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Refinería con capital venezolano se declara en bancarrota

La refinería Hovensa en Islas Vírgenes es copropiedad de Pdvsa y había intentado venderse el año pasado, tras haber parado operaciones en 2012 por problemas financieros


Redacción La Razón

El gobierno de las Islas Vírgenes de Estados Unidos ha presentado una demanda contra la petrolera Hess Corp por más de mil millones de dólares, alegando que la empresa abandonó una refinería de petróleo masiva que se había comprometido a ejecutar hasta el año 2022. Así lo reporta la página web de Aljazeera.

Se trata de Hovensa, la refinería que, hasta su cierre en 2012, fue la más grande del mundo y de la que era copropietario el gobierno venezolano a través de PDVSA. La refinería se instaló en Islas Vírgenes, con una capacidad para procesar 545.000 barriles diarios. Una sociedad a medias donde cada socio suministraba la mitad de los crudos y las exportaciones iban directamente al mercado estadounidense.

La filial Hess, petrolera copropietaria, anunció acogerse a la bancarrota, lo que le permite ejercer la venta de la refinería para su uso como una instalación de almacenamiento sencilla. La compañía manifestó que planea vender sus activos en una subasta supervisada por un tribunal federal.

Tanto Hess como PDVSA trataron de vender Hovensa el año pasado, pero un posible acuerdo terminó hundido por los legisladores en Islas Vírgenes, según apunta el jefe de Reestructura de Hovensa, Thomas Hill, en una presentación ante la corte este martes en la isla de St. Croix.

La decisión de las Islas Vírgenes llevó a Hovensa a reiniciar su proceso de comercialización y venta, llevando eventualmente a la declaración de quiebra por los problemas financieros que estaban presentando desde 2009 y que llevaron al recorte de operaciones y cierre en el año 2012.

El caso se centra en los términos de los recortes de impuestos que habría recibido Hess desde la instalación de la refinería en 1965. El acuerdo incluía condiciones para promover el establecimiento y funcionamiento de las operaciones de refinación hasta el año 2022.

La demanda dice que Hess y PDVSA firmaron contratos que impulsaron artificialmente el precio del crudo venezolano y suprimieron el costo de los productos derivados que la refinería envió a las gasolineras Hess a lo largo de la costa este de Estados Unidos.

Durante su época operativa la refinería empleaba a uno de cada cuatro trabajadores de la isla.

Demandas de contaminación ambiental

Esta no es el primer problema legal que enfrenta la refinería. En 2005 fue demandada por reguladores ambientales que alegaban contaminación del agua potable, daños al ecosistema marino y la vida silvestre de las islas. La compañía estableció una promesa de pago de las Islas Vírgenes de 43,5 millones de dólares.

Parte del problema es que la refinería Hovensa fue construida en la mayor laguna de manglares de la isla de St. Croix, y el mal manejo de petróleo crudo y sus derivados en la instalación provocaron extensa contaminación del acuífero.

Los representantes gubernamentales de la isla aseguran que el daño causado por la refinería equivale a cuatro veces el derrame petrolero de Exxon Valdez.

Hovensa parece tener más de mil millones de dólares en deuda, incluyendo una cantidad desconocida exigida por los reguladores ambientales en los Estados Unidos, las Islas Vírgenes y Puerto Rico.