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Gran Alianza Nacional GANA

La Gran Alianza Nacional GANA impulsará la recuperación por la Asamblea Nacional de todas las atribuciones constitucionales, de debate, legislativas y de control, que le han sido conculcadas


Luis Fuenmayor Toro

A continuación llamado plural a organizar el rescate de la Patria:

“Observamos con alarma el peligroso rumbo tomado por la República. Desde la jefatura del Estado se ejecuta un proyecto hegemónico que obstinadamente intenta imponernos su visión y dividir a los venezolanos. La gente demanda soluciones y la respuesta es una insensata arrogancia. El Estado concentra cada vez más poder, pero cada vez hay menos gobierno. La inseguridad personal roba, secuestra, viola y asesina, los empleos desaparecen, la economía productiva languidece, la escasez nos acecha, los servicios públicos colapsan, la carestía limpia nuestros bolsillos y la juventud emigra. La incertidumbre y desesperanza se apoderan de la nación. Este sombrío escenario se produce luego de un prolongado período de abundancia fiscal petrolera, la cual, súbitamente, ha llegado a su fin. Tal circunstancia debería generar una seria reflexión sobre el origen y destino de una riqueza nuevamente malgastada.

Aunque trágico, no resulta sorprendente. Es el fracaso del modelo rentista exportador de materia prima, llevado al límite por el Socialismo del Siglo XXI. Ahora el déficit lo paga una población que recién se percata del espejismo que ha sido la llamada revolución bolivariana. Como en el pasado, se puso en marcha un perverso sistema de acumulación sustentado sobre el diferencial cambiario de divisas, que impulsó las importaciones de lo que dejaba de producirse en el país y permitió que se amasaran fabulosas fortunas al amparo de la más abyecta corrupción.

Todo esto se da en un marco electoral, aparentemente democrático, pero sin representación proporcional, en medio de una inmensa degradación ética y social, corrupción sistemática generalizada, ausencia de autonomía de los poderes públicos, inseguridad jurídica y perversión de las instituciones que debían administrar justicia, legislar, controlar al estado y defender al ciudadano. El régimen impone, como sea, su dominio político y el control de la sociedad, violando la Constitución y las leyes, valiéndose de la manipulación informativa, la mentira descarnada, el encubrimiento de sus delitos, la represión policial y parapolicial y la criminalización y judicialización de toda protesta. Es el imperio del abuso de autoridad y el ventajismo electoral y, lo más grave, el estímulo de la división y polarización de la sociedad y del odio entre los venezolanos, basados en pretendidas razones ideológicas y sociales.

Por su parte, los grupos hegemónicos de la MUD siguen impulsando este esquema polarizado, pretendiendo capitalizar toda oposición a los múltiples desaciertos y desafueros gubernamentales. Son contrarios a facilitar el diálogo y abrir caminos para resolver los problemas, a los cambios necesarios en el modelo estructural del país y a la reconciliación sobre la base de la justicia social para las mayorías. Con la polarización centrada sólo en el conflicto político, se desentiende del bienestar de la gente, niega el pluralismo que significaría la presencia de otras fuerzas políticas, contribuye al desánimo mayoritario, congela el liderazgo nacional y regional y monopoliza el escenario político electoral del país.

Sin embargo, la crisis referida y la muerte del líder oficialista han dado paso a una descomposición, que afecta al Gobierno y a la oposición de la MUD. La polarización política y electoral, que tanto los benefició, se ve hoy resquebrajada, al aparecer un importante sector de venezolanos que la rechaza, como se ha expresado en los comicios y encuestas más recientes. No se desea la continuidad de lo que hay, pero tampoco se quiere el regreso de lo que había; se busca un horizonte diferente para el país. Esta nueva situación abre posibilidades de participación electoral de otros grupos políticos, democratizando y pluralizando el escenario de luchas. La conformación de una amplia y representativa alternativa política, que exprese el inmenso malestar actual y canalice la poderosa expectativa de cambio existente, es una necesidad y una demanda urgente del pueblo.

El elemento jurídico que ha garantizado el éxito de la polarización es la ausencia de proporcionalidad electoral. La Ley Orgánica de Procesos Electorales, violando la Constitución, establece un sistema de carácter mayoritario, que favorece groseramente al ganador por cualquier margen, da una participación menor a la fuerza que lo siga y excluye la participación del resto, marginando a centenas de miles de votantes que quedan sin representación. Derrotar al sistema electoral mayoritario y rescatar la representación proporcional ordenada por la Constitución constituye una tarea estratégica impostergable para el futuro de la democracia venezolana.

Sobre estas bases, De Frente con Venezuela (DFCV), Democracia Siglo XXI, Izquierda Democrática Ambientalista (IDEA), Movimiento al Socialismo (MAS), Movimiento Ecológico de Venezuela (MOVEV), Movimiento Petróleo para el Pueblo, Opinión Nacional (OPINA) y Resistencia Civil (RC), se unen, conservando su independencia y sus especificidades, para ir conformando la Gran Alianza Nacional GANA, que permita participar en las próximas elecciones a la Asamblea Nacional y a los parlamentos regionales, e ir incluso más allá. La alianza presentará candidaturas a diputados en forma que permita sumarles todos los sufragios emitidos por los partidos y grupos aliados, y así recoger la voluntad de quienes están descontentos con el gobierno conservador y la oposición restauradora. Su selección se hará según su trayectoria política, profesional y de lucha social, a partir de las circunscripciones y de los estados, con la más amplia participación de los ciudadanos y sus organizaciones.

La Gran Alianza Nacional GANA impulsará la recuperación por la Asamblea Nacional de todas las atribuciones constitucionales, de debate, legislativas y de control, que le han sido conculcadas, para así contribuir a la superación de la grave crisis nacional. Impulsaremos y apoyaremos la actividad legislativa que propugne la defensa de la soberanía e integridad territorial, la proporcionalidad electoral, el equilibrio económico, las mejoras laborales, educativas y de salud, el desarrollo científico tecnológico, la agenda ecológica, la seguridad personal y muchos otros aspectos ausentes en otras ofertas programáticas y, sobre todo, en las actuaciones legislativas de los diputados de estos 16 años de conflicto estéril.

Convocamos con esta declaración a todo el pueblo descontento e inconforme: trabajadores, campesinos y productores del campo, profesionales, amas de casa, universidades, estudiantes y empresarios, que deseen construir una Venezuela distinta, que supere los odios, vicios y carencias existentes”.