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Asdrúbal Oliveros: La dolarización es inviable

El economista de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, cree que es una ilusión pensar que sólo dolarizando se van a traer capitales al país


Enrique Meléndez

A Oliveros le parece contraproducente una medida de dolarización de la economía, dadas las condiciones de país rentístico y petrolero que posee Venezuela.

“Yo creo que uno puede mirar otras experiencias de países, incluso, latinoamericanos, como el caso de Perú, Colombia, México, Chile, hasta Brasil, que han logrado reducir fuertemente la inflación sin tener que ir a un proceso tan agresivo y tan abrupto como lo es la dolarización”, afirma el director de Ecoanalítica.

¿Está de acuerdo con la dolarización de la economía, como lo propone una cierta corriente de opinión?

— No, no estoy de acuerdo. Venezuela tiene algunas particularidades como país rentístico y petrolero que harían inviable el proceso de dolarización. El elemento crucial en este particular es la dependencia tan marcada que tiene Venezuela a los ingresos provenientes del petróleo y la volatilidad de estos. En un contexto de dolarización de la economía, la rigidez que este mecanismo impone para enfrentar esa volatilidad es contraproducente.

Creo que uno puede mirar otras experiencias de países, incluso latinoamericanos, como el caso de Perú, Colombia, México, Chile, hasta Brasil, que han logrado reducir fuertemente la inflación sin tener que ir a un proceso tan agresivo y tan abrupto como lo es la dolarización.

Pero se dice que Ecuador, por ejemplo, arregló sus problemas dolarizando a la economía. ¿O no?

— Arreglar la economía, eso es un concepto amplio. Resolvió un problema que era la elevada inflación, porque, en efecto, la dolarización tiene esa ventaja, que tumba la inflación de forma muy rápida y tajante, y por eso es que, dado los problemas de inflación que tiene Venezuela, a muchos hoy esa idea les parece atractiva.

[quote_center]“Venezuela tiene algunas particularidades como país rentístico y petrolero que harían inviable el proceso de dolarización”[/quote_center]

En primer lugar, el sector petrolero de Ecuador no se equipara al de Venezuela, ni tampoco el tamaño de su economía. Los elementos que tiene de propagación del sector petrolero en Venezuela no son equivalentes a los de Ecuador, y en el caso de Panamá, que es el otro ejemplo que mucha gente piensa, este es un país con una economía principalmente de servicios y mucho más pequeña.

Es claro que Venezuela necesita un programa de ajuste, y que uno de sus objetivos sea, en efecto, reducir en forma significativa la inflación, pero no necesariamente tú puedes reducir eso dolarizando, puesto que existen otras opciones de política con las que tú puedes lograr ese objetivo sin una medida tan extrema, como es la dolarización.

¿A usted no le parece que la economía de hecho ya está dolarizada, puesto que el valor de las cosas las pone el dólar paralelo?

— Eso no es del todo cierto, porque una cosa son las expectativas de las cosas que se puedan tener en términos de la formación de los precios, y el impacto que tiene un mecanismo como es el mercado paralelo, y otra cosa es, efectivamente, si toda la economía está marcada por este tipo de cambio. Entonces, si uno revisa la data estadística resulta que no es así.

Las mayores erogaciones de dólares siguen siendo a la tasa de 6,30 y de 12. La estructura de subsidios que tiene la economía venezolana es extremadamente elevada, y en parte el subsidio cambiario juega un peso muy fuerte. Es incorrecto en mi opinión señalar que la economía venezolana está indexada a la tasa paralela, pues cuando usted hace un repaso de sectores como alimentos, medicinas, cuidados personales, servicios, educación, ciertamente la tasa que usted encuentra de esos bienes y servicios no es ni de cerca la tasa paralela.

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Medidas urgentes

1.- Eliminar el financiamiento monetario

2.- Rediseño total de la política cambiaria

3.- Revisión de los subsidios

4.- Política social compensatoria

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Ahora, por supuesto, juega un rol fundamental la formación de expectativas, y es parte de la problemática que tiene que resolver Venezuela. El terrible diseño de la política cambiaria tiene que ser modificado, pero mi punto es que usted puede ir a una mejor política cambiaria, que potencie principalmente la competitividad, y vuelvo a lo mismo, sin recurrir a un medida tan extrema, tan rígida, como lo es la dolarización.

Algunas cifras estiman que de cada tres dólares uno solo se invierte en mercancía, lo demás se va por sobrefacturación y el mercado negro. ¿Qué piensa usted?

— Esos no son los números que yo tengo. ¿Usted ha revisado los niveles de importaciones que tiene esta economía? La salida de capitales es elevada. No estamos diciendo que no sea elevada; pero, en primer lugar, la salida de capitales no se elimina con la dolarización, porque, además, con la dolarización estás tratando de resolver solamente un tema cambiario en una forma muy rígida. Tú tienes que tomar decisiones en otras áreas para, digamos, establecer el mecanismo de confianza. Me parece que es una ilusión pensar que sólo dolarizando tú vas a traer capitales al país.

Porque, además, también si tú logras instaurar una libre movilidad de capitales en esta economía, como tienes el dólar como moneda, entran y salen capitales, eso también puede estar sujeto a los vaivenes de esos capitales a nivel internacional, que se mueven en función de la rentabilidad y, por supuesto, que también a los niveles de la dinámica de la economía venezolana que está sujeta a los ciclos petroleros.

También ese es otro tema al que hay que ver con mucho cuidado. Me parece que esa cifra de un dólar para importaciones y dos de salida de capitales no se corresponde con la evidencia estadística que usted revisa al analizar la balanza de pagos en términos históricos. De hecho, lo que más bien estamos viendo es un creciente nivel de importaciones que, efectivamente, aumentan con el paso de los años, y que tiene que ver con el diseño de política cambiaria, con la instauración del control de cambio, el proceso de “enfermedad holandesa”, la sobrevaluación del bolívar que ha tenido Venezuela.

Es decir, hay unos elementos estructurales que son muy fuertes, que hacen que Venezuela tenga una propensión a la importación. Dicho sea de paso, eso no comenzó en el chavismo, eso es un tema que comienza a gestarse desde el propio momento del nacimiento de Venezuela como país petrolero en los años veinte y treinta, cuando se inicia ese proceso de paulatino de “enfermedad holandesa” y de dependencia de las importaciones.

¿Cómo observa usted la manera como el gobierno está enfrentando el problema de la escasez?

— Lo está haciendo muy mal, porque este es un problema que tiene varias aristas. Tiene una arista que es clave, y que es la de los precios y que tiene que ver con la consecuencia de los controles de precios. Usted tiene más de doce años de aplicación de una política de control de precios, que lo que ha generado es desestímulo a la producción, estímulo al contrabando, al arbitraje y que, por supuesto, tiene que ver con la incidencia en el tema de la escasez.

Entonces, un punto clave es que usted tiene que ir a un proceso de desmontaje del control de precios para comenzar a atacar el problema de la escasez, para que el sector privado vuelva a incrementar nuevamente sus niveles de productividad y de producción.

Un segundo elemento está asociado a todo esto que hemos venido hablando, que es el tema cambiario. Es decir, si yo sigo asignando dólares a 6,30, que se trata de una tasa sobrevaluada y que le es costoso al Estado sostener, y mucho más en términos de una caída tan fuerte del ingreso petrolero, como el que tenemos, yo entonces no puedo asignar todas las divisas necesarias para poder garantizar los niveles de inventario que permitan que tú tengas controlada la escasez. De modo que también tiene que venir un proceso de sinceración en la política cambiaria.

Un tercer elemento tiene que ver con la relación con el sector privado. Un discurso anti-sector privado, un discurso donde se ubica al sector privado como el responsable de la guerra económica, no estimula inversiones, no estimula los procesos productivos y exacerba la desconfianza en términos de poder mejorar los niveles de abastecimiento.

[quote_center]“Se debe ir a un proceso de desmontaje del control de precios para comenzar a atacar el problema de la escasez”[/quote_center]

El cuarto factor está asociado a lo que uno pudiera llamar la psiquis colectiva. Es decir, en la medida en que la gente no sienta que el gobierno está construyendo un plan creíble y de ajuste, y que está atacando el problema como es debido, la gente no va a dejar de comprar productos. También tiene que haber un elemento de señales claras en ese sentido, para ganar en credibilidad y que la gente pueda moderar sus expectativas de consumo.

Lo que usted está viendo es que la escasez se ha convertido en un problema estructural, y el gobierno lo que está haciendo es administrar la escasez. Fíjese usted, cuando usted decide colocar un captahuellas, el mensaje que usted pareciera mandar es: “Yo no voy a resolver el problema de fondo. Yo lo que voy es a administrar las colas, para poder intentar evitar la generación de un caos. Entonces, no quiero resolver el problema de fondo, que es la eliminación de las colas, sino lo que busco es administrar el proceso”.

¿Usted cree que el gobierno cuenta con los recursos para honrar los compromisos de deuda que tiene para este año?

— Si nos remontamos a los primeros meses del año, la gran preocupación de la banca de inversión y de analistas financieros era si el gobierno podía o no pagar la deuda. El famoso riesgo de “default” que estaba presente en cualquier informe que usted viera de cualquier banca de inversión internacional, eso era un elemento a destacar.

Además, porque se ha tenido una caída de más de 50% en tus ingresos petroleros y, por supuesto, el servicio de la deuda es de un nivel considerable. Sin embargo, con el paso del tiempo esa percepción de riesgo de los mercados ha cambiado, porque se observa que el gobierno va a poder pagar la deuda. Lo va a hacer a costa de un sacrificio muy grande: el Estado va a pagar la deuda más a costa de un recorte brutal de divisas, principalmente, al sector privado.

[quote_center]“Tiene que venir un proceso de sinceración en la política cambiaria”[/quote_center]

Nosotros estimamos este año que el sector privado reciba 40% menos dólares de los que recibió el año pasado, y que ya hay que decir que el año pasado los dólares al sector privado habían caído 30%. Entonces, usted está sometiendo la economía a un programa excesivamente recesivo en términos de recorte de importaciones, que pudiera revitalizar la industria, el consumo, el comercio, para priorizar el pago de la deuda externa.


 

Voluntad para salir de la crisis

 ¿Qué le recomendaría usted al gobierno para salir de esta crisis?

— En primer lugar, hay que destacar que sí es posible salir de esta crisis y yo creo que ese debe ser un elemento de esperanza importante. Lo que hace falta es voluntad para estructurar un plan de ajuste, una palabra que, por cierto, ha sido satanizada, pero que es necesaria; con medidas de corto, mediado y largo plazo.

Tienen que haber cuatro elementos centrales en ese plan de ajuste de cara a ir resolviendo los problemas que contempla la economía venezolana, y el primero es el que tiene que ver con la situación fiscal, con motivo del déficit de caja que tiene el gobierno, y que una buena parte de ese déficit lo está financiando a través del BCV, generando presión de inflación. En ese sentido, el gobierno tiene que arroparse hasta donde le alcance la cobija, y tiene que eliminar ese financiamiento monetario.

El segundo elemento de ese ajuste, como medida inmediata, es el tema cambiario: un rediseño total de la política cambiaria que, en mi opinión, debe ir hacia un proceso de desmontaje del control de cambio. El ritmo; bueno, ahí los economistas podemos diferir: si son seis meses o un año, pero tiene que irse a un proceso de desmontaje del control de cambio, donde usted en parte sincere el valor del dólar.

El tercer punto sería la revisión de los subsidios. La economía venezolana tiene unos niveles de subsidio indiscriminados. Son más de 20 puntos de PIB en subsidios. El problema es que esos subsidios que se otorgan, tanto el rico como el pobre, no están focalizados. Entonces, se tienen que revisar cuáles son los subsidios que, ciertamente, tienen impacto en términos de lo social, en términos de reducción de la pobreza, en términos de generar competitividad, de favorecer las industrias, una revisión total, y eliminar los subsidios que no contribuyen a ello o sacar a las personas que no tienen que ser beneficiarias de esos subsidios.

El cuarto elemento es que hace falta una política social compensatoria, una verdadera política social. No las misiones, que son más que todo paliativos y que son mecanismos que están asociados a la obtención de réditos políticos o de estructuras clientelares, sino una política social que, efectivamente, busque, en primer lugar, minimizar los impactos de un programa de ajuste sobre los más pobres y en segundo lugar, que tu política social vaya a la superación de la pobreza.

De modo que esta es la temática sobre la que se tiene que trabajar. Se pueden realizar las reformas necesarias para que la economía venezolana supere esta situación de crisis por la que está atravesando. De lo contrario, lamentablemente, en economía el no hacer nada es costoso.