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El pueblo es la referencia, no al Imperio

Bachaqueros billetes

¿Quién le ha dado calidad de gestor al bachaquero del billete? Pues, el gerente del banco


 

Julián Rivas

Simón Bolívar fue optimista en cuanto a la viabilidad de Venezuela independiente. Además de su temple y su arrojo personal, El Libertador consideraba que la idea de Venezuela libre y soberana estaba bien cimentada. Se cumplían las premisas básicas de una nación independiente: Pueblo, territorio y una forma de gobierno republicana, novedosa para aquel tiempo.

El ideal bolivariano está vigente. Pero estos términos parecen que muchos no los advierten. Sectores antivenezolanos quieren hacer de Venezuela una quincalla. Ahí están los escritos de Bolívar, particularmente el discurso de Angostura. Por cierto, por estos días se cumplen doscientos años de la primera expedición de Bolívar desde Haití. Nuevamente se olvidan de dos patriotas que fueron fundamentales para las gestiones de Bolívar en Haití. Uno, el trujillano Pedro Chipia, nativo de Carache, edecán de Bolívar y quien es comisionado para los contactos con el Presidente Petion, quien presidia la entonces republica del sur de Haití. Segundo, el caribeño Juan Bautista Bideau, marino del que ya hemos hablado.

Bueno, la Venezuela bolivariana de hoy es blanco de amenazas del Imperio estadounidense, de sus acólitos en América Latina, con la complicidad de una oposición que da tristeza. La prensa española y la bogotana dedica páginas de sus impresos y horas de sus audiovisuales a propaganda negativa contra Venezuela. El Imperio anglosionista que representa Obama sigue activo contra Venezuela.

Los venezolanos debemos ser optimistas. Las mayorías populares comparten los principios de soberanía e independencia y gobierno de carácter colectivo. Aquí es donde hay que pujar todos los días. En todo caso, los más altos principios de organización social se labran en la cotidianidad. A mal tiempo buena cara. La democracia revolucionaria, popular, es la única salida valida.

Pero hay que luchar. Y debemos advertir de todas aquellas situaciones que afecten al colectivo. Las agresiones externas, bachaqueo, paramilitarismo, todas pretenden debilitar los principios de independencia y soberanía que nos legaron nuestros libertadores.

A veces uno ve cosas absurdas. Supuestos ciudadanos venezolanos que hablan mal de su país. O que callan cuando otros llegados de fuera hablan mal de nuestro país. O que se suman al coro de que hay que largarse. Triste. Y hasta provocan risa. Si usted le mira cierto ángulo al asunto, el caso reviste mucho de aquella novela brasilera de los años ochenta en la cual un sujeto estaba casado con una mujer bellísima, súper atractiva y el muy balurdo prefería ir donde las putas. Así actúan los mayameros.

La feria loca del billete

Muchos venezolanos están dispuestos al sacrificio, como en el pasado lo hicieron nuestros libertadores. Pero desean que haya firme combate a las irregularidades. El asunto Venezuela compete a todos. Y en la cotidianidad se bate el cobre. Demos un ejemplo: La Torre Viasa, al lado de la Defensoría del Pueblo, frente a la Plaza Morelos y una oficina de impuestos. Acaso saben en la Defensoría del Pueblo lo que ocurre en esa Torre Viasa, regentada por gente ilegal, llegada de otros países. ¿No hay Estado en Venezuela? Esta situación absurda lleva años. Mientras tanto, otros organismos de justicia alquilan locales para oficinas.

Gobernar no es simplemente administrar plata. Es consultar y obedecer al pueblo. Por lo demás, los problemas en Venezuela no son exclusivamente de gobierno sino de sociedad. Por tanto, la consulta al pueblo debe ser permanente. Si alguien especula, la sociedad debe generar mecanismos de alerta y reacción. Incluso, si en las regiones los gobernadores están ausentes, como es el caso de Lara, Amazonas y Miranda, el pueblo debe activar otros mecanismos de gestión, respuesta y solución de problemas y conflictos

Hay funcionarios, burócratas, que no perciben la realidad. No saben lo que pasa ante sus propias narices. Incluso, así se vistan de rojito. Eso le causa sinsabores al pueblo. El desparpajo molesta, hacen que la gente se recluya en su casa. Desestimula la participación colectiva, inhibe al hombre de bien, al ciudadano. Ojo.

El caso es que el venezolano está obstinado por el malandreo. Redes de delincuentes, bandas, pandillas, mafias, ilegales que bachaquean libros, carros, motores, comida, con galpones con refrigeradoras llenas de pescado y carne, a la espera de la mejor ocasión para contrabandearlos, y estos señores funcionarios no se enteran. ¿Qué pasa? Eso debe combatirse.

Estos días en Lara vi un perro abandonado, deambulando, hambriento por los lados de la carretera entre El Tocuyo y Sanare. Ah ya, la Misión Nevado no da real. La protección del ambiente y los animales poco importan para muchos señorones. ¿Cuántos gobernadores y alcaldes en Venezuela protegen los animales, domésticos o no? Pocos.

Pero hay señorones que ni de los asuntos humanos se ocupan. Pura propaganda. En Lara ocurre algo grave, que de ocurrir en toda Venezuela sería la locura general. El bachaqueo de billetes en los bancos de El Tocuyo y Quíbor. Una practica perversa de succión de billetes ha hecho que los bancos de se hayan convertido en bancos de gestores. Una curiosa figura de “mensajeros” tomó los bancos de la región, ante la complicidad o el silencio de los gerentes, cajeros, vigilantes de esos bancos.

Bancos privados como Provincial y Mercantil, o públicos como Venezuela son la pesadilla. “Aquí todo el mundo está loco. Ir a un banco es una tortura. Los cajeros y gerentes andan en una mafia que no respeta a nadie”, nos dijo un lugareño.

La Defensoría del Pueblo, la Fiscalía, la Superintendencia de Bancos, la Asociación Bancaria, los directivos nacionales de los bancos que tienen agencias y oficinas en El Tocuyo y Quíbor deben parar esta situación anormal, que debe tener raíces y pretensiones inconfesables. En esas casas de billetes que hay en Lara deben hacer respetar las leyes y normativas que rigen la actividad bancaria en Venezuela. Porque la mayoría de los ciudadanos están obstinados. Guardan silencio, impotentes, porque llevan meses viendo este acarreo de dinero en maletas, bolsos, cajas de cartón, sacos, como si el país fuera centro de un saqueo. Como si Venezuela se fuera a acabar.

Curiosamente todo ocurre luego de que en los estados fronterizos se establecieron controles sobre la disposición de billetes, para frenar el contrabando hacia Colombia del papel moneda. ¿Por qué ahora esta locura en Lara?

Los “mensajeros” son agresivos. Es notoria la presencia de un grupo llamado “las marimachas”, retrecheras y agresivas ante quien haga un reclamo por tan irregular situación. Quien vea esto, se alarma. Obvio, el gobierno de Lara está ausente.

No hay respeto a la Ley. Hasta 50 cheques retiran estos “gestores”. ¿Quién le ha dado calidad de gestor al bachaquero del billete? Pues, el gerente del banco. Suponemos que todavía está vigente un decreto del presidente Chávez exigiendo rápida atención en las oficinas de bancos para todos los ciudadanos, Además, esta situación absurda afecta la seguridad de quienes van a hacer una simple transacción financiera, la mayoría. Ya ocurrió un atraco masivo. Los cacos le pasaron raqueta a gestores y no gestores. El bachaqueo del billete debe cesar. ¡Qué viva el pueblo! ¡Qué viva la revolución!