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Comando Antigolpes (de pecho):

Corrupción

Ay Dios, si se entera el camarado Diosdedos Cabillo…


O.E.

La honestidad no está de moda. Nunca lo estuvo, en los últimos 18 años, por lo menos, entre las huestes bolivarianas. La condición de hombre justo, decente, probo, honrado, educado, es más bien incriminatoria, sospechosa y despierta desconfianza entre los camarados, camaritas, camaradas y camarotas.

Son las 6:00 de la tarde/noche. Los miembros del Tribunal Disciplinario Local del PSUV han sido convocados a un almuerzo/pea en uno de los tantos bares y restaurantes del sector.

Después de leer las inspiradoras frases del día, “No dejes para mañana, lo que puedas guisar hoy”, “Guisa bien y no mires con quien” y “Al que guisa Dios lo ayuda”, se abre el derecho de palabra.

— No es justo, camarados y camarades. Seis meses al frente de la aduana de Puerto Cabello… y el camarado Mogollón, no guisa. Pero lo más grave: tampoco deja guisar —discurseó el primero en el desorden en la trona.

— Culpa nuestra por no cumplir el deber —expuso con preocupación, el presidente del “suciodicho” comité— ¡Ay Dios mío, si el camarado Diosdedos Cabillo, máximo celador de la inmoralidad, malas costumbres y el desmadre robolucionario se entera de nuestra omisión ¡Los castigados seríamos nosotros! Y por cierto, ¿qué se traerá entre dedos el camarado Mogollón?

— Seguramente aspira a la Presidencia de la nuestra saqueada y amada republiqueta —terció uno.

— ¡Ni que para eso hiciera falta decencia! —replicó otro—. Por las dudas, camarados, camarades y camaritas, mandemos a Mogollón directo, pa’ Tocuyito.

Aprobado el punto anterior por aclamación y sin derecho a pataleo, la sesión concluyó al son del coro: ¡Chávez, vive / Y el guiso sigue / Maduro avanza / y el guiso no descansa /Maduro, goza / y el guiso no reposa / Maduro, ululo / guisando hasta po’el… ojo.

Queda una pregunta en el aire: ¿Qué sería del camarado Mogollón si su decencia fuese presa de una súbita picazón, hartazón, de furor de Mesalina, no digamos por meter mano en la Tesorería, sino además, por alentar a sus subordinados a hacer lo mismo?

¡Lo ascienden al Comando Nacional Antigolpes (de pecho), “po’ que así, es que se gobielna”!


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