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Cataclismo del falso socialismo del siglo XXI

Socialismo del Siglo XXI

Seguir reivindicando al fachochavismo como una corriente progresista, como un ideario emancipador y hasta revolucionario no tiene sentido


José Rafael López Padrino

Las crisis sociales y políticas generadas por el capitalismo globalizado han permitido en América Latina el surgimiento de gobiernos demagógicos, falaces y oportunistas que adornándose con un plumaje “izquierdista” han logrado capitalizar el descontento de amplios sectores populares, ignorados y engañados por los gobiernos anteriores lo cual les has permitido llegar al poder.

Estos neomovimientos, algunos de ellos basados en premisas étnico/culturales, han creado verdaderas colchas de retazos doctrinales, al mezclar planteamientos ideológicos (nazi-fascismo), étnicos (indigenismo), religiosos (cristianismo), con una falaz retórica izquierdista, permitiendo así la conformación de un sincretismo de ideas contrapuestas, que les ha permitido debutar “exitosamente” en el mercado de las ideologías.

Un buen ejemplo de ello, lo constituye el proyecto fachochavista basado en un batiburrillo ideológico (Perón y Lenin, Trotsky y Jesucristo, Marx y Bolívar, Rosa Luxemburgo y Eva Perón, entre otros) y los dislates doctrinales del tte coronel.

Movimiento que a pesar de reivindicar la justicia social, la equidad e incluso el socialismo, representa una versión post-moderna del ya desgastado socialfascismo -socialista de palabra, pero fascista en la praxis- de vieja data histórica.

El fachochavismo conculcó los espacios tradicionales de la izquierda venezolana, logró capitalizar el descontento de amplios sectores de la sociedad, destruyó la autonomía del movimiento sindical, y de numerosos grupos sociales, y empoderó al lumpen-proletario como nuevo sujeto social.

«Estamos ante un claro deslave del apoyo popular al fachochavismo, su hegemonía política esta en declive»

Al margen de lo que publicitan los plumíferos del régimen, el proyecto del fallecido comandante galáctico y sus abyectos seguidores, no representa una opción contraria al bloque histórico en el poder, paradójicamente ha fortalecido al proyecto de dominación mediante la imposición de un Capitalismo de Estado inclemente y salvaje.

Prueba de ello ha sido la política antiobrera instigada desde Miraflores orientada a depauperar ideológicamente a la clase trabajadora, para así minimizar su espíritu de lucha clasista.

Política que lamentablemente ha contado con la complicidad de los sindicaleros patronales que dirigen la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, emasculados defensores de un estatismo explotador de cuño Schmittiano; mecenas de los sindicatos únicos y verticales al servicio del iletrado de turno en Miraflores.

La logia milico-civilista en el poder impulsa un estatismo económico militarizado y compulsivo, bajo el tutelaje post-mortem de un mesías tropical, que se creyó infalible y eterno hasta que la muerte lo sorprendió.

Maridaje gansteril que ha promocionado un pensamiento totalitario y una intolerancia radical e impulsado un control político-militar de los ciudadanos. Gobiernan como si el país les perteneciera.

«El divorcio de los sectores populares con el régimen es patético»

Seguir reivindicando al fachochavismo como una corriente progresista, como un ideario emancipador y hasta revolucionario no tiene sentido.

Ya basta de malabarismos ideológicos y excusas, el proyecto del fallecido dicharachero de Sabaneta, no representó, ni representa una opción contraria al bloque histórico en el poder.

Proyecto que paradójicamente ha oxigenado al proyecto dominante y consolidado una corrupta casta militar y cívica representada por la boliburguesía.

La debacle del falso proyecto del «Socialismo del Siglo XXI» es evidente. El divorcio de los sectores populares con el régimen es patético. La magnitud de su colosal fracaso ya no puede ser ocultado: la inflación anualizada es superior al 150%, la escasez de alimentos básicos alcanza la cifra del 51%, llegando en algunas zonas apartadas de las grandes capitales al 65%, la canasta alimentaria escaló a 44.963 BsF. mientras que el salario mínimo sigue congelado en 7.421 BsF.

Además, la estimación de crecimiento económico es de -6 a -9% para el año 2015, el deterioro de los servicios públicos es cada día mayor, los programas sociales, incluidas las Misiones, han sido reducidos dado el déficit fiscal, el empleo precario se ha institucionalizado, la militarización de la sociedad se ha profundizado y la inseguridad personal es cada día mayor.

Estamos ante un claro deslave del apoyo popular al fachochavismo, su hegemonía política esta en declive. El proyecto mesiánico del anodino y totalitario teniente coronel camina inexorablemente hacia su ocaso.