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Ramos Allup es el Judas de Leopoldo

En este escenario de enfrentamiento entre líderes opositores, crece la posibilidad de un futuro candidato presidencial opositor que provenga desde fuera de los partidos de la MUD


Jesús Silva R

En teoría de negociación, los gringos (estadounidenses) le llaman “no win situation” o sea “situación suicida donde es imposible ganar” y que debe ser evitada para seguir con vida mientras llega una nueva situación mejor.

Esa “no win situation” es la que acaba de ocurrir para la acorralada oposición de Venezuela en su intento de derrocar al Gobierno; en este contexto la Asamblea Nacional ha suspendido su juicio político inconstitucional contra el Presidente y la MUD ha cancelado su pretendida marcha al Palacio de Miraflores.

Obviamente esta decisión de la oposición no nace del buen corazón o la vocación de diálogo de la MUD, ni por gracia del Vaticano, sino como cálculo político de supervivencia, porque no tiene capacidad para cumplir su objetivo: tumbar al Gobierno. Entonces, luchar para perder es un “mal negocio político”.

Siendo las cosas así, ratificamos nuestra desconfianza hacia la MUD en el terreno del diálogo, ya lo hemos expresado públicamente. Ver polémico video: Debate sobre el diálogo – Jesús Silva en Globovisión.

Sin fuerza militar para un golpe de Estado ni guerra económica que genere estallido social (a corto plazo), la cúpula opositora se ve forzada a retroceder, por ahora. En este contexto, el Gobierno revolucionario ha ganado una batalla dentro de una guerra. Ni más ni menos.

Ahora bien, el plan de la MUD sigue siendo obtener apoyo extranjero para bloquear diplomática y económicamente a Venezuela a fin de agravar la crisis nacional, esto alimenta la amenaza de profundizar el descontento popular de muchos venezolanos (futuros abstencionistas electorales).

Desde luego, el premio electoral de tal escenario es algo que la MUD sólo podrá capitalizar cuando se hagan las elecciones, es decir, ese premio no es ahorita (pero la derecha busca conservar el descontento para que estalle “mañana”).

No hace falta ser muy sabio para darse cuenta que la MUD no va a ganar puntos de popularidad con el pueblo insistiendo con un juicio político falso en la AN que será inmediatamente declarado nulo por el Tribunal Supremo de Justicia, ni mucho menos con su llamado criminal de marcha a Miraflores que con certeza causará violencia y muerte de compatriotas (no obstante los efectos de ambos sucesos serían fatales para Venezuela ante la comunidad internacional).

Hoy Henry Ramos Allup y parte de la dirigencia opositora han ocasionado la furia del partido de extrema derecha Voluntad Popular que exige “no dar un pasó atrás” frente a un Gobierno que supuestamente les robó el referendo revocatorio del año 2016.

VP es hoy el partido mejor vinculado (lobby) al poder del norte y eso no se debe subestimar.

No es menos cierto que el Gobierno bolivariano busca reducir tensiones con Estados Unidos y a tales fines obedece el encuentro del alto comisionado Thomas Shannon con el Presidente Maduro, vale decir, un episodio que puede marcar el inicio de una nueva etapa de diplomacia más utilitaria y pragmática de Caracas hacia Washington.

Por ahora VP se convierte en el único partido opositor que le pide públicamente a sus seguidores salir a la calle a protestar y eso significa morir en guarimbas en nombre de su encarcelado líder presidenciable: Leopoldo López.

Ello no favorece a la corriente leopoldista en el campo de las alianzas, sino que más bien lo debilita.

Tanto así que en este momento VP se queda solitario ya que por su “desesperación y agresividad leopoldera” (fascismo) ha perdido la capacidad del cálculo político, su desgracia seguramente se la cobrará a Ramos Allup (el Judas de Leopoldo), porque no se debe olvidar que fue un pacto entre AD y VP lo que puso a Henry como Presidente de la AN, marginando a Primero Justicia y a Julio Borges.

En este escenario de enfrentamiento entre líderes opositores, crece la posibilidad de un futuro candidato presidencial opositor que provenga desde fuera de los partidos de la MUD (buscando recuperar el consenso perdido).

En lo inmediato, se impone la estrategia de “acumulación de fuerzas”, es decir, como ninguno puede aplastar al otro, sólo queda avanzar ganando terreno político y eso se logra coleccionando gobernaciones y alcaldías para tener mayor volumen político en una futura elección presidencial (amarrar la victoria principal).

No es menos cierto que en 18 años de revolución no ha habido un diálogo totalmente exitoso y esa maravilla no va a ocurrir; esperarlo es una fantasía que no se hará realidad, triste pero cierto.

Más allá de intentos, Gobierno y oposición tienen a la polarización (hegemonía del todo o nada) como doctrina pragmática y no van a flexibilizar sus aspiraciones de poder; el Gobierno seguirá asfixiando jurídicamente a la Asamblea Nacional (o lo que queda de ella) para desmoralizar al adversario y la AN-MUD seguirá a la ofensiva (al menos verbal y mediática) para mantener agitado al electorado opositor, ambas actividades permiten ganar tiempo a los dos polos mientras llega la verdadera etapa decisiva de la política venezolana: elecciones.

Quien pierda la mayoría de los gobernaciones, seguramente perderá la presidencia en las elecciones de 2018. Por ahora, al chavismo hoy le toca no caer en triunfalismos y, tal vez en paz, disfrutar de diciembre 2016 y sus gaitas.

http://jesusmanuelsilva.blogspot.com