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Marcos Morales: “Creen que el país es un cuartel”

Marcos Morales, economista

El economista afirma que la política totalitaria, desde el punto de vista macroeconómico, «ha generado inflación, desabastecimiento y expectativas negativas»


Por Enrique Meléndez

El economista Marcos Morales le admite la tesis de la guerra económica al gobierno, sólo que afirma que los enemigos en esta confrontación son los beneficiarios, que están en el poder. “Esas son elites que están manejando la economía y la política en el país. Son los que tienen secuestrada a Venezuela”, afirma el ex secretario del gabinete económico de Carlos Andrés Pérez.

El gobierno ha venido insistiendo en que la escasez es una de las consecuencias de la guerra económica. ¿Qué piensa usted a ese respecto?

— Yo entiendo perfectamente la preocupación, y el enfoque del gobierno. Yo creo que sí hay una guerra económica y el gobierno está consciente de eso. Esta guerra económica tiene enemigos muy claros. Esta guerra económica tiene un conjunto de beneficiarios. Tiene un conjunto de camarillas del poder que se están beneficiando de la situación actual. Esas elites del poder no permiten ningún juego racional. La única racionalidad posible es la de perpetuar los beneficios y privilegios suyos.

¿Quiénes integran esas elites?

— Esas son elites que están manejando la economía y la política en el país. Son los que tienen secuestrada a Venezuela. Tenemos casi dos años tratando de articular una política económica sensata, una política social y una política de convivencia, y no se puede, porque estas camarillas del poder no lo quieren permitir, porque eso es enlodar sus bases de poder.

En primer lugar están conformadas por las elites del alto mando militar. Aquí la gente se ha ensañado contra Maduro, aunque él es un instrumento de las élites. Él es simplemente un títere, y esto lo digo porque quien detenta el poder en Venezuela son esas mafias. Los partidos políticos, en ese sentido, están apuntando hacia donde no es, porque no quieren sostener esa confrontación con los verdaderos responsables de esto.

¿En que se basa usted para señalar al alto mando militar?

— Yo pregunto: quiénes son los ministros de la economía. Es la gente del alto mando militar. Es el ministro de Industria, hermano de Diosdado Cabello; el ministro de Finanzas, que es un mayor general; el vicepresidente y ministro de Alimentación, que es otro mayor general.

Ellos, además de tener estos ministerios del área económica, tienen el control de los dólares a través del Cencoex, ya que los ministerios que deciden son los que están en manos de los militares, y la nueva persona que nombraron como presidente del Concoex, es un subalterno del ministro de Finanzas, que es un mayor general.

Por otra parte, las principales empresas del Estado están en manos de militares incompetentes para esas funciones. Son unas empresas que están quebradas por la mala gerencia militar: Sidor, Venalum, cementeras, centrales azucareros, etcétera. Asimismo, los militares controlan una gran cantidad de gobernaciones y alcaldías, dirigen casi todos los cuerpos represivos del Estado.

En segundo lugar, tenemos a los cubanos, cuya cuota es muy grande. Los cubanos manejan el comercio internacional del país. Todo lo que pasa por los puertos, pasa por las manos de los cubanos. El 50% de las acciones de Bolipuertos es tenencia cubana. Bajo el legado de Chávez, Cuba era la que poseía la iniciativa para todo. Encima de eso, los cubanos son los que dirigen la política social del gobierno; los principales programas y proyectos del gobierno los manejan los cubanos, verbigracia, la Misión Barrio Adentro. Ahí no entrega cuenta a ningún ministro. Eso es un enclave cubano en Venezuela. Venezuela le pagaba, aproximadamente, hasta hace poco seis mil millones de dólares por concepto de las Misiones a Cuba.

Luego, ellos dirigen y diseñan el sector eléctrico, porque Chávez firmó un convenio con Cuba, siendo ese país un desierto en materia de fuentes de energía. No obstante, nos asesoran y hacen las compras en el sector eléctrico.

El propio Jesse Chacón se preguntaba a manera de denuncia que dónde estaban 21 mil millones de dólares que se otorgaron allí, y no había el equipamiento del sector eléctrico, mientras que el mantenimiento estaba en el piso, y de eso nadie más ha hablado. Pero ellos están allí con el convenio cubano, y tienen una alta participación en la seguridad del Estado.

Por otro lado, también entre los potentados están los subalternos del PSUV, que son los civiles, como gobernadores, alcaldes, así como funcionarios menores de la administración pública. Adicionalmente, los empresarios gestores que tienen buenas relaciones con el gobierno, la llamada boliburguesía, empresarios que están disfrutando de todos esos privilegios, y hay otros empresarios amorales que también hacen negocios con el gobierno, pero que son neutrales frente a las políticas del gobierno de la violación de los derechos humanos. A estos últimos no les importa que se esté arremetiendo contra el Estado de derecho, contra el Estado democrático, que se esté implementando aquí un totalitarismo, a ellos no les importa eso. En ese sentido, son amorales. Y, por último, hay una oposición política institucional que acata, se subordina a las reglas del juego socialista totalitario.

¿Eso derrumba el mito de que los militares eran muy competentes para el ejercicio de la gerencia pública, que existía antes de la llegada de Chávez al poder?

— Los estudios de economía se originan con una gran obra de Adam Smith “La Riqueza de las Naciones”, y allí uno de los grandes preceptos económicos establece que para que un país sea próspero es necesario la economía de mercado. Pero para que haya una economía de mercado eficiente, una de las cosas fundamentales es la especialización del trabajo. Es decir, cada individuo debe especializarse en aquello donde tenga mayores ventajas, donde tenga aptitudes, donde tenga conocimientos y destrezas.

En consecuencia, los conocimientos y las aptitudes de estos señores militares son los relativos al manejo de las armas. Esas no son personas que conocen sobre salud pública, sobre la agroindustria, el comercio, petróleo, porque esa no es su competencia. Esa no es su especialización. La gravedad de esto es que este régimen totalitario sacó a la gente capaz de sus espacios de competencia eficiente, para poner a militares ignaros.

Gerentes y técnicos que tenían 30 o 20 años de experiencia exitosa en una actividad, gente que por generaciones se especializó en una actividad, sabían donde estaban los problemas y cómo resolveros eficaz y eficientemente, no eran improvisados. El régimen sacó a toda esa gente con experticia y conocimientos, y se metió a una pléyade de improvisados militares que consideraban que Venezuela era un cuartel.

No hay que pasar por alto que en los cuarteles los comandantes hacen y deshacen con los soldados que están allí, y deciden su vida, deciden su futuro. Creyendo que Venezuela es un cuartel, pensaban que iban a tener una obediencia inmediata y que las leyes económicas podían ser obviadas. Lo que significa que el gran fracaso de todo esto es que señala que los militares son incompetentes para todas estas las tareas.

Han sido incompetentes en Sidor, han sido incompetentes en la industria cementera, han sido incompetentes en la distribución de alimentos, han sido incompetentes en todo. Hasta en las cosas que deberían ser competentes, como es la defensa de la soberanía nacional o del territorio nacional, hasta allí, que es su especialización, son incompetentes, puesto que han dejado con la cuestión del Esequibo que se posibilite el peligro del arrebato de ese territorio nacional.

Aquí cabe recordar ese dicho que reza que mientras más abarco, menos aprieto, o sea, mientras más controlo, más descontrolo, puesto que, precisamente, en lo que se ha basado la gerencia de estos señores ha sido en la política de los controles. ¿No le parece?

— La economía de mercado no es un invento voluntarista. Eso es algo que no es improvisado. Eso es algo que ha existido desde el comienzo de la humanidad, donde las sociedades buscan las mejores maneras de resolver sus problemas, sus necesidades, de cómo buscar su bienestar, y no es otra que la economía de mercado.

En la historia han existido caudillos o personas iluminadas, que se presentan como profetas, engañando al pueblo ingenuo, con teorías milenarias, utópicas, que le tratan de arreglar la vida a los demás, y quieren meter la vida en un cuartelito o en un monasterio, donde todo el mundo tiene que comportarse como un monje, y obligan a todo el mundo a que tenga esa conducta. La respuesta social, en la mayoría de las veces, es el estallido de una rebelión ante la imposición contra natura de esas utopías. La conducta humana es diversa y, en ese sentido, todo este sistema totalitario, cubano, cuartelario, realmente, lo que produce son efectos contrarios a la conducta humanitaria.

En Venezuela, por ejemplo, toda esta política totalitaria, desde el punto de vista macroeconómico, ha generado los efectos que tenemos en este momento: inflación, desabastecimiento y, por supuesto, una cosa mucho peor, que son las expectativas negativas, es decir, psicologías de la gente. La gente espera inflación, la gente espera escasez, y eso lo espera porque no confía ya en el gobierno y su régimen cuartelario. La gente sabe que de continuar este régimen en el poder, los problemas de inflación y escasez se agudizarán en lo inmediato y el futuro previsible.

La política económica del gobierno no es creíble para el venezolano común. Por eso es que, aun cuando el gobierno asegura que hay abastecimiento en el país, la gente no le cree, y al no creer, entonces se genera un problema muy grave, porque la gente tiende a acumular inventarios de bienes más allá de lo requerido normalmente, producto de que tiene que tomar la previsión de que es muy posible de que en el corto plazo va a haber desabastecimiento real.

Por eso es que lo primero que hay que crear es la confianza de todos los venezolanos, como oferentes y como demandantes. Pero, aparte de los problemas de inflación y escasez, también han aparecido problemas de desempleo ante la recesión económica, que se inició en 2014 y que será mucho más aguda en 2015.

La política económica de este gobierno se basan en los controles, la represión, y esto trae lo que se llama el arbitraje en el mercado de bienes; es decir, se compra donde es barato, donde el gobierno obliga a que se venda por debajo del costo, y hay otros agentes económicos que compran aquí, y venden donde es más caro, conformando mercados turbios.

De modo que todo lo que está pasando es culpa del régimen, porque el régimen no sólo controla las divisas, sino que también controla todos los insumos; todo el comercio es controlado por el gobierno. Impone impuestos, impone todas las alcabalas que hay en el país, que impiden el libre comercio entre las partes, a través de las guías de traslado, controlan precios, controlan costos, desconocen el derecho de propiedad, realizan expropiaciones ilegales y confiscaciones, entre otras arbitrariedades.


Totalitarismo militar contra la libertad económica

 ¿Cuáles han sido los efectos macroeconómicos de estas políticas?

— Tenemos una situación de balanza de pagos explosiva. Ya en este año, con la caída de los precios petroleros, es imposible que Venezuela pueda sostener el caudal de importaciones que se requiere para mantener un adecuado nivel de abastecimiento. Si los precios petroleros se mantienen en unos 43 dólares, a Venezuela le va a entrar menos de la mitad de lo que le entró en el año 2014.

Ya en ese año nosotros tuvimos una brecha inmensa en balanza de pagos. Según el BCV, las importaciones de bienes en el 2014 fueron de 49 mil millones, más las importaciones de servicios. Todo eso suma 58 mil millones de dólares. Si a eso se le agrega el pago de la deuda, que fueron 16 mil millones de dólares, esto suma 74 mil millones de dólares. Bueno, el país para el 2015 no tendrá esos recursos.

En el 2014, según el BCV, las exportaciones de petróleo sumaron unos 77 mil millones de dólares. Si el precio promedio de 2015 es el precio de enero, 43 por barril dólares, se proyecta ingresos en divisas por unos 37 mil millones de dólares, siempre y cuando el Convenio Caribe nos pague. Pero como esos no pagan, ni paga Cuba, entonces en verdad, no van a ser 37 mil millones de dólares, sino unos 22 mil millones de dólares de ingresos externos por petróleo. Por tanto, la brecha de balanza de pagos, por solo estos conceptos estará entre 37 mil millones y 53 mil millones de dólares.

En estas condiciones para poder equilibrar la balanza se prevé que viene un proceso de caída brusca de la demanda agregada como variable de ajuste inevitable.

Por otro lado, hay un problema fiscal, y el problema fiscal por las propias cifras del gobierno, que los técnicos le entregaron a la SEC de EEUU, se reporta que el déficit fiscal en el año 2013 fue de 17% del PIB (74 mil millones de dólares), y se espera que el 2014 cercano al 20% del PIB (otros 70 mil millones de dólares).

El Gobierno ha financiado ese déficit en parte por el BCV, unos 42 mil millones de dólares, a través del financiamiento monetario, lo cual nos coloca ante una situación explosiva en 2015, tomando en cuenta que el gobierno sigue generando una demanda de financiamiento muy grande, para satisfacer todos sus programas populistas.

Por otro lado, Pdvsa entregó recursos gratuitos en el año 2011 a la población clientelar, a través de las misiones por 43 mil millones de dólares, según informe de la propia PDVSA. En 2012, 44 mil millones y en 2013, 34 mil millones de dólares.

Es imposible realizar cambios racionales de política económica en Venezuela si primero no hay un cambio del sistema político de dominación actual. La teoría en Economía Institucional y Economía Política señala que las instituciones políticas siempre dominan las instituciones económicas. Hoy día, el régimen totalitario es quien domina los acontecimientos políticos, pero no controla las condiciones económicas y culturales de la ciudadanía. Hoy en día está planteada una lucha irreductible entre la política represiva del totalitarismo militar contra la libertad económica y política de la sociedad.