, ,

José Balza: “Nos están llevando a la Edad Media”

José Balza

José Balza, Premio Nacional de Literatura: “Aquí la crueldad contra lo que llaman pueblo (todos nosotros) es calculada y exitosa”


Edgardo Agüero S.

José Balza (San Rafael de Mánamo, Delta del Orinoco, 1939) es narrador y ensayista. Psicólogo por la UCV y docente en las áreas de literatura, arte y psicología. Premio Nacional de Literatura (1991). Sus obras han sido traducidas al italiano, francés, inglés, alemán y hebreo. Ha publicado libros sobre teoría literaria, sobre artes plásticas, cine, música y televisión. Con él conversamos sobre el país que es hoy Venezuela, de política y literatura. “Un escritor no es un político, pero su obra, al reflejar o intervenir la realidad, siempre es hondamente política”, advierte Balza, profundamente crítico con los políticos, que hablan mucho sin tener nada que decir. Igualmente cuestiona a “los emisarios de la nada” y en especial a los que considera sus constructores: los medios de comunicación social.

Gobiernos iletrados

Me parece percibir que en Venezuela el mundo literario vive una suerte de clandestinidad. La novela, el cuento, y no sé si el ensayo, corren con mejor albur, pero creo que no ocurre así con la poesía que siempre ha sido la hermanita pobre. ¿Será equivocada esta apreciación?

No es clandestinidad; nada que tenga que ver con la inteligencia es popular en este país.

Usted dijo alguna vez que conocer nuestra literatura es esencial para conocer al país y conocernos a nosotros mismos…

Desde luego, pero para eso hay que haber aprendido a leer. Siempre tenemos gobiernos iletrados.

También dijo que hay gente que habla mucho sin tener nada que decir, ¿se refiere a los políticos?

En primer lugar.

¿Cuándo habla de politiquería literaria a qué se refiere exactamente?

A lo que vivimos aquí cada día.

¿Entran los medios de comunicación entre eso que usted denomina “los emisarios de la nada”?

Son sus constructores.

Usted dice que vive atento a todo cuanto ve vivir, señala que mucha gente no se da cuenta del conflicto en el que vive inmerso. Entiendo que en este caso habla el psicólogo.

No, hablo como cualquier persona común que está condenada a hacer colas. Y a la masa eso le parece normal.

Rumbo a la Edad Media

Picón Salas decía, a propósito de la muerte de Gómez, que Venezuela ingresaba al siglo XX con un retraso de 35 años. Desde esa perspectiva cronológica y guardando las debidas proporciones, ¿podría aplicarse esta premisa al siglo XXI?

Este gobierno ha superado esas cifras, nos está llevando a la Edad media o a lo peor del siglo XVIII.

En cien años de exportación petrolera no hemos logrado colocar al país en dirección de una perspectiva real de desarrollo. ¿En su criterio, qué ha ocurrido?

Practicamos la imbecilidad.

Crueldad calculada y exitosa

En su novela “Un hombre de aceite”, el Capitán General Nicolás Eugenio Ponte y Hoyo, enloqueció en pleno ejercicio de gobierno; a propósito de esto usted dice: “La lógica de la locura condujo a aquella sociedad durante un tiempo”, ¿es esto factible, digo, que nos rija la locura?

Ese capitán era un ingenuo. Aquí la crueldad contra lo que llaman pueblo (todos nosotros) es calculada y exitosa.

Alguien habló del aventurerismo de quienes se inventan revoluciones para encubrir afanes de poder; ¿habrá algo de cierto en esto?

Permíteme citar las palabras de Simón Rodríguez, el maestro del otro: “¿Cuál es la causa de las revoluciones sino la ignorancia? No hay cosa más patriota que un tonto”.

Borges decía que la literatura es una forma de la felicidad. Considerando lo prolijo de su obra, me atrevería a preguntarle ¿ha sido usted feliz?

No hay otro motivo para vivir.

¿Qué tanto beneficia a la producción literaria del país que el gobierno se interese por este sector de la industria cultural?

Hasta hace unos años hubo un intento interesante: permitir a autores iniciales publicar. Pero eso hecho, sin formar a la gente (sintaxis, lógica, cultura, vocabulario), arrojó miles de ejemplares que nada valen, excepto para la vanidad de autorcitos y editores. Un esfuerzo baldío.

Paralelamente, la literatura de calidad fue postergada o excluida.

¿Hay polarización entre la intelectualidad venezolana?

Supongo que arribistas de todos los tiempos ( especialmente «poetas») y lameculos forman un cerco oficial. Los demás han seguido escribiendo como lo hicieron antes y ahora. Un escritor no es un político. Pero su obra, al reflejar o intervenir la realidad, siempre es hondamente política.

La realidad y la ficción

¿Escribe para alguien en particular, o mejor, en quién piensa cuando escribe?

Depende: trabajo en el ensayo para comprender la vida y la obra de alguien, para completar mi propia existencia. En las ficciones para salvar del tiempo (que todo lo consume u oculta) a seres y situaciones que me han rodeado o que he imaginado. En Aforismos para pensar con claridad, para reír o burlarme.

¿En alguna parte creo haber leído que usted es el escritor venezolano más traducido, es esto cierto?

¿De dónde sacas eso?

¿Escribe actualmente?

Escribo desde los 9 años. Nunca dejo de hacerlo: al leer a otros, al traducir, al redactar.

¿Cuáles son sus escritores favoritos; entre ellos, quién o quienes influyeron más en su obra?

Son miles. Cada libro que leo (la verdad es que, aparte de los clásicos de ayer y de hoy, no soporto nada que esté de moda) me absorbe como si la realidad se borrara o se transformara.


 

Narrativa, ensayo y crítica

José Balza ha dictado cursos, seminarios y conferencias en la Universidad Autónoma de México, la Universidad de Buenos Aires, la Universidad de Salamanca, la Universidad de Viena, la Sorbonne de París y la Universidad de Nueva York. Entre sus novelas figuran: Marzo anterior (1965), Largo (1968), Setecientas palmeras plantadas en el mismo lugar, (1974), “D” (1976); Percusión (1982), Medianoche en vídeo: 1/5 (1988), y Después Caracas (1995), Un hombre de aceite (2008). Es poseedor de una extensa obra cuentística entre los que destacan: Un rostro absolutamente (1982) La mujer de espaldas (1986), La mujer porosa (1997), Un Orinoco fantasma (2000), Caligrafías (2004), El doble arte de morir (2008), Uno (2013), Veinte ejercicios narrativos y una canción (2013.). También ha desarrollado una importante labor ensayística. Sus trabajos son publicados en revistas de Venezuela, Colombia, Cuba, México, Francia, Italia y Argentina. Ha sido jurado en todos los concursos literarios venezolanos de importancia y en el premio “Casa de la Américas” en La Habana. Fue invitado por la Unión de Escritores de Moscú, Armenia y Uspakistán en 1979. Su libro sobre el pintor Alejandro Otero, editado en italiano, español e inglés, fue presentado en Milán, Italia, en el año 1977. Participó en los principales movimientos de vanguardia artística y literaria de la década de 1960.


 

Entre ríos, pájaros y peces

El escritor José Balza nació a orillas del principal caño del río Orinoco, el Mánamo, en la población de San Rafael, al norte de Tucupita, en el estado Delta Amacuro. «Nacer en el Delta es un privilegio. Qué decir del caudal de los ríos, de los pájaros, de los peces, de los indígenas, del verdor. Tuve una infancia prodigiosa, plena de misterios de la noche, de las aguas. Dormíamos en chinchorros y sentíamos una profunda integración entre los animales, la naturaleza y nosotros. Nos desplazábamos libremente desnudos por doquier», ha dicho el escritor. Cuando llegó a Caracas vivió en una pensión en la parroquia San José. Desempeñó diversos oficios para poder sobrevivir. En la noche estudiaba. Hoy su obra es una referencia indispensable en la literatura venezolana.