, ,

Indexación salarial concertada

psuv y la mud

Hoy somos una sociedad enervada por la corrupción, la codicia, el abandono de valores morales y principios éticos


Manuel Isidro Molina

Ningún país del mundo ha sido tan saqueado y maltratado como Venezuela. Esto hay que reiterarlo hasta que la mayoría inconforme de venezolanos y venezolanas tome plena conciencia del grave momento que sufrimos, y de la corresponsabilidad política e histórica de la dirigencia del PSUV y la MUD.

Esa corresponsabilidad ha quedado nuevamente evidenciada con el fracaso de la mal llamada “Mesa de Diálogo” bipartidista (PSUV y MUD excluyeron deliberadamente a todos los demás factores que integran la vida política, económica, social y cultural de Venezuela); con el maltrecho inicio del año parlamentario; y con el seguramente desaliñado, mentiroso y evasivo discurso del presidente Nicolás Maduro, este domingo 15, ante el tan obediente y genuflexo Tribunal Supremo de Justicia.

En verdad, lo que generan todos esos representantes del bipartidismo del siglo XXI es pena ajena; en conjunto, avergüenzan a la nación, como lo ha sugerido diplomáticamente el estado Vaticano a través de los representantes directos del papa Francisco. Lamentablemente, el obispado venezolano tampoco ha actuado con mesura, hondura espiritual, sentido histórico ni responsabilidad social: sus más conspicuos voceros gustan echar más leña a fuego politiquero, hipócrita y malvado de los actores bipartidistas.

Al disminuido gobierno le corresponde asumir integralmente el espíritu integrador, pluralista y democrático de la Constitución: nadie es dueño del poder en Venezuela, ni en ella cabe la visión monopartidista y estatista de lo que va quedando del PSUV, a pesar del halo autocrático del presidencialismo atroz inoculado por los constituyentes de 1999. ¡Basta de autoritarismo corrupto y cobardón!

A la disminuida y cada vez más dividida oposición de la MUD, le corresponde bajarse de la trasnochada política neoliberal y pro imperialista que asumieron torpe y desvergonzadamente, desde 1998 hasta hoy, sin solución de continuidad, de forma tan brutal, inepta e irresponsable.

Y como ambos bandos se han negado y niegan a reorientar sus concepciones extemporáneas reformulando sus traumáticas políticas, pues siguen maltratando a Venezuela y empobreciendo a nuestro pueblo, tanto material como espiritualmente.

Hoy somos una sociedad enervada por la corrupción, la codicia, el abandono de valores morales y principios éticos; y de paso, nos toca aguantar las terribles consecuencias de una dirigencia bipartidista irresponsable, miope y absolutamente disminuida en uno y otro extremo del bipartidismo del siglo XXI.

La ciudadanía y especialmente los trabajadores y trabajadoras de todos los ámbitos y niveles de formación y especialización no pueden seguir siendo víctimas de estos bandos irresponsables. Socialmente, requerimos un nuevo esquema de interacción pública, privada y sociolaboral: propongo, entonces, discutir abiertamente la necesidad urgente de convenir la indexación salarial, única forma de alcanzar en corto plazo la racionalidad económica, con base en la corresponsabilidad de los actores políticos, burocráticos, empresariales, sindicales y propiamente laborales.

La indexación salarial —como camisa de fuerza sociolaboral— protege el poder adquisitivo de sueldos y salarios, y a la vez contiene el desbocamiento criminal de los especuladores comerciales, intermediarios, industriales y agroindustriales, lo cual a su vez sería una señal de racionalidad y compromiso hacia el delincuencial modo especulativo existente en la economía informal, hoy controlada por mafias chavistas y antichavista, totalmente locas, desmesuradas, criminales, en verdad.

Claro, no puede ser impuesta la indexación salarial por un gobierno atropellador y pendenciero, sino a través de una concertación hacia una economía mixta integradora con visión de patria y desarrollo independiente nacional, hábilmente vinculada con el entorno de la economía mundial.


EL CONFESIONARIO

ESCANDALOSA OLA ESPECULATIVA han desatado los empresarios del comercio en forma premeditada, pendenciera y desconsiderada contra los ciudadanos y ciudadanas de esta “Tierra de Gracia”. ¿En qué piensan? Es un salvajismo insólito, descomunal e injustificado.

FEDECÁMARAS Y CONSECOMERCIO y los demás entes empresariales tienen una responsabilidad social y económica, que no pueden evadir con el discursito neoliberal ultra capitalista e ignorantón de “la escalera y el ascensor”, según el cual todo aumento de salario espuela la “inflación”.

DE LA FORMA BRUTAL Y DESCONSIDERADA como vienen actuando los empresarios detallistas, distribuidores, transportistas, fabricantes e importadores, el país se nos va al carajo, de la peor manera, hasta provocar la violencia irracional y destructiva, como ya ocurrió en el estado Bolívar, pequeña muestra de lo que nos puede bañar en sangre.

ASÍ DE DRAMÁTICA ES LA SITUACIÓN, señoras y señores de Fedecámaras y Consecomercio. Tomen debida nota. No sigan lavándose las manos ante tan criminal actuación empresarial, que viene a sumarse al desastre de corrupción y bachaqueo criminal que ha provocado el gobierno con sus mafias de todo tipo, amparadas en la complicidad y la ineptitud del directorio del Banco Central de Venezuela y los sucesivos equipos económicos fracasados del gobierno del presidente Nicolás Maduro.

COMO VENEZOLANOS Y VENEZOLANAS estamos obligados a evitar urgentemente un baño de sangre y destrucción sin precedentes, potencial explosión acumulada tras la larga saga de irresponsabilidades, corruptelas e insensateces de la dirigencia del PSUV y la MUD y sus respectivos entornos económicos, comunicacionales, militares y delictivos. Claramente lo digo: ¡Ustedes no tienen derecho a destruir más y a ensangrentar a Venezuela!

LA OLA REPRESIVA DESATADA POR EL GOBIERNO tiene en su recorrido inmediato a dirigentes de Marea Socialista, parte del llamado “chavismo crítico” que decidió confrontarse con la gestión Maduro-Cabello.

ESA OLA REPRESIVA GUBERNAMENTAL tiene visos de chantaje: juegan al garrote y la zanahoria, desvergonzadamente, fríamente, tal vez animados por la experiencia con Manuel Rosales y otros mequetrefes de la corrupción “opositora” de la MUD. También tienen el estímulo de Didalco Bolívar y sus similares, en las filas “chavistas” del pomposamente llamado “Gran Polo Patriótico”, cuyos corruptos menores y no tan menores hacen de comparsa impúdica.

VIENEN TIEMPOS MUY DUROS, este primer semestre de 2017. Maduro, Cabello y El Aissami andan con un soplete tras unos cuantos “rabos de paja”, impunes como la inmensa lista de ladrones chavistas, desde los más encumbrados hasta los miserables “bachaqueros” enriquecidos con los alimentos y medicinas subsidiados que no llegan a la sociedad desguarnecida, empobrecida y estropeada.

LA CACERÍA FUE AUTORIZADA desde el más alto “Comando Cívico-Militar de la Revolución”, hoy reforzado con el vicepresidente ejecutivo Tarek El Aissami y la impunidad garantizada a las mafias corruptas y abusadoras del poder que secuestraron al gobierno, traicionado los anhelos de transformación del pueblo venezolano que desesperado decidió echar a andar aquel histórico 27 de Febrero de 1989, cuando “bajaron los cerros” a dar el “Caracazo”, sobre el cual cabalgaron muchos hasta la pudrición de hoy.

LA REPRESIÓN MADURO-CABELLO-EL AISSAMI tiene su vertiente sindical: además de que todas las elecciones de empresas gubernamentales (PDVSA, Corpoelec, CAMETRO, etc.) están miserablemente secuestradas, la agresión a los dirigentes sindicales es brutal, tarea en la cual vienen actuando de consuno los sucesivos ministros, viceministros e inspectores del pomposo “Poder Popular para el Proceso Social del Trabajo”, claro, sin elecciones, sin contratación colectiva, sin libertad sindical y sin respeto a los derechos sociolaborales. Todo se les va a revertir, porque “tanto da al cántaro el agua, hasta que lo revienta”.


Te puede interesar:

Más de lo mismo
Cuando el vecino es de la OTAN
Venezuela: preludio de una dictadura militar