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Humberto González Briceño: ¿Cuando se va Padrino López?

López Padrino

La tisana ideológica que conforma al régimen también ha permeado a la FANB


Humberto González Briceño

Es evidente que el Gobierno tiene una estrategia para mantenerse en el poder por lo menos otros 20 años. Aunque parezca osado, entregar el poder no es algo que está en los planes del chavismo oficialista. Por esto, cada acción, cada paso, que da el Gobierno apunta en la misma dirección. Ganar tiempo mientras desmonta y desacredita a la oposición. Hasta ahora les ha funcionado. Sin embargo, hay una bomba de tiempo que podría explotar en cualquier momento. Y el Gobierno lo sabe.

A lo que más le teme el régimen no es a la oposición política, que es muy educada y bien portada para enfrentarse a una banda de malandros. Tampoco le teme al “pueblo”, esa masa amorfa que acompañó a Chávez en los primeros años y que ahora le ha retirado su apoyo. A lo que más le teme el régimen es a su propia gente, a sus malandros descontentos y alzados en armas. La oposición de la MUD ofrece garantías que el chavismo descontento no parece interesado en respetar.

Y entre esos segmentos del chavismo descontento se encuentran amplios sectores de la Fuerza Armada. Muchos de ellos aún se autoproclaman chavistas, socialistas y antimaduristas. La tisana ideológica que conforma al régimen también ha permeado a la FANB. Allí también se consiguen esas mezclas de pensamiento militarista y populismo alentados por un izquierdismo aún en etapa infantil.

La mayor demostración de la profunda crisis de ideológica y de identidad que atraviesa la FANB es que el régimen aún no se decide a sacar a Padrino López como comandante, a pesar de tener su período de servicio vencido. Una eventual salida de Padrino López como ministro de la Defensa, bien sea por voluntad propia o por presiones de otras facciones del chavismo oficialista, precipitaría un estallido en la FANB que podría derribar al régimen.

Padrino López se debate entre su lealtad incondicional al régimen y su angustia por el desmoronamiento de la FANB en sus manos. El régimen que él ha jurado defender con su vida es el mismo que ha desmantelado a la FANB y todos sus símbolos. Pero es él, justamente Padrino López, quien como Baduel en su tiempo está garantizando la unidad de una Fuerza Armada que de otra forma se desintegraría en bandas y facciones como ocurre en el PSUV.

Pero la permanencia de Padrino López al frente del CEOFANB es solo una aspirina a una gangrena que avanza sin piedad a todas las extremidades del cuerpo militar. Su rol parece reducido a prolongar la agonía ante el inevitable desenlace fatal de la fuerza militar.

La sala situacional del alto Gobierno que monitorea 24 horas al día operadores civiles y militares del régimen tiene previsiones para casi todos los escenarios imaginables de un posible desenlace. Todos menos los que pasan por el componente militar. Descifrar quiénes son los militares que están drenando su descontento conspirando contra el Gobierno se ha convertido en una críptica obsesión para el régimen, sobre todo cuando todos se proclaman en forma indubitable y altisonante como “chavistas y socialistas”.

Las cosas se verán con mayor claridad cuando salga padrino López del Ministerio de la Defensa y del CEOFANB.