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Declaremos la Emergencia-333

Para que asumamos el control del país que, por culpa de títeres y colaboracionistas, está cayendo como avión que se le acabó el combustible y ninguna autoridad legítima en la cabina de mando


Jesús Antonio Petit da Costa

Estamos como estaban los pasajeros segundos antes de la tragedia cerca de Medellín: montados en un avión que se le acabó el combustible porque la tripulación (Maduro y el cogollo colaboracionista de la MUD) hizo un cálculo equivocado. Aquí el error ha sido creer que esto aguanta hasta 2019. Y, en lugar de evitar la tragedia forzando los cambios en 2016, el cogollo colaboracionista de la MUD decidió seguir así engañando al pasaje con el cuento de un diálogo respecto al cual se contradicen los sobrecargos: será el 13 de enero, que no será, que nos sentamos, que no nos sentamos, que nos levantamos, que no nos levantamos. Ya nadie cree este cuento. Todos los pasajeros sentimos la cercanía de la tragedia. Y nos damos cuenta que sólo nos salvaremos si decidimos actuar declarando la Emergencia-333 y asumimos el control del avión con la autoridad que nos confieren los Arts. 333/350 de la Constitución, que es nuestro manual de vuelo. Decidámonos porque queda poco tiempo antes de estrellarnos.

Veamos cuál es la situación. Al país se le acabó el combustible. Está hundido en la estanflación: parálisis económica con hiperinflación de 1.000 % y moneda a 4.000 por dólar, en un panorama desolador de hambruna y crisis humanitaria. Vamos directo a la hecatombe. En la cabina de mando hay un vacío de poder. Todos los tripulantes se han peleado desautorizándose entre sí, negándose legitimidad. Un desorden total. El TSJ desconoce a la AN declarándola en desacato. La AN desconoce al TSJ, revocando su nombramiento inconstitucional y llamando malandros a los magistrados. Maduro desconoce a la AN y asume abiertamente la dictadura decretando el estado de excepción sin acatar la decisión de aquélla. La AN desconoce a Maduro, declarando que ha roto el orden constitucional con un golpe de Estado, por lo cual es un gobernante de facto por ilegítimo y golpista. El CNE desconoce a la MUD negando el revocatorio. La AN desconoce al CNE por inconstitucional y se prepara para sustituirlo. El TSJ le niega a la AN esta atribución porque está en desacato. Mientras tanto, los diputados de Amazonas entran un día y salen el siguiente de la AN, dándosele el trato discriminatorio de indios. Un verdadero relajo institucional. Constitucionalmente hablando Venezuela está sin gobierno legítimo. Todas las instituciones se han deslegitimado mutuamente. Todas carecen de legitimidad. Estamos, pues, en un vacío de poder absoluto, que se sostiene en equilibrio inestable porque los únicos con poder real para ponerle fin, que somos los ciudadanos y la FAN, no hemos actuado contra este relajo inconstitucional.

En estas circunstancias procede que declaremos la EMERGENCIA-333 y actuemos de uno de estos tres modos:

1.- La AN cumple el deber constitucional de destituir o deponer a Maduro y su Vice-Presidente, junto con los demás poderes públicos partícipes en el Auto-Golpe, con fundamento en el Art. 333 de la Constitución, por haber dado un Golpe de Estado y haber roto así el orden constitucional, y los desaloja de la cabina de mando. Y ordena a la FAN a ejecutar esta decisión, autorizándola a que, si Maduro se resiste a acatarla, proceda como hizo el Ejército de Honduras cuando Zelaya desacató a la Asamblea Nacional y a la Corte Constitucional.

2.- Si la AN se abstiene de cumplir con su deber constitucional, podrían hacerlo los militares demócratas que, por ser ciudadanos investidos de autoridad, están igualmente obligados a restablecer la vigencia de la Constitución, la que ha dejado de observarse por el auto-golpe de Maduro, calificado como tal por la AN, como por el relajo inconstitucional que ha devenido en la ilegitimidad de todos los poderes. En este caso desalojarían a Maduro de la cabina de mando para que lo sustituya una nueva tripulación civil. Los civiles en general, investidos o no de autoridad, estaríamos obligados a colaborar con los militares y forzar a la AN a completar el restablecimiento de la vigencia efectiva de la Constitución con la reinstitucionalización integral del país.

3.- Si la AN y los militares demócratas se abstienen de cumplir con el deber que les impone el Art. 333 de la Constitución, todos los ciudadanos debemos proceder a forzarlos a cumplir con este deber, del modo que siempre se ha hecho en Venezuela: rebelión popular.

Declaremos, pues, la EMERGENCIA-333. Y actuemos antes de que ocurra la tragedia, estrellándonos todos junto con el país.

@petitdacosta