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La carne es otra de las cosas que desaparece en Venezuela

La importación de carne ha caído

Un estilo de vida se desvanece en medio de la crisis económica


Anatoly Kurmanaev para Bloomberg

Este año la Venezuela amante de la carne ha pasado de ser el segundo importador de ganado a traer casi nada, de acuerdo a datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Una caída de 127.000 reses en lo que va de año.

Como todo lo demás que ocurre en Venezuela en este momento, se puede culpar al desplome de los precios del petróleo.

La caída de la exportación más importante del país ha deteriorado las reservas internacionales, dejándolas con apenas algunos dólares para poder importar insumos fuera de la canasta básica. Las reservas están en 12,6 millardos de dólares, muy cerca de su marca más baja en los últimos 12 años. Tan solo en el último mes la caída fue de mil millones de dólares.

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A la industria local de la carne no le va mucho mejor. Los mataderos casi han reducido a la mitad su producción (30.000 cabezas de ganado), según la Asociación Nacional de Ganaderos. Escasez en todo, desde vacunas hasta transporte, falta de financiamiento y controles de precio han diezmado los una vez poderosos rebaños de vacas Brahman que rondaban en la exuberante sabana venezolana.

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El gobierno ajustó el precio de la carne de primera a 250 bolívares por kilo. Esos precios tan bajos han dejado los anaqueles de los supermercados vacíos, con los proveedores repartiendo mercancía a carnicerías que venden el producto sin regular, donde la misma carne se puede conseguir hasta 10 veces más cara.

Para un gobierno socialista que se enorgullece del aumento del consumo, esto es un gran problema. El fallecido presidente Hugo Chávez y su sucesor Nicolás Maduro se han aferrado al poder durante 16 años superando un golpe militar, un paro petrolero, desastres naturales y el declive del aparato industrial dándole a los pobres más y mejor alimentación y vivienda. Y nada habla mejor del bienestar que un jugoso filete de carne.

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El ministro de Agricultura Yvan Gil se ha jactado de que un venezolano promedio comía tres veces más carne en 2012 que antes de la llegada de Chávez al poder, lo que equivale a 90 kilos al año.

Ese aumento ha declinado desde entonces. Incluso antes de la caída de las importaciones, el consumo de carne y pollo per cápita se ha desplomado para las personas con bajos ingresos en los 18 meses desde enero de 2013 hasta junio de 2014, según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística.

“Por muchos años el gobierno ha usado la comida como herramienta política”, priorizando las importaciones a expensas de la producción nacional, dice Otto Gómez presidente del Consejo Venezolano de la Carne. “Cuando caen los precios del petróleo, como ahora, esos programas son imposibles de mantener”.


Esta es una traducción libre hecha por La Razón