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Crisis migratoria es una bomba de tiempo

Inmigrantes ilegales llegan a Italia

Los únicos ganadores en esta crisis son las mafias del crimen organizado que están haciendo grandes negocios con los inmigrantes ilegales


Augusto Figueroa

Los desplazamientos humanos masivos desde los países asiáticos Afganistán, Pakistán, Bangladesh, Iraq y Siria que tienen como objetivo llegar a Alemania y Suecia a lo largo de un largo recorrido de 5.600 kilómetros, desde Pensaward en la frontera afgana y pakistaní entre dos y tres meses: y los que desde Eritrea, Somalía, Sudán, Libia, Níger, entre otros Estados subsaharianos, atraviesan el mar Mediterráneo, para llegar Italia pero dirigen su meta al Reino Unido y Francia. Entre cuatro mil y cinco mil africanos se concentran en Calais pretendiendo llegar a Londres corriendo por el túnel de la Mancha que atraviesa el canal del mismo nombre. De enero a julio más de 240.000 inmigrantes sin papeles aprovechan el verano en su intento por llegar a Europa. 30.000 han pagado con su vida la aventura. Para las autoridades y la opinión generalizada es que la crisis migratoria constituye una bomba de tiempo que hará estallar la violencia de la xenofobia y de los grupos y partidos políticos de la ultra derecha nazi-fascista. En Berlín, y las regiones de Sajonia y Baviera han sido atacados centros para refugiados con saldo de heridos y edificios quemados.

La jefa del gobierno germano Ángela Merkel y su ministro de Interior Thomas de Mazière han advertido que esta es la peor crisis a la que se ha enfrentado el país en los últimos tiempos. La crisis griega ha quedado como un juego de niños ante la dimensión que adquiere el reto de la migración ilegal. Mientras las gestiones de asilo político de los que quieren llegar legalmente a Berlín desde Siria y los Balcanes (Kosovo, Serbia, Macedonia, Grecia) llegan este año a 800.000 aspirantes. Para Mazière el país no podrá soportar la carga y de hecho reclama cierre de las fronteras.

La tensión en Europa se agrava cada día por la incontenible ola de indocumentados que después de recorrer sus territorios llegan a Irán y de allí a Turquía para abordar naves que los trasladan a las islas griegas y desde allí a Atenas en momentos en colapsa el gobierno de Alexis Tsipras en medio de una crisis económica sin precedentes en el ninguno de los partidos políticos asume liderazgo para la formación de un gobierno hasta las elecciones dentro de un par de meses. Grecia que vive del turismo esperaba una ligera mejoría de sus ingresos. Pero la ola migratoria llevó al traste esta posibilidad.

El presidente francés Fracois Hollande y Merkel asumen un acuerdo migratorio para regular el desplazamiento interno de la Unión Europea ante la ausencia de respuesta de los demás miembros de la comunidad para una respuesta común. El Tratado de Schengen permite el libre desplazamiento de sus miembros en el seno del territorio por lo que ambos gobiernos proponen que sea revisado.

[quote_center]La tensión en Europa se agrava cada día por la incontenible ola de indocumentados que llegan por las islas griegas[/quote_center]

Los únicos ganadores en esta crisis son las mafias del crimen organizado que están haciendo grandes negocios con los inmigrantes ilegales y cobran desde 2.000 euros hasta 15.000 por el traslado de los clientes que dejan a la deriva en el mar o en los países del sur europeo y desde allí a marchas forzadas y carreras para llegar al destino que desean si lo logran alcanzar. Para entonces bregar su permanencia, refugio o expulsión.

Mientras en sus territorios de origen liberados del colonialismo después de la II Guerra Mundial se instalaron los nuevos explotadores, los líderes que dirigieron la lucha que pomposamente se llamó liberación nacional. Algunos de ellos sobreviven en África como Robert Mugabe de Zimbabue. Otros fueron heredados por sus descendientes. Si los colonialistas de las metrópolis europeas los esquilmaron y dejaron exhaustas las minas y las tierras de cultivo, los nuevos poderes de los revolucionarios liberadores han acabado la tarea se han enriquecido vorazmente y esta semana la prensa europea registra el creciente numero de millonarios en los pobres Estados libres e independientes africanos. Es el curso implacable y siniestro de los países de este inefable tercer mundo.

Los sirios, iraquíes, afganos y pakistaníes cansados de guerras y corrupción de luchas entre sectas religiosas intentan cambiar de vida asumiendo la difícil decisión de emigrar. Lo hacen en momentos poco propicios. Un mundo sumido en una grave crisis económica, política, social y humanitaria. El papa Francisco hace el llamado a los cristianos para que por misericordia atiendan el llamado de los inmigrantes ilegales. Será muy poca atención que tendrá.

En América tampoco están los pueblos en un lecho de rosas. Los Estados Unidos con sus índices de fortaleza del crecimiento de su economía conocida este jueves de un 3,7 por ciento superior a las previsiones, muestra su preocupación porque se desencadene en las próximas semanas una ola migratoria desde Centro América. Combustible para la candidatura del extremista Donald Trump que desde su trono de 86 pisos con su discurso cargado de odio y xenofobia contra los latinoamericanos gana cada vez mayor espacio político y como Viktor Orban, el jefe de gobierno húngaro pretende construir un muro de acero entre sus paìs y los vecinos. Lástima que en la región aun no hay conciencia de la gravedad que representa Trump no solo para Estados Unidos sino para toda América Latina. Es hora de tomar en serio el liderazgo que está levantando este fascista vociferante.

El cierre de la frontera Colombovenezolana

Respecto a la crisis fronteriza con Colombia recurrimos al testimonio del ex embajador Carlos Bula: “Primero las verdades absolutas. Los pueblos de Colombia y Venezuela son pueblos agredidos por el imperialismo y han estado sometidos por muchos años a los gobiernos oligárquicos sufragáneos de Norteamérica y Europa. Hace dos décadas el presidente Hugo Chávez Frías lideró la Revolución Bolivariana e instauró un gobierno del Socialismo del Siglo XXI que dio curso a un proceso de liberación del pueblo venezolano.

Pero desde el siglo pasado centenares de miles de colombianos encontraron fraterno refugio económico y político en Venezuela, cuando las condiciones en nuestro país se tornaban difíciles para la supervivencia. En general la condición de indocumentados nunca se levantó en su contra. Los venezolanos abrieron sus brazos a nuestros compatriotas y éstos contribuyeron al desarrollo económico y social de Venezuela.

Toda la frontera dispone de ciudadanos de doble nacionalidad jurídica o política, económica o familiar. Esa es la realidad colombo-venezolana y de casi todos los pueblos que habitan en territorios fronterizos en el universo. No entender este fenómeno indica una ignorancia o una maligna actitud lindante con el totalitarismo.

El actual gobierno de Venezuela heredero de Chávez, dispone de difíciles coyunturas propias de todo estado que pretende introducir cambios estructurales, luchar contra el neoliberalismo, construir una nación soberana y liderar un proceso continental de independencia. No hay que descartar que se hayan cometido errores que deben ser corregidos en el escenario político interno.

Pero no tenemos por qué ignorar que en la oposición venezolana, en donde se dan fenómenos sediciosos, violentos y terroristas, se haya acudido a alianzas con bandas y pandillas armadas en donde, en esta simbiosis de nacionalidades, puedan haber estado actuando individuos con nacionalidad colombiana. De otra parte el contrabando ha sido una constante en esa zona y en cierta forma tolerado por ambos gobiernos: el venezolano y el colombiano. ¡Es la verdad!. El narcotráfico con organismos y carteles de lado y lado de la frontera también se ha constituido en otro factor de inestabilidad. Esto no son responsabilidades exclusivas del Estado Colombiano; son compartidas y tiene la impronta colombo-venezolana. Se observará que no se hace relación a la insurgencia colombiana y sus relaciones con el gobierno bolivariano, pues ello dispone de elementos de naturaleza diversa y sobre lo cual se tendrán que hacer comentarios en otra oportunidad.

El combate en la frontera al narcotráfico, al contrabando y al terrorismo es una tarea que corresponde a los dos gobiernos como resultado de acuerdos internacionales. No de la forma autoritaria en que lo hace Venezuela y de la forma timorata que lo hace el gobierno colombiano. Los gobiernos deben suscribir tratados bilaterales que respeten la autonomía y soberanía de cada Estado.

[quote_center]Los desplazamientos humanos masivos reflejan la profunda crisis global[/quote_center]

Por otra parte el gobierno venezolano está en la obligación de informarle al continente la presencia de los paramilitares y dejar establecido las investigaciones y persecución que ha venido adelantando contra estas pandillas mafiosas. En lugar de lo anterior el presidente Maduro se lanza en forma infame contra colombo-venezolanos, especialmente contra colombianos pobres, a quienes confiscaron sus escasos bienes, demolieron y marcaron sus primarias viviendas, desunieron familias y atropellaron todos sus derechos, maltratándolos física y espiritualmente. Ni una sola pistola de juguete se encontró en los allanamientos. No hubo ‘armas de destrucción masiva’.

El presidente Maduro se ha apartado del espíritu de Simón Bolívar y le ha prestado un flaco servicio a la Revolución Bolivariana. Insiste en clasificar al presidente Santos como un engañado por la ‘oligarquía colombiana’, cuando Santos representa por excelencia a esta oligarquía.

Por supuesto que hay que resucitar el diálogo, acudir a las vías diplomáticas y rechazar toda incitación belicista e incendiaria que algunos dirigentes realizan de manera oportunista. Pero más allá de la exigencia al gobierno de Colombia de hacer respetar la dignidad y los derechos de los colombianos, hay que abrirle desde los sectores democráticos un debate al gobierno venezolano. Hay una agresión no solo contra el pueblo de Colombia, sino contra el pueblo venezolano. Las actuales medidas adoptadas por el gobierno de ese país son dictatoriales y ofensivas contra los seres humanos. Maduro fortalece a la derecha colombiana, venezolana y latinoamericana, cuando contra los gobiernos progresistas de la región se registra una ofensiva pro-imperialista. Eso sencillamente es imperdonable. Maduro ha actuado con un egoísmo que nosotros los socialistas democráticos pensábamos imposible que se anidara en un revolucionario. Un puñal se ha clavado en la patria grande.

Ojalá el PSUV inicie un diálogo en el Foro de Sao Paulo sobre estos hechos vergonzosos y humillantes. Y también un diálogo con la izquierda colombiana.

¿Ignora el presidente Maduro que una de las más grandes reivindicaciones de la izquierda mundial es el derecho de los ‘indocumentados’ y migrantes a permanecer y legalizar su situación en el país en el cual habitan? ¿Ignora el presidente Maduro la posición de la derecha de los Estados Unidos contra los hispanos? ¿Y de la derecha europea contra africanos y asiáticos? El derecho a la migración y a permanecer en el país en el cual se ha trabajado y donde se ha construido una familia es un derecho fundamental de la persona humana.

Presidente Maduro: El ex presidente Uribe jamás tendrá con qué pagarle. Ud. logró lo que parecía imposible; el día 26 de agosto de 2015 el Senado de la República por unanimidad aprobó una moción de solidaridad con este personaje.

No podemos dejar oxidar la espada de Bolívar”.