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No venceremos con media Venezuela en contra

Para hacer progresar a Venezuela es urgente aliviar odios internos entre ciudadanos que se necesitan mutuamente


Jesús Silva R.

Quien no busca ganarse la mayoría, no sabe nada de política ni de metas revolucionarias. La clave es convencer, no imponer. La polarización es cosa de personas fanatizadas que se fijan metas inalcanzables. Se aproxima el fin de un año más y luce conveniente realizar una franca autocrítica y balance general de la situación nacional. Junto a las confrontaciones económicas y políticas entre dirigentes del chavismo y de la oposición, ocurre un tercer conflicto no menos importante que afecta la convivencia de la sociedad venezolana y se llama: polarización (y con ella nadie gana).

Sólo un fantasioso cree que puede triunfar en su proyecto nacional con la mitad de Venezuela en contra y llena de odio por la polarización. Para hacer progresar a Venezuela es urgente aliviar odios internos entre ciudadanos que se necesitan mutuamente, esto es posible lanzando una propuesta de acuerdo nacional que contenga los puntos fundamentales para el desarrollo de Venezuela siguiendo estrictamente lo que ya aparece establecido en la Carta Magna, verbigracia, lo electoral, lo económico, los derechos humanos y lo comunicacional. En resumen, urge dar cabida a todo aquel que respete las normas constitucionales sin limitaciones de ninguna otra naturaleza.

Aunque Hugo Chávez físicamente ya no existe, la polarización u hostilidad entre chavistas y opositores persiste. Lo preocupante es que la misma hoy va más allá del juego electoral y ha degenerado en odio político entre ciudadanos que no son militantes de partidos ni mucho menos dirigentes. La polarización obstaculiza la vida de la nación, pues no sólo se lidia con crisis económica sino con discordia permanente entre habitantes incapaces de dialogar respetuosamente debido a enfermizos rencores ideológicos sobre temas que muchas veces no inciden directamente en nuestra vida diaria buscando alimentos y medicinas. Ejemplo: Día de la raza vs resistencia indígena.

En ocasiones, miles de ciudadanos expresan intolerancia imitando a dirigentes persuasivos que no conocen personalmente y repiten consignas ideológicas abstractas que los ponen a pelear. Con certeza se puede afirmar que la polarización venezolana es un obstáculo nefasto para la unidad nacional requerida para reimpulsar las fuerzas económicas productivas del país y superar radicalmente el atraso capitalista y la crisis que actualmente perjudican a Venezuela. De allí la indiscutible urgencia de que dirigentes de todos los sectores asuman esta problemática como un asunto de interés nacional y rechacen la tentación de cálculos electorales o aspiraciones personales que se alimentan con el odioso juego de la polarización.

Los líderes políticos, inspirados en la Constitución, deben comprender que incluir a unos, no implica excluir a otros. Como ciudadanos de a pie abogaremos siempre por la despolarización del país, defendemos ideas revolucionarias pero repudiamos invitaciones a odio, discriminación, injuria o satanización contra aquel que piensa diferente o que milita en causas contrarias a las nuestras, por más equivocadas que parezcan aquellas.

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