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Darío Morandy: “El Esequibo es más que un pedazo de tierra”

Darío Morandy, exembajador en Guyana

Para el diplomático Darío Morandy, la orientación de derecha del nuevo gobierno guyanés, la influencia del Departamento de Estado y la intención de las trasnacionales de “golpear a PetroCaribe” han configurado la posición “agresiva” de Guyana


Andreina García Reina

Tras el decreto presidencial 1.787 del 27 de mayo, en el que Venezuela respondió a la instalación de la plataforma Liza-1 de la Exxon Mobil en el territorio marítimo que disputa con Guyana con la definición de sus límites territoriales, se puso de relieve la disputa que enfrenta a ambos países suramericanos desde hace más de 100 años.

El diplomático Darío Morandy, sociólogo y embajador de Venezuela en Georgetown entre 2007 y 2012, explica en profundidad lo que califica como la crisis diplomática “más compleja que podría enfrentar la Unasur desde su creación”.

Para el profesor jubilado de la Universidad de Oriente, la orientación de derecha del nuevo gobierno guyanés, la influencia del Departamento de Estado y la intención de las trasnacionales de “golpear a PetroCaribe” han configurado la posición “agresiva” de Guyana y un plan para dejar a Venezuela sin acceso al Atlántico.

¿Qué hay detrás de la explotación petrolera en Guyana?

— Desde 1982 Guyana ya tenía una valoración de los recursos naturales del Esequibo. En el 2000 Guyana le concedió a la empresa CGX Energy una concesión en el río Courantyne, frontera con Surinam. Esa concesión trae un serio problema porque es un territorio en disputa y, en ese momento, Surinam tomó la decisión por la fuerza de echar la plataforma de CGX Energy de sus aguas territoriales. Eso generó un conflicto entre los dos países. Guyana acudió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en el año 2007 un tribunal arbitral en materia de derechos del mar le concedió la razón a Guyana. Esa es la primera decisión que habría que analizar para entender este proceso. En ese momento se dejó ver que detrás se estaban moviendo inmensos intereses trasnacionales que iban a afectar las relaciones con Venezuela, Surinam y Brasil.

En 2009 ya estaban las trasnacionales planteando en los medios internacionales que en Guyana había la posibilidad de crear una inmensa industria petrolera, que pudiera compararse con lo que ocurrió con Angola en 2007. Comenzaron exploraciones abiertamente en el Esequibo. En 2010 visita a Guyana el coordinador de asuntos energéticos internacionales del Departamento de Estado de Estados Unidos, David Goldwyn. Se puso en evidencia que el Departamento de Estado tenía las manos metidas allí y se podía saber que Guyana era incluida en un inmenso programa del Departamento de Estado que se llama “Iniciativa para la gestión y capacitación energética”. Hasta ese momento nuestra Cancillería no dio respuesta.

[quote_center]“Nuestra embajada perdió la fuerza política y ha perdido progresivamente la trascendencia en el mundo diplomático”[/quote_center]

Un grupo de empresas pequeñas, norteamericanas, de las que destaca la Anadarko de capital texano auspiciado por el Departamento de Estado y coordinado por la Misión Diplomática de los Estados Unidos en Georgetown y que es beneficiaria de uno de los bloques en concesión en el Delta, planteó la necesidad de montar una pequeña refinería para garantizar el mercado petrolero de Guyana y del Caribe Oriental, que está plenamente bajo el control y los beneficios del acuerdo energético PetroCaribe. Allí comenzó la estrategia para desmontar PetroCaribe. Hoy PetroCaribe pudiese estar en riesgo con esto que está ocurriendo y ese es uno de los objetivos.

¿Qué papel juegan las trasnacionales en este plan que menciona?

— Es que es un plan montado por las empresas trasnacionales más fuertes, más sólidas y con mayor penetración y arraigo al Departamento de Estado norteamericano, que pone nuevamente en peligro nuestra salida al Atlántico. Lo peligroso del comunicado [emitido por Guyana el pasado lunes] es que pone en evidencia la disposición de Guyana a defender los intereses del capital trasnacional. Hay que explicar que el bloqueo de la salida al Atlántico pone en riesgo la salida de nuestros productos de las empresas básicas y del petróleo explotado en la Faja Petrolífera del Orinoco al Atlántico.

La Exxon Mobil llegó a esta estrategia silenciosamente, nunca había aparecido en las primeras licitaciones. Siempre apareció Canacol Energy, Repsol, Tullow Oil. La Exxon es la que ha venido dibujado la estrategia, por eso es beneficiaria de un inmenso bloque de petróleo que ni siquiera está en el Esequibo y el problema es ese. Más allá de los límites marítimos entre los dos países, el problema es que el bloque Stabroek, el bloque Roraima y el bloque Pomeroon entran dentro del territorio marítimo venezolano y ocupan el espacio del Delta del Orinoco.

Se ha dicho que 25% de la explotación del bloque Stabroek lo hará la empresa CNOOC ¿Qué papel juegan los capitales chinos?

— El capital chino, que es un capital privado, aparece como convidado para atender suministros subsidiarios. No es un beneficiario directo. Ni siquiera aparecen como suscriptores de las concesiones de manera directa.

¿La crisis con Guyana podría afectar nuestra relación con los capitales chinos instalados en la Faja Petrolífera del Orinoco?

— De manera directa no. Tampoco vamos a actuar de manera inocente. Todos sabemos que en el mundo diplomático y político deben moverse todos los elementos necesarios para formar las decisiones. En este caso Venezuela lo que reclama es un acto de justicia frente al despojo histórico del Imperio Británico, que fomentó el silencio de la IV República*. El fondo del problema es que tenemos que ver cuál es la relación que tenemos con todo ese capital que está allí y ver cómo desarrollamos esa relación.

¿Cuáles cree que han sido los errores históricos de Venezuela en el manejo de las relaciones con Guyana?

— El error histórico es no haber entendido lo había ocurrido en el Esequibo en 1899. El error es haberle dado un trato exclusivo de disputa y haberse quedado en lo elemental, pensar que la disputa del Esequibo era una disputa por un pedazo de tierra, por 159.000 kilómetros cuadrados. Resulta que no, el Esequibo es algo más que un pedazo de tierra, el Esequibo es un sitio maravilloso donde hay relaciones sociales de producción históricas, poblaciones que han nacido y se han desarrollado allí, donde conviven expresiones sociales de distinta naturaleza. Hay seis etnias no solo del Caribe sino de toda América. Lo que en algún momento fue identificado como la familia Caribe tiene su representación allí. Esas comunidades y ancestros están allí asentados. Nuestra historia es parte de la historia de Guyana. Por eso hay que ver el Esequibo como algo mucho más profundo.

Ese territorio está lleno de una riqueza enorme que no ha sido desarrollada. Me refiero a las reservas de oro, a la reserva forestal que es inmensa y es parte de la Amazonía, es parte del pulmón vegetal del mundo, y una riqueza hidrográfica enorme. Nosotros podemos construir allí centros de producción hidroeléctrica más grandes que la represa de Guri. El Esequibo es algo estratégico, no solo para Venezuela, no solo para Guayana sino para el capital trasnacional que anda buscando la manera de apropiarse de eso.

Lo que nos queda en este momento es solicitar de inmediato el nombramiento del nuevo Buen Oficiante, un señor que con la confianza del Secretario General de las Naciones Unidas y el visto bueno de los dos países comience a actuar para construir una salida. Hay muchas y no son ni la militarista ni la colonización social que plantean algunos. Decir vamos a partir de cero y nos dividimos el Esequibo no resuelve nada, allí hay gente que requiere y exige el reconocimiento de su condición humana y eso Venezuela lo valora más que cualquier otro país.

[quote_center]Las empresas trasnacionales han configurado la posición “agresiva” contra Venezuela[/quote_center]

¿Por qué no actuar de inmediato y nombrar al nuevo Buen Oficiante? Porque nuestra embajada ha estado prácticamente paralizada desde el año 2012, perdió la fuerza política, perdió el carácter integrador, los vínculos sociales con el pueblo de Guyana y ha perdido progresivamente la trascendencia en el mundo diplomático.

¿Qué ocurrió en 2012, por qué se perdió esa fuerza política?

— El presidente Chávez era muy cuidadoso a la hora de nombrar a sus embajadores y estaba claro de que un embajador no es sencillamente un diplomático que cumple con labores del rigor. Un diplomático es alguien que tiene profunda formación política, conocimientos geoestratégicos de lo que está ocurriendo, la disposición al estudio permanente y al mismo tiempo el compromiso con la defensa del país. Yo creo que nuestra embajadora allá reúne alguna de esas condiciones, pero no tiene lo básico: la formación, la fuerza y el fogaje político para entender lo que significa esa embajada de Guyana en el contexto internacional. Esa embajada es tan importante como la embajada de Venezuela en los Estados Unidos.

¿No resulta contradictorio que el presidente Maduro habiendo sido Canciller durante casi siete años no se preocupe por seleccionar mejor a sus embajadores?

— Creo que es una selección respetuosa, tratando de buscar, a lo mejor, más adelante el fortalecimiento de eso, pero no ha dado los resultados. Los embajadores deben ser evaluados permanentemente y no pueden permanecer mucho tiempo en los cargos. La percepción que ellos (Guyana) tienen de nosotros es de debilidad, de una misión diplomática muy frágil y de un gobierno que quiere ocuparlos.

¿Cuál sería el papel político que jueguen en la crisis países como Cuba o Brasil que han sido aliados de Venezuela en los últimos 15 años?

— Uno de los países más generosos con Guyana en términos de apoyo y cooperación ha sido Cuba. En este momento las relaciones son excelentes, probablemente con este nuevo gobierno comiencen las diferencias, aunque son muchos los programas que comprometen a Guyana con Cuba. Por eso el papel de Cuba de fundamental. Es interesantísimo eso de que Cuba sea nuestro aliado en la ALBA, porque Guyana también pidió su ingreso al ALBA.

Brasil hizo un puente sin consultar a Venezuela y eso generó muchos conflictos con el comandante Hugo Chávez, que no fueron públicos. Hubo reclamos de Chávez a Lula Da Silva de manera privada. Ese puente lo construyó Brasil para comunicar el último pueblo del nordeste brasileño, Bonfim, con el primer pueblo de Guyana, Lethem, y allí cada quien instaló un consulado y eso lo bautizaron como el Portón del Caribe para el Nordeste Brasileño. Uno ve a diario un desfile de camiones de productos brasileños, que son los que alimentan la economía guyanesa. Esa estrategia del Esequibo y lo que tiene que ver con los dos extremos es lo que necesitamos estudiar.

Es tan complejo que Brasil está firmando un acuerdo para la construcción de 400 kilómetros y cuatro puentes desde Lethem hasta Linden, un pueblo negro de Guyana, donde se explota la bauxita, que hoy está en concesión a una empresa rusa y tiene un carácter importantísimo, y de allí lo vincularían directamente con el sitio escogido para construir un puerto de aguas profundas.

¿Cómo beneficiaría ese puerto de aguas profundas a Venezuela?

— Ese puerto de aguas profundas tendría que estar vinculado a nuestra producción en el sur del país, específicamente la de Guayana y de la Faja Petrolífera del Orinoco, para eso nosotros planteamos la construcción de una carretera que saldría desde El Bochinche, una zona minera del municipio Sifontes, para llegar hasta Georgetown, pasando por varios ríos y el puerto de Parika. Eso nos vincularía de manera directa con el mundo del puerto de aguas profundas en la desembocadura del río Berbice, otra parte de Guyana donde todos tienen puesto el ojo para la construcción de ese proyecto. Los únicos que han presentado propuestas para construir ese puerto de aguas profundas son las trasnacionales.

¿Qué opina sobre el decreto 1787?

— Es un decreto con un profundo sentido geoestratégico y social. Ese decreto del presidente Nicolás Maduro no ha sido discutido ni explicado a la gente. Con ese decreto lo que se hace es poner en funcionamiento las Zodimain y constituye la Zodimain de la fachada Atlántica, que significa defender nuestro Delta del Orinoco y respetar, hasta donde tenemos que respetar, la controversia territorial para que avance por la vía que debe avanzar, como estamos haciendo a través de los buenos oficios, pero impedir por encima de todo la ocupación del territorio del Delta. Eso hay que explicarlo en las universidades, liceos, en todas las instancias políticas que tiene el Psuv, en las Unidades de Batalla Hugo Chávez (UBCH), en los comandos de luchas populares. La canciller ha tenido dos intervenciones públicas sobre ese tema pero no lo ha explicado.

[quote_center]»Los únicos que han presentado propuestas para construir ese puerto de aguas profundas son las trasnacionales»[/quote_center]

Esa respuesta del presidente Maduro al crear las Zodimain es producto de que algunos factores de la FANB conocen el tema con profundidad y tienen claro cuál es el paso que hay que dar para la defensa de nuestra soberanía. Hay que decirlo, reconocerlo, apoyarlo.

¿Qué opina sobre el comunicado que emitió la Cancillería? ¿Es correcto? ¿Estuvo a destiempo?

— El comunicado es absolutamente correcto en su contenido porque mantiene incluso un lenguaje respetuoso y manifiesta la preocupación. Pero también habría que precisar que lo peligroso es el plan que pretende defenderse con ese comunicado. Habría que explicar cómo se ha confabulado el capital trasnacional. La provocación no está en el lenguaje, está determinada claramente por el juego geopolítico de las trasnacionales y eso que hay que explicarlo en profundidad. Un canciller nuestro tiene que tener pleno conocimiento para explicar que ahí hay un juego geopolítico. La gente tiene que saber que el Delta del Orinoco y nuestra salida al Atlántico está en peligro, también el desarrollo de PetroCaribe, que causa la mayor preocupación a EEUU. La única recuperación que ellos pueden hacer de su espacio político en el Caribe es golpeando a PetroCaribe y poner, a través de las trasnacionales, un proceso de colonización en un contexto moderno, un contexto mejor acabado, un contexto que le permita no solo sacar petróleo sino controlar a los países del Caribe.

¿Es normal que Guyana marque la agenda diplomática venezolana?

— Es inconcebible que el canciller de Guyana, acabándose de instalar en Takuba Lodge, como se conoce a la cancillería guyanesa, convoque públicamente y de inmediato al embajador de Venezuela para que le explique el decreto 1787. ¿Qué es eso? Ese decreto es de Venezuela, ese decreto tiene que ver con nosotros. Ese señor nos marcó la pauta. Eso ocurrió con él llegando y nosotros que estamos establecidos y tenemos pleno control administrativo y político de la cancillería no hemos convocado todavía al embajador y nos planteamos que Venezuela pida una reunión con el canciller. Venezuela tiene que exigirla, porque ese gobierno de Guyana es agresivo y está al servicio de las trasnacionales, está perjudicando la paz en la región y pone en peligro a PetroCaribe.

La posición desde Georgetown es que Venezuela está “socavando sus posibilidades de desarrollo económico” ¿Es esto cierto?

— Si alguien ha logrado sacar a Guyana del socavón económico es Venezuela. Guyana tenía un acuerdo de comercialización de arroz, a través de la Unión Europea, con algunos países como Portugal. Tenían las peores condiciones, con el Reino Unido en las peores condiciones. Venezuela le dio las mejores condiciones para que los productores de arroz, que son parte fundamental de esa economía, se desarrollaran. Venezuela le suministra el 50% del consumo de combustible a Guyana. Es lo que alimenta el alumbrado de las calles de Guyana. Estamos hablando de 5.200 barriles diarios. Somos el primer cooperador directo de Guyana. ¿Cómo es posible que permitamos que David Patterson, el ministro de Infraestructura Pública de Guyana, emita una comunicación que le impida a Conviasa volar? Esa es una conexión que costó muchísimo trabajo. Ese señor toma esa decisión porque supuestamente la empresa no ha pagado algunos elementos propios del intercambio de la comunicación. Vamos a revisar las cuentas de PetroCaribe para ver si están actualizadas. Eso no lo entiende mucha gente de la oposición que es tan miserable que está muda, porque no entiende lo que ocurre y es incapaz de defender la patria porque tendría que chocar con Exxon, la Texaco, CGX.

Sin embargo el Psuv tampoco ha hecho muchos comentarios sobre lo que ocurre en Guyana. No se han organizado como ocurrió con la campaña #ObamaDerogaElDecretoYA

Resulta más fácil construir un discurso rápido, con el carácter de una batalla contra el imperialismo de manera directa. Cuando tienen que construir un discurso que implica estudios, debate, oír a los especialistas y escuchar las distintas opiniones, entonces prefieren quedarse en lo básico. Allí hay un problema profundo, de fondo, que tiene que ver con la política mundial, con la definición de nuestros límites con Estados Unidos, que tiene que ver con nuestra relación con El Caribe, que tiene que ver con Isla de Aves. Todo hay que incluirlo en el debate. Entonces el Psuv, como lo dices, se ha quedado encasillado en las cuestiones más elementales. Comienza a parecerse a mucha gente del pasado que no ha abordado en profundidad los temas. Emulamos el comportamiento político de la vieja dirigencia de la IV República. Yo soy militante del Psuv y no me canso de repetirlo públicamente, a riesgo de que me llamen fastidioso, quinta columna o contrarrevolucionario.

El plan de dejar a Venezuela sin salida al Atlántico, "ha sido implementado por el ala cívica del PPP, con la anuencia de Bharrat Jagdeo, presidente de Guyana hasta 2011", explica Morandy.
El plan de dejar a Venezuela sin salida al Atlántico, «ha sido implementado por el ala cívica del PPP, con la anuencia de Bharrat Jagdeo, presidente de Guyana hasta 2011», explica Morandy.

¿Pudo haber tenido que ver la actitud blanda de Chávez con los gobiernos guyaneses con esta crisis que se desarrolla?

— Creo que el comandante Hugo Chávez tenía la percepción y la interpretación más clara de cómo debían ser las relaciones con Guyana. Él profundizaba el tema, no se quedaba en lo aparente, en la banalización de los hechos históricos, de los hechos sociales. Él lo dijo, “no podemos ser obstáculo para que el Esequibo se desarrolle”. Una cosa es que esté en controversia y otra que pueda desarrollarse. Nosotros no somos obstáculo para que ningún pueblo se desarrolle.

El comandante Chávez dijo que no se iba a instalar la base satelital y no se instaló, al mismo tiempo Guyana venía haciendo algunas cosas que tenían que ver con las concesiones de madera, oro y en algún momento comenzaron a hacerlo de manera inconsulta lo que impidió que eso se desarrollara plenamente.

¿Qué postura cree que asuma la Caricom, la Unasur e incluso la Common Wealth, de la que es parte Guyana?

— La Common Wealth tiene una relación absolutamente colonialista con esos países, la reina Elizabeth II es aún la presidenta de muchos. La fuerza que puedan tener es muy remota. Van a actuar a través de las trasnacionales. Aquí lo importante es Caricom. La comunidad del Caribe no es totalmente homogénea en torno a los planteamientos de Guyana, han aprobado históricamente algunas cosas, pero allí hay gente que es miembro del Alba, que tiene unas relaciones profundas con Venezuela. No solo en lo diplomático, sino en lo económico y en lo político. Nosotros tenemos que prepararnos para tomar la iniciativa e ir a ese debate ¿Qué estamos esperando? Que Guyana se presente a la Caricom. La sede de su secretaría permanente es Guyana.

Unasur va a exigir la profundidad del debate y va a ser el factor clave para la estabilidad no solo democrática sino de la paz de la región. Esta es una de las crisis diplomáticas más complejas que enfrentaría Unasur desde su creación porque tiene demasiadas aristas políticas y económicas.

Le reitero la pregunta sobre Cuba, ¿a quién apoyará? Además de las buenas relaciones históricas con Guyana, en los últimos meses ha florecido una nueva relación con EEUU

— El papel de Cuba es determinante. No creo que la posición sea ponerlos de allá o de acá. Frente a las trasnacionales Cuba está clarita. Si alguien puede interpretar lo que ocurre en El Caribe es la diplomacia cubana. No veo una nueva relación entre Cuba y EEUU. Lo que veo es que hay una derrota histórica de EEUU ante la actuación inteligente que ha tenido Cuba, producto de una realidad económica y social y una lucha que ha mantenido durante muchos años.

¿Qué es lo que más se puede temer de la reacción de Guyana, y su “gobierno de extrema derecha”, ante el comunicado de la Canciller y de las próximas acciones que tome Venezuela en los organismos internacionales?

— La embajada de EEUU en Guyana es la que está marcando la pauta del gobierno, y es la que define su política internacional. La respuesta que den dependerá de lo que ordene la embajada norteamericana en Georgetown. En este momento nos corresponde buscar contenido, fuerza, tener la cautela y la inteligencia necesarias porque si esto se convierte en un intercambio de comunicados probablemente llegue un momento en el que se exacerben los comunicados, se caldeen los ánimos y comience a ir más allá de lo diplomático.

No podemos tampoco estar en la onda militarista, pero no podemos dejar de entender que Guyana hoy está participando con la cuarta flota de los Estados Unidos en algunos ensayos militares en San Cristóbal y Nieves en el Caribe Oriental, y tendrán que hacerlo muy cercano al Delta del Orinoco, porque en el área frente a Guyana es imposible hacerlo porque sus aguas territoriales no lo permiten. Esto tenemos que evaluarlo para responder, hay que explicarle al mundo qué hace Guyana con un pequeño barquito, que no tiene ninguna posibilidad ni de aprendizaje, en esas prácticas.

¿Sería una suerte de provocación para Venezuela? ¿Una demostración de fuerza?

— La provocación es del Departamento de Estado, que es quien lo promueve. El que dirige el plan, el que dice nuestras trasnacionales van para allá. Hay que recordar que EEUU no tiene una Pdvsa sino que opera con trasnacionales. Eso es como si Pdsva se metiera allá en la frontera con Estados Unidos. Hasta que nuestro pueblo no se apropie de la realidad política, económica y social y del significado histórico de esto que ocurre no podemos reclamar niveles de consciencia ni puede haber una consulta posterior sobre el Esequibo. ¿Cómo vamos a hacer una consulta si el pueblo no conoce?


Quién es quién en el nuevo gobierno de Guyana

David Granger, el nuevo presidente de Guyana: “Es un militar retirado con una formación política de ultraderecha y un defensor a ultranza de todos los preceptos neoliberales, incluso por encima de cualquier interés nacional”

Carl Greenigde, canciller: “Siempre ha tenido en la mira propiciar conflictos con Venezuela porque dice que no va a haber una relación armoniosa mientras exista la controversia por el Esequibo”

David Patterson, ministro de infraestructuras públicas: “Es enemigo acérrimo de Venezuela”.

Moses Nagamootoo, primer ministro: “Con él se conforma una estructura de gobierno que es el resultado del sectarismo, de la negligencia y de la poca capacidad de respuesta que tuvo el Partido Progresista del Pueblo”.


Si quiere contactar al autor escriba a andreina@larazon.net


 

*Por un error de transcripción en la entrevista publicada este domingo en la edición en papel, cuando el diplomático Morandy habla de que «Venezuela lo que reclama es un acto de justicia frente al despojo histórico del Imperio Británico, que fomentó el silencio de la V República», lo que dijo fue IV República.