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Luis Pedro España: «Estamos ante una barrena social sin precedentes»

La reducción de la pobreza registrada entre 2004 y 2008 estaba asociada a una transferencia de renta petrolera. No hubo cambios estructurales para que fuese una reducción sostenida

Por Andreína García Reina

La pobreza en Venezuela es un problema de vieja data. Una deuda social acumulada que los gobiernos de turno no han sabido resolver. Reducir el número de personas en los estratos D y E, tipificados por el Instituto Nacional de Estadística, con servicios limitados, en un ambiente de inseguridad personal y oportunidades de empleo formal y seguridad reducidas, ubicadas en zonas de alto riesgo, no ha sido fácil.

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Vicios rentistas

Entre 1997 y 2007 se redujo la pobreza y la pobreza extrema alrededor de nueve puntos. Es decir, bajó de 56,32% a 47,80%. Los más beneficiados fueron los sectores D y E. Al fallecer el presidente Hugo Chávez, en 2013, los indicadores de pobreza extrema y de pobreza estaban en 27,2% y 32,6%, y ya desde 2012 comenzaba a revertirse el descenso de la pobreza que acompañó al boom de ingresos petroleros. Todo apunta a que las cifras repuntarán en los años venideros.
La historia de Venezuela parece cíclica desde que se convirtió en un país exportador de petróleo. Para el pueblo, es responsabilidad del gobierno de turno repartir las riquezas generadas por la renta. “No hay asociación entre el trabajo, esfuerzo propio y la riqueza generada”, señala España en su libro.

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Los subsidios y aportes directos, que han caracterizado a este Gobierno, no resuelven la falta de educación, salud e infraestructura y no propician las condiciones para que hayan mejores oportunidades, así lo explica el sociólogo, especialista en estudios políticos y experto en pobreza, Luis Pedro España, en su libro “Más allá de la pobreza, diez años después”. Tras más de 10 años de estudio del entramado social venezolano, el también profesor de la Universidad Católica Andrés Bello y director por muchos años del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la misma casa de estudios, opina que estamos ante una barrena social sin precedentes, una que ya estaba avisada.

El Instituto Nacional de Estadística publicó a principios de este año que la pobreza había aumentado entre 2012 y 2013 6,1 puntos. De 21,2% a 27,3%. Con la caída de los precios del petróleo, ¿qué viene para Venezuela en los próximos años?

— Los índices de pobreza están creciendo desde el año 2012. Las estadísticas del INE, que este año no ha sacado nada, reportó un aumento sobre todo durante el primer trimestre de esos años. En las estadísticas del INE siempre hay que considerar el primer semestre del año, porque el segundo semestre siempre tiene un conjunto de elementos, como el pago de las utilidades y de las vacaciones, que distorsionan las mediciones. El incremento de los niveles de pobreza que hemos tenido en 2012 y 2013 está directamente relacionado con la caída de la actividad económica, de una recesión económica acompañada con unos niveles de inflación muy altos. El año pasado tuvimos una inflación de 53%, este año estará por encima del 70, casi el 80%, y el año que viene todo apunta a que si no hacen algo va a llegar a tres dígitos. Eso es lo que incrementa el nivel de pobreza, considerado en función del nivel de ingreso. Es decir, que el ingreso no alcanza para cubrir las necesidades básicas, y cuando se habla de pobreza extrema, el ingreso no alcanza ni para la canasta alimentaria

El año que viene con la caída de los precios del petróleo vamos a tener un incremento de la pobreza, y la razón fundamental es porque lo que redujo la pobreza durante los años 2004 y 2008 fue un boom de ingresos, asociado al ingreso petrolero. No es verdad cuando la propaganda oficial decía que lo que había disminuido la pobreza eran las misiones. Esa una de las mentiras mejor vendidas, no solo en Venezuela sino también a nivel internacional. La prueba de cómo esa mentira se está revirtiendo es que apenas en el mercado petrolero hubo un sutil bajón, entonces esas reducciones de pobreza no fueron estructurales, no fueron sostenidas. No era posible que fueran sostenidas porque no estaban basadas en un cambio estructural. Es decir, en un cambio en los niveles de capacitación de la gente, en los niveles de oportunidades de la gente. Eso estaba única y exclusivamente asociado a una transferencia de renta petrolera a través de unos mecanismos que históricamente se han usado para transferirla. No solamente a través del gasto público, programas sociales, sino también a través de subsidiar el tipo de cambio. Si tienes un tipo de cambio subsidiado a 2,30, después a 4,30 y ahora a 6,30, pues entonces eso permitía adquirir productos importados a precios realmente subsidiados. Eso lo podías hacer no solo por voluntad política, sino porque se tenía el ingreso petrolero para hacerlo.
En la medida en la que el ingreso petrolero va cayendo, entonces la economía, que se ha convertido en una economía casi de puertos, ha perdido todo el dinamismo y lo que estamos viviendo es todo los males juntos. Es decir, los males de la recesión, los males de la inflación y los males del desabastecimiento. Todo eso asociado directamente a una pésima política económica, que desconoce la economía no petrolera, que desconoce la economía privada, que desconoce a todos los venezolanos.

Una de las conclusiones de su libro “Detrás de la pobreza, diez años después” es que las misiones no llegaron a los sectores que estaban en pobreza extrema ¿Cómo llegan a esa premisa?

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″ arrow=»yes» align=»right»]“No hay que ser ningún estadístico para darnos cuenta de que estamos en presencia de una verdadera barrena social”[/quote]
— Se llegó a esa conclusión a partir de la identificación de si ese sector era beneficiario o no de las misiones, concretamente de las misiones educativas, eso por el lado del impacto. Por el lado de la gestión, las misiones sociales no llegan a la pobreza extrema o no están focalizadas en la pobreza extrema por los mismos mecanismos de asignación. El mecanismo de asignación de las misiones tiende a ser voluntario. Es decir, se coloca una carpa, hacen un censo y entonces la gente va y se registra. Para atacar la pobreza extrema la política social tiene que tocar la puerta de los pobres extremos. No la pobreza extrema tener que ir hasta donde están las oficinas, las carpas o los taburetes de los planificadores sociales. Por ese mecanismo de asignación, que es un mecanismo que espera a que el beneficiario se acerque al Estado y no que el Estado se acerque al verdadero beneficiario, es lo que incorpora un sesgo de exclusión a los grupos familiares que están en la pobreza más extrema. Eso desde hace muchísimo tiempo. Desde que esta administración empezó, los gerentes de la política social, tratando de diferenciarse, con ese tic nervioso que tienen de tratar de diferenciarse de todo, cuando lo que se hace es simplemente copiar recetas fallidas del pasado, echaron a un lado todos los programas sociales que precisamente trataban de hacer foco en la pobreza extrema. Cuando se eliminan esos programas sociales y se opta por programas sociales voluntaristas, donde es el beneficiario el que levanta la mano para que lo atiendan, se pierde el impacto en los sectores más pobre.

 

pobreza-venezuela

¿Son peores las condiciones de pobreza extrema entre el período 1997-2007 que las de ahora?
— Habíamos registrado entre 1997 y 2007 una reducción de la pobreza y una mejora de la capacidad de consumo de la población. Decíamos que la mejora social había sido de la puerta de la casa para adentro. Es decir, una mejora de todo lo que la familia podía mejorar desde su ingreso, pero hay una cantidad de cosas de las que depende la calidad de vida de la gente, que desde el ingreso no se pueden mejorar. Estas tienen que ver con la existencia de parques cerca de los lugares donde se vive, si las calles tienen huecos o no, el tema de la inseguridad, que es lo que la gente nota más como un factor que no depende del nivel de ingresos.
En todas las mejoras sociales que registramos hasta el 2007, 2008, que fue cuando hubo el boom petrolero, todas las mejoras sociales fueron hacia el consumo. De la puerta de la casa hacia afuera, el ámbito que la calidad de vida depende de las políticas públicas, que depende de la gestión del Estado, pues allí no había mejoras sino grandes deficiencias. La gran conclusión de ese año, cuando se publicó ese trabajo, era que no iba a pasar mucho tiempo para que la pobreza comenzara a crecer, cuando los precios del petróleo comenzaran a bajar. No es que uno sea profeta ni mucho menos, sino que esa historia ya la hemos vivido. Y cuando se hacen las mismas cosas, evidentemente, se padece de las mismas consecuencias. Es absolutamente sorprendente que este Gobierno, después de todo lo que ha vivido, después de las evidencias que debería tener en cuenta, sigue aferrado a un libro de cabecera que es el libro de los errores del populismo latinoamericano y sigue allí pegado. Mientras siga allí pegado, no hay ninguna posibilidad de que reduzcamos la pobreza.

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″ arrow=»yes» align=»right»]“No es verdad cuando la propaganda oficial decía que lo que había disminuido la pobreza eran las misiones. Esa una de las mentiras mejor vendidas”[/quote]

Menciona una mejora de la casa hacia adentro y no de las políticas públicas, ¿cree que la Misión Vivienda ha colaborado en sacar a las personas de la pobreza?
— La Misión Vivienda es un esfuerzo de atender el problema de la vivienda de una sola dimensión. De las 200 mil viviendas que se han entregado desde que el programa empezó, uno debería pensar que la pobreza ha mejorado, pero ya se comienzan a ver cómo aparecen nuevos problemas, inclusive en las personas que viven en esas viviendas. Hay problemas de convivencia, hay problemas de caos urbano. El desarrollo social no es una sola variable, pero cierta visión militarista –creo yo- para entender los problemas sociales, conduce a ese tipo de soluciones. Primero, otra vez, soluciones que no son sostenibles en el tiempo y, en segundo lugar, en el supuesto de que pudiesen construir más de un millón de viviendas, como se prometió, en un lapso temporal de cinco o 10 años, aún así es insuficiente porque lo social es integral. No solamente tiene que ver con las paredes y un techo, tampoco tiene que ver con los corotos que tienen dentro de la casa, sino que tiene que ver con las capacidades de la familia, tiene que ver con las oportunidades, tiene que ver incluso de ser independiente de aquél que te regaló la casa. Es un enfoque como muy militar, muy simple, como si una sola causa fuera el problema. ¿Eso ha resuelto el problema de la pobreza? Creo que no. ¿Hay 200 mil familias que están agradecidas con el Gobierno? Me imagino que sí. Pero es cierto que ya estamos empezando a reportar problemas de convivencia muy severos porque es una forma de entender los problemas, vistos desde una sola causa, de una manera lineal, vistos desde una manera muy castrense.

Luis Pedro España, sociólogo, especialista en pobreza
Luis Pedro España, sociólogo, especialista en pobreza

A principios de este año, el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, en el marco de la campaña contra la erradicación de la pobreza habló de medirla en función de las necesidades básicas insatisfechas ¿Ve coherente este enfoque?
— Esa medición también considera el ingreso y el INE la ha hecho toda la vida. Las mediciones del INE son típicas y clásicas, no hay ninguna novedad importante en comparación con lo que hacen los organismos internacionales. De hecho, cuando el Gobierno se jacta diciendo que los organismos internacionales reconocen los logros sociales, los organismos internacionales utilizan las cifras que el propio Gobierno les da y, en segundo lugar, muchos de esos reconocimientos tienen que ver con funcionarios aislados, que probablemente hacen esas declaraciones más por simpatía que por tener pruebas en la mano. Lo que sí es cierto es que la medición de la pobreza, como le digo a mis estudiantes, dependiendo de cómo la midas puedes tener el nivel de pobreza que te dé la gana. Si usted considera que solo es pobre la gente que se está muriendo de hambre, pues propiamente en Venezuela, que gracias a Dios nadie se muere por problemas de inanición -quizás podemos tener problemas de mortalidad infantil por causas asociadas a la desnutrición-, entonces la pobreza puede rondar el 3%. Ahora, si usted considera que es pobre toda aquella persona que no vive en una urbanización cerrada con vigilancia privada, entonces estamos hablando de la pobreza es de 90%. Los criterios si se mueven, entonces a usted le da el nivel de pobreza que se desee. Medir la pobreza por necesidades básicas insatisfechas por supuesto que es un poco más benévolo cuando se está en situaciones de caída del ingreso. Entonces es una burda reducción de la pobreza al indicador, creo que la mayor cantidad posible de formas en que se puedan medir los hechos sociales son mejores porque así vemos las distintas aristas.

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″ arrow=»yes» align=»right»]“Tenemos una pésima política económica, que desconoce la economía no petrolera, que desconoce la economía privada, que desconoce a todos los venezolanos”[/quote]

Entiendo que en algún momento alguien habló, y eso también es un clásico de este tipo de gobiernos que tratan de ocultar la realidad con los números o pseudonúmeros, de tratar de medir los beneficios sociales monetizándolos para asociarlos a la canasta. Eso es una tramposería que, gracias a Dios, no se han atrevido a hacer, pero no me extrañaría que lo hicieran. Lo que sí es cierto es que no hay que ser ningún estadístico ni conocer de indicadores sociales muy complicados para darnos cuenta de que estamos en presencia de una verdadera barrena social, estamos cayendo en un deslave social sin precedentes y eso estaba avisado. Eso no fue que nos tomó por sorpresa porque es producto de las políticas implementadas.