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Gustavo Márquez: «El país se ha desindustrializado»

Gustavo Márquez

“Lo lamentable es que se pensó que la inflación se acaba manteniendo el control de cambio, lo cual era premisa falsa”, asegura Gustavo Márquez, exministro de Industria y Comercio


Enrique Meléndez

Gustavo Márquez, exministro de Industria y Comercio, expresa que un grupo de gente que apoya el proceso revolucionario y el legado de Hugo Chávez decidió crear una plataforma, asumiendo una posición autocrítica, que ha solicitado la creación de una auditoría pública y ciudadana, la admisión de la realización del referéndum revocatorio y la nulidad del decreto del Arco Minero.

“La Constitución no se ha cumplido plenamente, porque aquí no hay contraloría social”

¿Qué los ha llevado a ustedes a conformar un movimiento de chavistas, que solicita a Nicolás Maduro que permita la realización del referéndum?

Más que un movimiento se trata de una plataforma que constituimos un grupo de gente que apoya el proceso revolucionario bolivariano, que nos identificamos con el legado del presidente Chávez, asumiendo una posición autocrítica. Entendemos que en estos años de revolución se han cometido muchos errores, pero es a partir de esa reflexión que vamos a poder relanzar este proyecto, que sin duda tiene pertinencia, y tiene como obra o expresión concreta fundamental el proceso constituyente, que dio origen a la Constitución.

En esa Constitución se resume un proyecto de país, para desarrollar una transición hacia una sociedad mucho más democrática, participativa, protagónica, igualitaria, donde exista justicia y democracia real. Eso significa, por supuesto, cambiar las instituciones. Se trata de un proyecto de largo aliento, que allí está contenido y que sin duda no se ha desarrollado, entre otras cosas, porque la lógica de funcionamiento del Estado y su estructura siguen siendo la misma de la IV República.

«algunos vicios de ese Estado se han magnificado»

Yo diría, incluso, que algunos vicios de ese Estado se han magnificado, y ese es el primer señalamiento que tenemos que hacer. Pero más allá de eso, nos unimos en función de defender la Constitución nacional, y este no es solo un objetivo del chavismo crítico, como se nos ha llamado, sino de toda la sociedad venezolana. Porque sin duda en esa Constitución está el germen de una transformación progresiva, de una transición hacia un proyecto civilizatorio nuevo, que vaya más allá de la lógica del capital y que se centre en el ser humano. Para nosotros la gran tarea en este momento, en el marco de esta crisis tan profunda del modelo rentístico primario exportador, minero extractivista que hoy tenemos, es la defensa de la Constitución.

¿Qué iniciativas ha tenido la plataforma que han creado?

La plataforma de defensa de la Constitución ha tenido tres iniciativas importantes. La primera es la creación de la auditoría pública y ciudadana, que es el único antídoto contra la corrupción. Venezuela, lamentablemente, como alguien lo dijo, sufre la maldición de la abundancia, y es que por el hecho de tener estos recursos de petróleo, que generan una renta, el Estado siempre se va a ocupar de distribuir esa renta, y en esa cadena de distribución se van a producir desviaciones, por motivos de corrupción.

En segundo lugar, desde esta plataforma consideramos que si la oposición recoge el 20% de las firmas para convocar al revocatorio, deben respetarse los lapsos establecidos, de modo que se haga este año. Por eso, rechazamos totalmente que dirigentes del partido de Gobierno digan que no se puede hacer, cuando eso le corresponde al Consejo Nacional Electoral. Porque el referéndum es un derecho establecido en la Constitución y las elecciones de gobernadores tienen que hacerse.

Finalmente, nosotros en la plataforma pedimos también la nulidad del proyecto del Arco Minero, que consideramos que se trata de un exabrupto institucional. Ahí se declara, a través de un decreto que no tiene base jurídica, puesto que no está basado en una ley y es anticonstitucional, entre otras cosas, porque decreta un estado de excepción permanente, conculcando los derechos laborales a quienes en ese territorio van a trabajar la minería. Pero una minería depredadora, basada en el uso del cianuro, que ha generado en los últimos años 25 grandes accidentes.

¿De modo que estamos frente al fracaso del “Socialismo del Siglo XXI”?

Esta corrupción implica una articulación entre funcionarios y empresarios privados. Esa es la base originaria de la acumulación del capital, que ha establecido un modelo perverso, que se trata de un modelo de desarrollo exógeno, puesto que los recursos de esa renta petrolera no se han invertido en el desarrollo del país. Sino que, por el contrario, se ha convertido en un factor de dependencia, y el capital se acumula afuera, no adentro. Ahí están las cuentas: desde 2003 a 2013 los depósitos de venezolanos en el extranjero subieron de 53 mil millones de dólares a 180 mil millones de dólares.

«Aquí no ha habido socialismo»

Entonces, es un problema de modelo. Pero no del socialismo, como pretende decir la derecha. No, porque aquí no ha habido socialismo. De modo que la Constitución no se ha cumplido plenamente, porque aquí no hay contraloría social. El poder popular, que se quiso estructurar, fue tutelado por el Estado, y eso ha castrado la participación de la ciudadanía porque entre otras cosas, el sectarismo, no lo va a permitir.

Algunos economistas critican en lo fundamental la política de los controles. ¿Qué piensa usted?

En relación a los controles o no controles, ahí la discusión de fondo es si el Estado regula o no regula. Si el mercado debe dejársele manos libres, para que sus manos invisibles asignen los recursos o no. Ese es el debate de fondo. Lo que tendríamos que decir es que en el marco del sistema capitalista hoy establecido -particularmente, el nuestro, que es un sistema capitalista subordinado, dependiente- sin duda siempre tiene que haber una regulación del Estado: el asunto es cómo debe ser esa regulación.

El problema no es ideológico. Lo que sí está claro para nosotros es que los intereses privados son individuales. No miran el interés general. Como reza la frase que todos conocemos: negocios son negocios. No hay una preocupación por el otro. Ahora, en un régimen transitorio, cuando se marcha hacia una economía social, tiene que haber alguna forma de regulación por parte del Estado, pero eso es algo que tiene que corresponder con alguna realidad económica. Ejemplos: en EEUU hubo una legislación antimonopolio muy dura en una época, y al final terminó fracasando, de tal manera que lo que existe hoy en día son grandes consorcios que se han concentrado, porque esa es la lógica del sistema. En nuestra Constitución está establecida una regulación contra los monopolios, que todavía no se ha aplicado, porque todo monopolio supone que hay un solo productor, y ese es el que fija los precios, de acuerdo con la lógica de sus ganancias.

Se dice que es necesario acabar con el control de cambio, porque eso lo que ha generado es corrupción. Yo particularmente estoy de acuerdo en lo siguiente: el control de cambio se justificó en una etapa. Una vez que dieron el golpe de estado en el 2002, la economía se dislocó completamente, tanto como está hoy. Pero fue una cosa de ruptura, y eso obligó a tomar esa decisión. Lo lamentable además es que se pensó que la inflación se acababa manteniendo ese control de cambio, lo cual era premisa falsa.

«se pensó que la inflación se acababa manteniendo ese control de cambio, lo cual era premisa falsa»

Pero, para eso se adoptó precisamente el control de precios. ¿No le parece?

Claro, porque al controlar el cambio, tú tienes que controlar el precio automáticamente, y esto porque estás dando un subsidio indirecto. Es decir, tú le estás dando a un productor un dólar barato para que él importe sus insumos, de modo que refleje en el precio el ajuste de sus costos. Esto se hace pensando que el productor va a cumplir con este propósito. Entonces, ese control es fallido completamente, porque está montado sobre esta premisa falsa. Pues tú tienes que controlar al productor, si verdaderamente está trayendo el insumo, para producir el producto. Segundo, si de verdad lo está vendiendo al precio que corresponde a sus costos de producción. Entonces, tú estas obligado a crear toda una estructura de controles, que es el mejor estímulo para la corrupción.

De modo que mantener por mucho tiempo esa política condujo, primero, a que se disparara la corrupción. Segundo, a disparar la fuga de capitales. Tercero, a generar un endeudamiento del país, porque evidentemente los recursos no daban para satisfacer las necesidades internas. Esto lo que ha hecho es que mucha gente ha acumulado un cuantioso capital, colocado en depósitos en el exterior, por lo que se ha perdido una gran oportunidad para el crecimiento del país.

¿Qué opina usted de lo que se dice de que el aparato productivo fue quebrado con la política de las expropiaciones?

En efecto, esos recursos no se utilizaron para generar un crecimiento del aparato productivo interno. Más bien el país se ha desindustrializado, y esto en virtud de que resulta más barato importar que producir, y por esta razón la poca producción que hay se va trasmutando en comercio, pues el que tiene una fábrica, al tener un dólar barato, que le resulta más fácil importar, deja de producir.

Esta política de anclaje cambiario, supuestamente para atacar la inflación, es una política fracasada, porque lo que condujo fue a la acumulación de grandes fortunas y no al desarrollo endógeno del país. Claro que hubo una redistribución social de la renta: se incrementó la matrícula estudiantil, se incrementaron las pensiones del seguro social, reconocido incluso por los organismos internacionales.

El problema es que esa redistribución no fue sustentada en una política económica adecuada, de largo aliento, sino que quedó dependiente de los ciclos del petróleo. Como era de esperarse, el precio del petróleo baja y sube, porque eso lo controlan fuerzas internacionales, en función de su propia rentabilidad. De tal forma que a consecuencia de la caída de los precios del petróleo, unida a la corrupción que trasladó grandes capitales al exterior, hoy tenemos serios problemas de abastecimiento, tanto de alimentos, como de medicinas, que están afectando a millones de personas. Sin duda que las cifras de pobreza se han incrementado.

¿Qué impresión le queda del traslado de miles de venezolanos, que cruzaron la frontera hacia Colombia?

Yo creo que tenemos que medir ese hecho en función de los resultados. Sin duda hubo allí una movilización desde la frontera, que permanecía o permanece cerrada, de modo que fue abierta temporalmente, y así aprovechó la oposición para impulsar la misma. Eso es lícito: nadie puede decir que no, sobre todo cuando hay una deficiencia interna de suministro de productos alimentarios. Así que quienes estimularon esto, crearon la expectativa de que del otro lado iban a encontrar productos y a bajos precios.

Hay que recordar que esa es una zona donde se da una interrelación orgánica. Una región muy especial dado su carácter de binacional. Con esto no quiero minimizar el hecho mismo. Bueno, el resultado fue el final que acabamos de ver, y es que el gobierno colombiano ha decidido no cerrar la frontera por el momento, y declaró a través de su canciller Holguín que van a esperar a que se produzca un acuerdo entre los dos Estados a ese respecto. En pocas palabras, para acá no vuelvan, porque aquí a la larga nos van a traer problemas, entre otras cosas, porque en Colombia hay una escasez que viene galopando también.

Por lo demás, la gente que fue a Colombia no consiguió, sino productos venezolanos, que se van por contrabando de extracción, y en esto se incluye también la gasolina, que cubre un 30% del mercado colombiano. De modo que existe toda una economía paralela, fomentada por funcionarios y empresarios, tanto de Venezuela, como de Colombia, y que hoy en día es superior a la economía real.

¿A cuánto asciende el intercambio comercial entre ambos países?

«Lo que se va por contrabando de extracción pudiera estar en el orden de los 5.000 millones de dólares anuales»

En este momento no sabría decirte, porque no hay cifras ciertas. En las últimas que yo vi, en 2015, ese intercambio estaba en el orden de los 2.000 millones de dólares. Ahora, lo que se va por contrabando de extracción, porque de Colombia no viene nada, pudiera estar en el orden de los 5.000 millones de dólares anuales. Por eso te digo que esa economía paralela es mucho más grande que la real. Esto ha desplazado a mucha gente que antes se dedicaba a otros oficios, porque le genera mucho más ganancia el contrabando de extracción. Pero, además, los productos venezolanos desplazan a los productos colombianos, porque en aquel mercado son más baratos, y esto también genera parálisis en la economía agroindustrial de ese país. Por eso es que yo creo que debe haber un acuerdo entre ambos países, un acuerdo pragmático para poder salir adelante los dos, pues Colombia no se estabiliza, si Venezuela no se estabiliza también.


El dólar paralelo y el lavado de dinero

 “El lavado de dinero del narcotráfico se hace a través de las casas de cambio de la región fronteriza que tienen la facultad de fijar, prácticamente, el valor de la moneda venezolana”, apunta el exembajador venezolano en Bogotá.

Sobre el tema del dólar paralelo, resaltaque no surgió de la noche a la mañana. “Esto se oficializó a partir de la decisión de Andrés Pastrana en 2000 de darle a las casas de cambio la facultad de manejar un mercado cambiario bolívar-peso autónomo, con respecto al mercado oficial. De modo que a lo largo de estos años de revolución bolivariana siempre ese dólar ha estado allí”, dice Márquez.

Cree que hay varias salidas a la crisis, pero destaca y lo primero que hay que se debe hacer es “atender a los trabajadores”. “En la Constitución está establecido que hay que indexar siempre el salario a la inflación, y aquí eso no se cumple, y es por eso que nosotros estamos pidiendo que se cumpla la Constitución”.