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César Aristimuño: «El Estado se ha sobredimensionado»

César Aristimuño

“Las empresas están produciendo poco, porque no tienen todos los insumos necesarios para colocar su producción en niveles óptimos”, explica el economista César Aristimuño


Enrique Meléndez

El economista César Aristimuño, consultor financiero y presidente de la firma Aristimuño-Herrera & Asociados, aseguró que su firma estima que la inflación para este año pudiera acercarse a niveles entre 600 y 700 por ciento.

“La inflación es como un ladrón, que se te mete en el bolsillo y tú no sabes que te está robando parte de tu dinero”, afirma Aristimuño.

¿Cómo vio usted la decisión de la Sala Constitucional del TSJ de declarar inconstitucional la reforma de la Ley Orgánica del BCV, que recientemente aprobó la Asamblea Nacional (AN)?

La reforma que trató de hacer la AN de la Ley del BCV tenía como objetivo devolverle a esta institución la transparencia en la generación de la información, puesto que hoy el BCV no está suministrando los principales datos económicos de manera regular, un tema que es fundamental en la economía para tomar decisiones.

Hoy todo el mundo opina sobre la inflación, todo el mundo opina sobre cuál puede ser el PIB, sobre cuál es el nivel del desabastecimiento, porque no hay cifras oficiales, cifras que deben ser suministradas por el BCV. Entonces, dentro de la reforma de la ley que se aprobó en la AN, y que luego fue remitida al Presidente de la República, para ser luego enviada al TSJ, este último la consideró inconstitucional.

Pero lo que se buscaba dentro del espíritu de la reforma era generarle al BCV: uno, transparencia; dos, dejar de utilizarlo como una fuente de financiamiento del gobierno nacional, lo cual tiene una fuerte incidencia en el alto índice de inflación; y tercero, que se le restituyera a la AN el poder nombrar dos directores en el directorio del BCV y cuya potestad estaba establecida anteriormente en la Ley Orgánica del BCV.

“El Banco Central hace uso de la emisión de dinero de una manera no racional”

El hecho cierto es que hoy estamos frente a una situación donde el BCV se ha convertido en una palanca de financiamiento del Ejecutivo nacional, lo cual significa que la política monetaria, que es la que tiene como responsabilidad conducir el BCV en la búsqueda del equilibrio monetario del país, entendiendo como ello un adecuado control en el incremento de los precios y, luego, el mantenimiento de la solidez de nuestra moneda, tanto a nivel interno, como a nivel externo, no cumpliéndose ninguna de estas dos obligaciones.

La razón por la cual estas dos premisas no se están cumpliendo, viene dada básicamente porque el BCV hace uso de la emisión de dinero de una manera no racional. Entiéndase, la liquidez monetaria está creciendo por encima de lo que la economía real es capaz de absorber, y por encima de la remuneración del capital en el sistema financiero.

Por lo tanto, tenemos un BCV que está financiando empresas del Estado, que es para lo que no está el BCV; sin embargo, el BCV se ha convertido en un apéndice el Ejecutivo Nacional, y ese es el factor principal por el cual tenemos una inflación que está devorando el nivel salarial de la gente y su capacidad de consumo.

La inflación es como un ladrón que se te mete en el bolsillo, y tú no sabes que te está robando parte de tu dinero. La inflación es eso: algo que cada vez te absorbe, te resta y te quita capacidad de compra, dados los altos precios de los bienes y servicios reinantes en la economía. Evitar esa escalada en los precios es una responsabilidad que le corresponde al BCV y que no está cumpliendo en este momento.

En lo concerniente a la política fiscal, que es la que le corresponde al Ejecutivo Nacional, tiene como principal fuente de financiamiento la recaudación de impuestos de cada uno de los venezolanos a través del trabajo y consumo, a los fines de que el gobierno cuente con ingresos para ocuparse del bienestar social de la ciudadanía y de generar las condiciones adecuadas para la prosperidad económica de sus ciudadanos.

En razón de que el presupuesto de la nación tiene que estar equilibrado, ya que los ingresos tienen que estar a la par de los gastos, la parte fuerte de los ingresos que recibe el Estado viene dada por los tributos que pagan los ciudadanos. Esos ingresos no son suficientes para el Estado, a los fines de poder cubrir toda su estructura de gastos. En pocas palabras, el Estado se ha sobredimensionado.

Queda definitivamente una parte muy importante, una vez deducidos los ingresos por concepto de tributos, que es necesario que el Estado ingrese para poder ejecutar el presupuesto nacional. Esa parte se cubre con endeudamiento público. Pero como el endeudamiento público también tiene sus limitaciones, por razones de la situación económica del país, obviamente es a través de las distintas reformas que se le han hecho al BCV, vía habilitante y AN, que se le ha colocado al ente emisor como fuente de financiamiento para que cubra esa necesidad de recursos que tiene el Estado, que no se la aporta ni el tributo ni el endeudamiento público.

El gobierno dice que hay una guerra económica, y eso obliga a considerar cierta información como confidencial y secreta, que es lo que los lleva a vetar la reforma que hizo la AN a la Ley del BCV. ¿Qué opina usted?

La información del BCV no puede ser secreta. Toda la vida la información del BCV ha sido pública. Actualmente, el BCV sigue suministrando algunas informaciones importantes, como el monto de las reservas internacionales que se dan a conocer diariamente. Pero hay otras informaciones que el BCV no está publicando.

“La inflación es como un ladrón que se te mete en el bolsillo, y tú no sabes que te está robando parte de tu dinero. La inflación es eso: algo que cada vez te absorbe, te resta y te quita capacidad de compra”

El concepto de guerra económica, como tal, en Venezuela, no existe, y esto lo digo porque al final si el gobierno ha dicho que la guerra la producen los factores productivos, entiéndase, las empresas privadas, y si a las empresas lo que les interesa es producir, porque esa es su razón de ser, colocar mayor cantidad de bienes en la economía, generar mayores beneficios, lo que directamente beneficia al gobierno por mayor recaudación impositiva y generar mayor empleo estable, resulta ilógico pensar que estos factores promuevan una guerra, que va contra todo lo señalado, contra su razón de ser.

Igualmente, no debemos olvidar que el capital de las empresas señaladas como hacedoras de la guerra económica es de carácter privado, y los empresarios tienen que velar por su capital. Significa que no pueden poner a riesgo su capital. Entonces, la mejor manera de hacerlo es produciendo. Haciendo crecer a sus empresas. Haciéndolas rentables. Por lo tanto, ¿qué sentido tiene para una empresa producir poco, arriesgar su capital y enfrentar al gobierno?. Eso sería una locura.

Simplemente, las empresas están produciendo poco, porque no tienen todos los insumos necesarios para colocar su producción en niveles óptimos, además de tener un control de precios que desestimula la producción. Tampoco les llega la materia prima, no cuentan con la suficiente asignación de dólares, por parte del gobierno, para importar los insumos necesarios para colocar los productos finales en el mercado. Todos estos elementos han hecho que las empresas estén produciendo hoy en día por debajo de su capacidad productiva. Y esto no sólo está pasando con las empresas privadas, también está pasando con las públicas.

Si nosotros miramos algunas empresas, inclusive del sector automovilístico, nos vamos a dar cuenta de que en el primer trimestre del año ni siquiera han producido un solo vehículo. Pero no porque no quieren producir, sino por un problema básicamente financiero, que está ligado a la realidad del país, a una merma muy significativa de los ingresos del petróleo que han caído de manera muy abrupta.

Además, con un gobierno que hoy se encuentra, prácticamente, sin un fondo de estabilización macroeconómica, sin unas reservas importantes que permitan cubrir todas esas necesidades que tiene el sector productivo. En otras palabras, el gobierno no se preparó en época de bonanza para enfrentar la época de crisis.

El gobierno en época de bonanza recibió caudales de miles de millones de dólares. De todo ese caudal de ingresos que recibió el Estado, lamentablemente, una parte muy importante se malgastó, se mal utilizó. Eso es como si una persona, después de haber recibido millones y millones de dólares, años después se encuentra sin un dólar en el bolsillo. Lamentablemente, el gobierno utilizó de manera inadecuada las principales fuentes de ingreso del país, y no debemos olvidar que la economía funciona por ciclos: ciclos de expansión y ciclos de contracción y hoy estamos en la parte más baja de la contracción.

Estamos en este momento en un ciclo de severa recesión. Pero para este ciclo nos hemos debido preparar en el ciclo de expansión. Todas las economías del mundo tienen ciclos. Eso es normal. Lo trágico es que no nos hayamos preparado para este ciclo de contracción, pudiéndolo haberlo hecho, pues contábamos con los recursos para ello. Hoy estamos sin reservas, ya por debajo de los 13.000 millones de dólares. No tenemos fondos de cobertura, para cubrir las necesidades esenciales del país. Sin embargo, esperamos que en el mediano plazo las cosas se puedan corregir y la economía del país recupere su ciclo expansivo.

¿Qué opina de las cifras que acaba de publicar el FMI? ¿No son un poco exageradas, sobre todo, la de la inflación de más de 400%?

El FMI, como cualquier organismo financiero internacional o como cualquier firma de análisis nacional, a veces realiza estimaciones mucho más altas de lo que realmente terminan siendo, como ocurrió el año pasado. Pero este año muchas estimaciones de la inflación se pueden quedar cortas. La razón principal de ello es porque tenemos un nivel sumamente alto de liquidez circulando en la economía. Dada esa cantidad de dinero que inyecta el BCV y un sector privado y público produciendo muy por debajo de sus capacidades, generan un cuadro de muy baja oferta de bienes nacionales, alto desabastecimiento y una inflación que no para de crecer a ritmos acelerados.

No tenemos tampoco los recursos para importar lo que deja de producir el sector productivo nacional. Lo cual hace que la presión sobre la inflación tenga un estímulo adicional.

Nosotros en nuestra firma, Aristimuño Herrera y Asociados, estamos estimando que la inflación para este año pudiera acercarse a niveles entre 600 y 700 por ciento.

¿En qué situación se encuentra el sistema bancario venezolano?

A pesar del entorno económico, el sistema bancario venezolano representa uno de los que mejor comportamiento tiene entre las actividades económicas del país. No hay que olvidar que el sector bancario lo que hace es intermediar entre aquellos que depositan en los bancos sus recursos excedentarios y aquellos que demandan esos recursos a través del crédito, con la finalidad de inyectarlos en los sectores productivos y comerciales del país.

“El gobierno no se preparó en época de bonanza para enfrentar la época de crisis”

Esa intermediación entre el excedentario y el deficitario constituye una función en la economía absolutamente fundamental, palanca del crecimiento y el desarrollo de los países. Hoy tenemos un sistema bancario mucho más profesionalizado en el manejo de las crisis. Recordemos que el sistema bancario pasó por una crisis muy dura en el año 1994, después se consumó otra crisis de mucha menor proporción en el 2008-2010, que puso a una cantidad de instituciones fuera del sistema.

Hoy la banca está mostrando unos indicadores muy favorables: un índice de morosidad de 0,29% en febrero, muy por debajo si lo comparamos con el índice al mismo mes del año pasado de (0,47%). La cartera de créditos ha tenido un crecimiento   anualizado muy cercano al 100%, a febrero de 2016.

Las captaciones del público, igualmente, han tenido un comportamiento muy favorable, similar al crecimiento de la cartera de créditos. Los ingresos por la cartera de créditos son los que mayor aportan a los ingresos totales de la banca, entiéndase, de cada cien bolívares de ingreso totales que tiene la banca 72,3 provienen de la cartera de créditos, lo cual habla muy bien de la actividad de intermediación de la banca.

En fin, tenemos un sistema bancario que, en términos generales, lo podemos considerar adecuado, sólo que no debemos olvidar que el entorno económico también pudiese afectar de una manera mucho más acelerada y mucho más severa la situación del sistema bancario, sobre todo de no corregirse todos los trastornos y todas las enfermedades que tiene la economía venezolana.