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Motorizados prefieren un casco barato, aunque no sea seguro

Motorizados

Sandoval, Lem o integral. Los motorizados saben las diferencias entre un buen casco y uno de “adorno”, el riesgo de usar uno u otro, pero prefieren los baratos y cómodos para evitar las multas. Pocos adquieren el mejor para evitar lo peor


Jesús Suárez

El 4 de octubre se cumplieron cuatro años del Reglamento Parcial de la Ley de Transporte Terrestre sobre el Uso y Circulación de Motocicletas en la Red Vial Nacional y el Transporte Público de Personas en la Modalidad Individual de Moto Taxis, publicado en la Gaceta Oficial N° 39.771.

Este debía ser el primer paso para regular la circulación de los motorizados, pero con los meses se convirtió en una especie de borrador, mientras el Instituto Nacional de Tránsito Terrestre (Intt) y el Ministerio de Relaciones Interiores se reunían en mesas de trabajo con los motorizados.

Lo hicieron para que estos conductores conocieran el reglamento, se objetara lo que se tuviera que objetar “y llegar a acuerdos”, según palabras del entonces presidente del Intt, Dante Rivas, en septiembre de 2012.

Las mesas de trabajo con los motorizados se iniciaron ese año, pero los avances fueron pocos y las conversaciones se paralizaron. Así están actualmente. Descontentos en algunos puntos del reglamento y la falta de continuidad de las autoridades encargadas (tanto del Intt como del Ministerio) dejaron las conversaciones a medias.

“Los cambios de directores nos obligaban a empezar siempre de cero, debatíamos y hacíamos las correcciones, pero aún no hay ninguna ley”, explicó Néctor Chacón, representante de la Fuerza Motorizada de Integración Comunitaria.

“No hay ley” porque los motociclistas rechazan varios puntos, pero sí la hay porque el Reglamento no ha sido derogado.

El cuerpo humano es la carrocería que recibe el choque en el caso de un accidente en moto

El artículo 30 de dicha normativa detalla las “Obligaciones de los conductores”, con 14 puntos que deben cumplir: portar licencia de conducir vigente, certificado médico de salud integral vigente, cédula de identidad, póliza de Responsabilidad Civil, chaleco, casco protector semi-integral o casco de seguridad acompañado de lentes transparentes (ambos deben ser usados por el pasajero), así como portar en un lugar visible la cédula de servicio si es mototaxi, entre otras obligaciones. Pero entre todos los puntos, la obligación del casco es la menos tomada en cuenta.

“El casco es un tema de fundamental importancia en la seguridad vial. Puede ser la gran diferencia entre morir o seguir con vida a la hora de un accidente”, afirma Eddy Luz Cristiani, presidenta del Instituto Metropolitano de Transporte (Inmetra), ente adscrito a la Alcaldía Metropolitana de Caracas.

La especialista explica que al momento de cualquier impacto en una moto, por ser estos vehículos sin carrocería, es el cuerpo humano el que recibe el choque y el cráneo es el que está más expuesto si no lleva un casco adecuado o si el mismo no cuenta con las normas de diseño y fabricación.

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La obligación de usar casco es la menos tomada en cuenta por los motorizados

Sandoval, el más buscado

En el mercado venezolano hay varios tipos de cascos. Los más comunes son los de la marca Sandoval: pequeños, en su mayoría de color negro y no cubren las orejas ni la cara; hay originales y copias que a simple vista no se pueden diferenciar -son idénticos- pero los originales, por ser hechos con fibra de carbono, son más pesados que las imitaciones, las cuales son fabricadas únicamente con plástico.

Hay otros, conocidos como Lem (por la marca), que son denominados semi-integrales y cubren las orejas y el rostro. Y están los integrales, que son más grandes y protegen toda la cabeza.

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Los cascos Sandoval son los que más se usan

Los menos seguros (los Sandoval) son los preferidos por los motorizados. En dos recorridos realizados a distintas horas del día, primero de 8 am a 9 am y luego entre las 6 pm y 7 pm, entre las avenidas Nueva Granada (desde el Distribuidor La Bandera) y Fuerzas Armadas (hasta la esquina de Socorro), y luego en la Urdaneta, hasta la esquina de Carmelitas, se contabilizaron en total 325 motociclistas de los cuales 201 usaban Sandoval, 91 tenían casco integral o semi-integral y 12 no tenían protección.

Los otros 21 eran a motorizados con parrilleros que destacaban porque uno de los dos no tenía casco, o ambos tenían pero uno de ellos usaba un Sandoval y el otro un casco semi-integral o integral.

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El casco Lem, o semi-integral

En el recorrido también se pudo observar que la mayoría de los funcionarios públicos como policías, bomberos o guardias nacionales usan los denominados Lem.

Néctor Chacón explica que nunca se ha especificado qué tipo de casco utilizar, ni en 2011 ni después, por lo tanto los Sandoval son la primera opción por ser “más económicos y fáciles de manipular”.

“Los integrales pesan mucho y pueden causar hasta problemas en la cervical. Además, no dejan escuchar, tapan mucho las orejas. Los mejores son los Lem pero cuestan mucho dinero”, agregó Chacón.

Varios mototaxistas consultados coincidieron él. Luis Miguel Fernández, quien labora en la línea San Pedro, en Santa Mónica (Caracas), asegura que el casco básico es “más cómodo, no pesa tanto, aunque sabemos que no tenemos tanta protección con otros, pero uno de esos puede costar hasta 30.000 bolos”.

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El casco integral es el que garantiza más protección, reiteran los especialistas

Francisco Morales, motorizado que trabaja en la parroquia El Valle, asegura que los cascos integrales no dejan oír a los carros, al pasajero, las cornetas y disminuyen visibilidad. Además, según él, a los clientes les agrada más el Sandoval.

“Una vez me puse a laborar con uno más grande, semi-initegral, y se quejaron, no era cómodo. Al final lo importante es usar cualquier casco por seguridad y para que no te sancionen, 10 Unidades Tributarias te quitan por no llevarlo, eso es 1.500 bolívares“, comentó Morales.

«El Estado es el principal responsable en la actitud actual de la población frente al volante»

Cuando lo barato sale caro

Los cascos Sandoval, más allá de lo fácil que resulta manipularlos, cuestan entre 700, 800 y hasta 1.200 bolívares si son copias, informaron los consultados, mientras que uno original pasa de los 3.000 bolívares. Aún así siguen siendo más baratos que los demás.

En el portal web Mercado Libre ofrecen cascos semi-integrales desde 4.000 bolívares los más simples y sobre los 15.000 bolívares los más resistentes. Los integrales en el mismo portal van desde Bs 9.000 y algunos sobrepasan los Bs 100.000. Los precios coinciden con los que exhiben en las tiendas.

“Cuando el daño es en el sistema nervioso central y la columna cervical la persona puede quedar discapacitada física y mentalmente, depende del caso”

Los consultados saben que con los Sandoval se arriesgan, pero se niegan a invertir tanto dinero por otro protector.

Hay hasta quienes usan cascos de bicicletas, los cuales no están diseñados para aguantar un golpe que pudiera ocurrir estando en la moto, principalmente porque la velocidad en la que va este vehículo es mayor y por ende el impacto es más fuerte que cuando se cae de una bicicleta.

El doctor Rafael Paiva, expresidente de la Sociedad Venezolana de Traumatología, recalca que un buen casco es sinónimo de protección. En los accidentes de tránsito los motorizados que usan un protector inadecuado sufren contusiones severas y lesiones en la cara y en el cráneo.

Incluso, “el mismo casco, al romperse o hundirse, afecta el cuero cabelludo y hasta la estructura del sistema nervioso central y la columna cervical”, asevera.

Explica que los más expuestos son los parrilleros, pues estos salen disparados al momento de un choque, cuando la moto se colea o cuando recibe un golpe por detrás. Como cuentan con menos soportes son quienes sufren más traumatismos. Los niños también son vulnerables pues no tienen la misma fuerza ni resistencia que los adultos.

Las consecuencias de un golpe en la cabeza por accidente son muchas, dependiendo de la fuerza del impacto, con qué choque y el tipo de casco, puede ocasionar desde chichones, raspones o pequeñas inflamaciones que se curan en una o dos semanas, y hasta la muerte.

“Cuando el daño es en el sistema nervioso central y la columna cervical la persona puede quedar discapacitada física y mentalmente, depende del caso”, advierte Paiva.

Además el especialista detalla que en los accidentes el resto del cuerpo, en especial brazos y piernas, sufren consecuencias que dejarían al afectado sin posibilidades de volver a hacer con normalidad actividades físicas, manejar moto, caminar o incluso hasta escribir.

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Aunque existe un Reglamento con las normas a cumplir, la ley no es acatada ni aplicada

Al margen de la ley

Paiva y Cristiani coinciden al insistir sobre la necesidad de que exista una ley que regule a los motorizados, que ellos no violen las vigentes y que las autoridades las apliquen.

“Hay un evidente desacato a las normas, es un tema que en el país, en general, es letra muerta”, asegura la presidenta del Inmetra.

La explicación a ese incumplimiento estaría en la falta de educación; para ella no hay suficientes espacios para promover las normas de tránsito.

“Desde hace más de 16 años dejaron de formar a los niños en las escuelas. Antes existían programas de educación vial, había una materia obligada que impartían en las aulas. La sustituyeron por la formación militar. El Estado es el principal responsable en la actitud actual de la población frente al volante”, enfatiza Cristiani.


Si quieres contactar al autor de esta historia, escribe a: jesus.suarez.calderon@gmail.com