hecho en los primeros diez días.

El otro índice que no publica el BCV es el de la escasez. El último que publicaron fue el de marzo, que llegó a 30%. Eso generó una polémica, se agarran del argumento de que la oposición va a politizar las cifras para no publicarla. Están obligados por ley a hacerlo. Cualquier cifra que presenté un banco central de cualquier país da lugar para discusiones políticas.

Dicen algunos economistas que en el flagelo de la escasez también influye el impacto que ha causado en la producción la Ley de Precios Justos, ¿o no?

— No te había respondido la otra parte de la pregunta, pero este comentario me permite enlazarla. Ya antes de la aprobación de esa ley la escasez se había comenzado a agravar. La Ley de Precios Justos lo que viene es a constituir un puntillazo final para que el flagelo alcanzara los niveles a los que ha llegado hoy en día. Todo esto tiene una razón de ser y es el modelo económico que se viene aplicando; un modelo absolutamente intervencionista del Estado en la economía y produce todas las distorsiones que hemos visto aquí.

El Gobierno ha expropiado más de 1 mil 300 empresas privadas, la mayoría de ellas estaban productivas. Ninguna de las que han sido expropiadas produce más de lo que alcanzaba antes de la expropiación. El Gobierno ha confiscado más de 4 millones de hectáreas en el campo. La mayoría de ellas estaban en plena producción para el momento de la confiscación, y hoy lo que vemos es que la producción agrícola y pecuaria se ha ido al suelo.

Este Gobierno ha provocado el cierre de más de 360 mil microempresas y más de ocho mil industrias por falta de condiciones, inseguridad jurídica, falta de confianza, mientras el Gobierno continúa imponiendo una serie de controles y una serie de mecanismos de persecución contra el sector privado, que son las verdaderas causas de la situación que estamos viviendo, que no es otra sino que tenemos una inflación que es la más alta del mundo, que tenemos el índice de escasez más alto de nuestra historia, que el PIB está cayendo de una manera sostenida y que fue grave en el primer trimestre y que es más grave aún en el segundo trimestre.