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¡Clintonvizquel, también está secuestrado!

maduro-gritando

Un padre o representante legal decente, a medias, en el difícil trance de un hijo preso, no lo alcahuetea, ni prefabrica falsas coartadas


O.E.

O al menos eso es lo que exclaman sus progenitores, los bolivarianos Freddigüilliams II y Yakelingertrudis. Lo que exige las aclaratorias correspondientes.

Al grano: el “suciodicho” menorcito de la familia, es sirvientero. La doméstica del palacete, una cartagenera a quien sus empleadores le retienen el pasaporte para amenazarla con deportación, no solo cobra la mitad del salario mínimo y “libra” una vez cada seis meses, sino que la obligan a tolerar que el “querubín” de la casa pretenda aplicarle la operación colchón. Pero no contaron con la astucia de la joven. Envalentonada porque se hizo novia de un policía de rolito, se dejó de malos ruidos y acudió ante la autoridad a formular “el denuncio”. Eso que Freddigüilliams y Yakelingertrudis, llaman “secuestro” como unos bolivarianos cualquiera, no es otra cosa que un vulgar arresto por manoseador. Además, el hecho que al “niñito” le hayan “puesto los ganchos”, como lo manda la ley, en dependencia de la Alcaldía de El Hatillo, no convierte su detención en “política”, por mucho que esa municipalidad esté en manos de la oposición.

Enaltecida por los ejemplos más edificantes de sus lideres fundamentales: “El coño de la madre de Henry Ramos”, la Robolución se encamina, vertiginosa, en la construcción del Hombre Nuevo

Un padre o representante decente, a medias, aunque sea, en el difícil trance de un hijo preso, no lo alcahuetea, ni destruye evidencias, ni prefabrica falsas coartadas. Lo auxilia, le presta apoyo, moral y material, no para que lo exoneren a todo trance, sino para que lo juzguen con justicia. Miserable, por partida triple, si en lugar de dar la cara dice “por allá fumea” señalando a la madre, para evadir culpas, por su acción u omisión .

Enaltecida por los ejemplos edificantes, públicos, y por TV, de sus líderes fundamentales: “Fulanita, esta noche te doy lo tuyo”, “El coño de la madre de Henry Ramos”, “Perenceja, esposa de aquel escuálido preso, le monta cachos”, la Robolución se encamina, vertiginosa, en la construcción del Hombre Nuevo. Hagamos, pues, votos para que los padres, biológicos o adoptivos de todos los clintonvizqueles, presos, en El Hatillo o en Niú Yol, sobornen jueces o logren que interceda un “pesao”, de modo que las nuevas (des)generaciones más degeneradas que sus papitos y mamitas, de vuelta a casa, prosigan haciendo historia en la dignificación de la humanidad.