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Hay razones para la angustia

Crisis económica

El alto Gobierno recurre al TSJ para descabezar a los partidos opositores y a los aliados que no obedezcan (caso del MEP)



Luis Fuenmayor Toro

Dese hace varias semanas hemos estado señalando que el Gobierno luce muy nervioso, peligrosamente inquieto, y las razones son más que obvias. La situación económica lejos de comenzar a enderezarse se tuerce mucho más y principalmente alrededor de las gargantas de quienes menos tienen, y me incluyo dentro de ellos como profesor universitario jubilado que soy. No hay sino que ir a un auto mercado a comprar lo que se consigue, para ser golpeado en forma inclemente por la elevación de los precios. La inflación no sólo no ha detenido su avance sino que es hoy más veloz. Semana a semana, a veces día a día, las elevaciones de los precios sacuden nuestras mentes y desorbitan nuestros ojos. Y no estoy hablando de precios de mercancías del “bachaqueo” sino de aquéllas que se consiguen. El bolívar fuerte fue y hoy más que nunca es inexistente, un fantasma, la demostración de una burla al pueblo pobre, sin valor ninguno para comprar. Un carro cuesta como antes un apartamento; lo mismo ocurre con un refrigerador. Éste es el verdadero legado del eterno, quien será eterno en nuestro recuerdo por la destrucción total de Venezuela.

El desabastecimiento continúa su marcha a pesar de las supuestas acciones para enfrentarlo: Las filas en automercados privados y oficiales hoy son más numerosas que nunca, mucho más largas que antes y se extienden por todo el territorio nacional, como clara demostración del fracaso gubernamental. Capta huellas, compras por el terminal de la cédula, colocación de más personal en las cajas, detenciones arbitrarias de gerentes y supervisores, prohibición de hacer filas delante de los locales expendedores de mercancías, han fracasado y perjudican los deseos electorales gubernamentales. Sigue sin haber harina pre cocida de maíz, harina de trigo, papel sanitario, mantequilla, carnes en general, toallas sanitarias, desodorantes, repuestos de vehículos, artículos de plomería, y la escasez es mayor en la provincia que en Caracas. Adicionalmente, en esta súper potencia gasífera y petrolífera, con las reservas de hidrocarburos más grande del mundo, hay escasez de gas para uso doméstico, una insuficiente generación eléctrica, no hay agua (Boca de Pozo en Macanao lleva 3 meses), ante un Gobierno indolente que sólo le importa su recuperación electoral.

Las últimas encuestas colocan de primero a la oposición comparsa, responsable de parte de la desgracia actual, con casi la tercera parte de los votos; en segundo lugar, muy cerca, están los venezolanos que buscan una alternativa distinta de la MUD y del Polo Patriótico y en tercer lugar, con una quinta parte de las preferencias, el chavismo, lo que significa que éste ha sido relegado a un tercer lugar, a unos 8 puntos del llamado sector independiente. Estos resultados por supuesto que producen un gran miedo, un enorme nerviosismo, una desesperación en las cúpulas chavecas ante la posibilidad real de perder las venideras elecciones, razón por la cual se han dado a la tarea de acentuar el hostigamiento y la represión contra quienes se les opongan y contra quienes no los apoyen sin cuestionamiento ninguno. Las víctimas de esta conducta han sido la MUD, en primer término, pero también sectores cercanos, críticos pero no necesariamente enemigos, por simplemente objetar métodos, pedir mayor participación o exigir un retorno a las líneas iniciales del proceso revolucionario que, en sus concepciones, se ha desviado.

Por eso el alto Gobierno recurre al TSJ para descabezar a los partidos opositores y a los aliados que no obedezcan (caso del MEP); por eso la Contraloría, silente en casos de corrupción monstruosa, pasa a inhabilitar apresuradamente y por razones baladíes a dirigentes de la MUD; por ello el CNE le niega la legalización a una serie de grupos políticos, que han cumplido con todos los requisitos y presentado sus recaudos; por eso dicta en forma extemporánea un decreto de paridad de género, con el propósito de entorpecer la conformación de planchas de los grupos llamados independientes. Por ello acentúan sus programas electorales de entrega de “regalos” (viviendas, equipos eléctricos y electrónicos, cupos en las universidades) en forma más osada que la que hacían los adecos en el pasado, en un enorme engaño que esperan rinda frutos electorales, sin importar que la gente despierte del espejismo creado más adelante. Por estas razones crean la “Operación de Liberación del Pueblo”, para hacerlo creer que está siendo liberado de la opresión del malandraje, cosa incierta pues éste no desaparece con la realización de operativos de novela anunciado además con anticipación.

La gente debe recordar que esas bandas, de las que ahora dicen liberarlos, son las mismas con las que el Gobierno hizo sus acuerdos de las “Zonas de paz” y a las que entregó negligentemente barrios y pueblos enteros (Ocumare del Tuy), así como los urbanismos de la Gran Misión vivienda. No puede venir ahora con la demagogia electorera cuando lo que está diciendo que hace es enfrentar delincuentes que ayer perversamente favoreció.