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Villancicos bolivarianos

Reivindicamos en esta crónica, ciertas coplillas de neta inspiración bolivariana


O.E.

Nada mejor que el amor, la presencia de los seres queridos, las hallacas, pan de jamón, bollos, dulce de lechosa y, en particular, la música de aguinaldos, parrandas y gaitas decembrinas. Y para aquellas personas a quienes idolatramos, a quienes adoramos, pero lejos de mí, pronto nada nos separará, porque a mí, se me está acabando el tiempo. Un palito, tampoco es malosón. El alma se expande cuando al lado de los ingredientes tradicionales, se agregan unas copas con cordura. Pero el toque rítmico, es indispensable.

A decir verdad, el cronista carece de prejuicios nacionalistas en la materia. Pero un “Te vestiste de amarillo, pa’ que no te conocieran”, “Yo no olvido el año viejo” o un “Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén”, le alebresta a uno el sentido de convivencia.

Por supuesto, que entre estos últimos, incluimos a nuestros hermanos “robolucionarios”. Ya estarán convencidos de la chapuza que significa la cleptocracia chavista. Pero ese es otro cuento. Mientras tanto, estamos obligados a fomentar la fraternidad y una forma de hacerlo, es reivindicar en esta crónica, ciertas coplillas de neta inspiración bolivariana. Son gente preocupada —a su modo— por conservar las tradiciones, muchas veces, no muy sanas que se diga, pero tradición es tradición. Oigámoslas:

(Fondo musical del estribillo de “Fuego al cañon”):

Yo, no quiero hallaca / ni pan de jamón / déjenme mi paca / de un buen billetón

Diosdado pa’rriba / Diosdado pa’bajo / y el año que viene / me mete en el ajo

Gano mis millones / al país exprimo / pa’ los negociones/ un narcosobrino

Yo no quiero visa / ni mi pasaporte / el que mucho guisa / ya no va pa’ el Norte

No voy pa’ La Habana / ni pa’ Nuevayol / aquí en Venezuela / se guisa mejoól

Gano como sea / no lo disimulo / con las elecciones / ¡me limpio ese c..!

(Y concluimos porque estos bolivarianos de melancólicos se ponen altaneros).