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Maxim Ross: “Se requiere una política monetaria disciplinada”

“No hay intención ni ideológica, ni operativa, ni práctica para que el Gobierno abandone el sistema de control de cambio”, asegura el economista


Enrique Meléndez

El economista Maxim Ross afirma que los anuncios que hizo el presidente Nicolás Maduro en materia económica no son nada nuevos. Estima que por lo menos unas cinco veces se ha dicho oficialmente que el Dicom va a ser sujeto de un sistema de subastas.

“La versión anterior de Cadivi, después Cencoex, después el Dipro, después Dicom también pasamos a lo mismo: un sistema de subastas que la consecuencia y la experiencia nos dice que no funciona”, recuerda Ross.

“Levantar el control de cambio exigiría una monumental oferta de divisas”

De nuevo nos encontramos con una nueva paridad cambiaria, de acuerdo a lo que ha dicho Nicolás Maduro. ¿Usted que piensa?

En realidad, el anuncio principal no es la nueva paridad cambiaria, el asunto principal es la modificación de la política cambiaria con un nuevo sistema para el Dicom, porque anunciaron recientemente que se va a hacer un sistema de subastas y el Dicom va a servir para recibir y ampliar el uso de divisas.

No hay una nueva paridad cambiaria. No es que han anunciado que el Dicom va a valer mil bolívares o lo que sea. Se trata de un nuevo sistema de paridad cambiaria. Pero aquí aclaro lo siguiente: no es nada nueva la noticia.

Anteriormente no ha funcionado y esto porque no existen suficientes divisas, principalmente originadas en el sector público venezolano, para abastecer la demanda, tanto actual como potencial. Por eso creo que se va a repetir el mismo fenómeno de los casos anteriores: dos o tres subastas muy poco transparentes.

Hay que recordar que cuando se inauguró el Dicom, la primera versión de las subastas no fueron transparentes. Nunca se supo quién ofrecía, quién recibía. Inclusive, el precio del Dicom se anunciaba en la página del BCV, pero nunca se sabía ni el origen de ese precio, ni la forma en que estaba calculado.

Se decía que el Dicom venía operando con la plataforma del Sicad. ¿Se pudiera interpretar, en consecuencia, que ellos ya han logrado diseñar una plataforma para el Dicom?

Bueno, es que viene siendo exactamente lo mismo. ¿Usted recuerda la palabra Simadi? El Simadi también era la antigua forma, pero no era nada nuevo. El problema es que el Gobierno le pone nombres distintos a lo mismo. Desde el origen del control de cambios hasta ahora hemos pasado por Cadivi, Simadi, Cencoex, Dipro, Dicom, que a la final es lo mismo: un sistema de control de cambios que, además, es muy difícil de modificar y las autoridades tampoco están en capacidad de hacerlo.

«El hueco entre la demanda y la oferta que existe en Venezuela no se puede superar con ingresos corrientes»

La petición que a veces hacen los economistas de que vayamos a un sistema de libre convertibilidad, que vayamos a la unificación cambiaria, no está en la agenda del Gobierno venezolano. Primero, porque levantar el control de cambio exigiría una monumental oferta de divisas que satisficiese la demanda potencial que existe en Venezuela. El hueco, para decirlo de alguna manera, entre la demanda y la oferta que existe en Venezuela no se puede superar con ingresos corrientes, tendría que acceder el Gobierno a un financiamiento internacional, cosa muy difícil de creer. Ese financiamiento se consigue en instituciones especializadas como el Fondo Monetario Internacional… o quizás que la República China o la República Rusa estuvieran dispuestas a ayudar a Venezuela. Pero estamos hablando de sumas de alrededor de los 40 o 50 mil millones de dólares. Muy difícilmente los chinos o los rusos podrían prestarle a Venezuela, más allá de los préstamos que están pendientes en este momento.

No hay intención ni ideológica, ni operativa ,ni práctica para que el Gobierno abandone el sistema de control de cambio. Porque, además, le permite subsidiar con un sistema, parecido al Dipro, el sistema de alimentación que se ha originado ahora con esta política de los llamados CLAP.

Si el gobierno modifica la paridad cambiaria, entonces se encarece la bolsa alimentaria que se llama CLAP.

Pero la reaparición de Pérez Abad como nuevo zar de la economía hace pensar que vamos a una unificación cambiaria, que era lo que él se proponía antes de ser sacado de escena por la corriente comunista del oficialismo. ¿O no?

No, en absoluto, la retirada del señor Pérez Abad de la parte económica del Gobierno ilustra que sus tesis que eran, además, muy poco completas, porque no tomaban en cuenta de que para ejecutar en Venezuela una política de unificación cambiaria, de modificación del control de cambio y el país regrese a un sistema de libre convertibilidad, eso no se puede hacer solo. Ahí está precisamente fracaso del sistema de subastas.

Usted no puede resolver el problema cambiario sólo con un sistema de subastas. El sistema cambiario depende de su política jurídica, de su política de productividad, de su política fiscal, de que usted tenga un Banco Central que esté operando en forma autónoma. Es decir, se requiere un conjunto de políticas, un paquete completo de políticas económicas que respalde la política cambiaria.

Si el Gobierno adopta una unificación cambiaria, pero sigue gastando en forma desordena, entonces vamos al mismo fracaso. Por lo tanto, se requiere una política monetaria más o menos disciplinada, una política fiscal ordenada, y eso requiere un Banco Central que esté dispuesto a realizar esta tarea. Pero si a esta institución la maneja un político del Gobierno, como lo es actualmente, muy difícilmente esas políticas van a respaldar esa unificación cambiaria.

De manera que la presencia de Pérez Abad allí me parece absolutamente irrelevante. Además, el cargo que el señor Pérez Abad está asumiendo es un cargo de tercer orden en las majestades del Gobierno. En este Gobierno las potestades siempre son nominales. Lo demuestra el hecho de que cuando el señor Pérez Abad estuvo manejando la economía, su esquema, sus concepciones demuestran que no es un economista, que no sabe de teoría económica, que su visión en esta materia es sumamente elemental y limitada, por consecuencia, el fracaso era inevitable.

«La presencia de Pérez Abad es absolutamente irrelevante»

¿Se combate el rentismo desde el Ejecutivo?

Creo que es una mentira. Si el Gobierno sigue diciendo que está combatiendo el rentismo petrolero, pero sigue viviendo del ingreso petrolero sin generar otros recursos distintos a la renta petrolera, es una gran mentira. ¿Está dispuesto el Gobierno a acabar con el rentismo petrolero cuando cada dos o tres meses decreta un nuevo aumento de salarios?

Si no se resuelve el esquema del rentismo petrolero, no se puede resolver el problema cambiario. No se abandona, porque al Gobierno le interesa al Estado gastando y gastando para contar con un clientelismo político garantizado como en los últimos años.

El presidente Maduro habló de atraer nuevas inversiones para mantener activados los quince motores de la economía. ¿Eso será posible?

Véase la película hacia atrás: los motores famosos los inventó Chávez diez años atrás. ¿Dónde están esos motores moviendo la economía venezolana? No hay tales motores económicos. Eso es propaganda política. Ninguna de las cosas que se ha señalado, ninguno de los motores del área agrícola e industrial ha arrancado. Usted ve ahí a Fedeagro reclamando que cada vez las cosechas son menores en el renglón del arroz, del maíz, de la caña de azúcar.

Le repito: eso es pura propaganda política, y si es así. Ningún inversionista va a venir. El principal motor de nuestra economía, el petrolero, está siendo abandonado por los principales socios venezolanos como la empresa china que está en la Faja del Orinoco. ¡Los chinos se están yendo de Venezuela! Los rusos creo que lo están pensando. Las inversiones que se anunciaron, todo eso quedó en el vacío.

Con este clima político, que se vive en Venezuela, con el tema de la OEA, con las acusaciones de violación de la propiedad, ¿qué inversionista va a querer venir a Venezuela?

«el petrolero está siendo abandonado por los principales socios venezolanos como la empresa china que está en la Faja del Orinoco»

La mayoría de los economistas ubican la inflación del año pasado entre los 500 o 600 por ciento. Algunos dicen que esta es una cifra muy baja con respecto a la carestía de la vida que uno siente. ¿Qué dice usted?

Sí más o menos esos son los porcentajes. Nosotros tenemos un sistema de medición, en vista de que el Gobierno no publica cifras de inflación, que se trata de una encuesta mensual en determinados bienes, que representa aproximadamente la cesta alimentaria del venezolano. Es la manera de acceder a la inflación, y esa encuesta nos dicen que, en efecto, la inflación se ubicó en el orden del 600 % el año pasado.

Lo que pasa es que hay una diferencia entre el índice general de precios el nacional o el del Área Metropolitana, y el índice de alimentos que percibe la gente, que es mucho mayor.

«la inflación se ubicó en 600 %»

Sí, la inflación pudo haber estado en el orden de 600 %, pero la percepción que tiene la gente, en términos de alimentos, es que resulta mayor que la que la que arrojan los sondeos.

Usted ha dicho que se requieren unos cincuenta mil millones de dólares para estabilizar la economía, ¿entonces usted está de acuerdo con la tesis de Ricardo Hausmann, quien habla de que Venezuela necesita una asistencia financiera de unos 60 mil millones de dólares?

Las opiniones son válidas, de acuerdo al criterio que se tenga. Si usted dice, por ejemplo, que va a recuperar la economía en cien años, usted no necesita sesenta mil millones de dólares. Pero si usted dice que aspira a que la economía venezolana, frente a un cambio de Gobierno, se recupere en tres o cuatro años, entonces usted necesita 60 mil millones de dólares.

Depende del criterio que tenga el economista que esté hablando de esto. Nosotros tenemos un criterio muy sólido que lo constituye la diferencia entre la oferta y la demanda de divisas que en el momento el país tiene. Si uno suma: dividendos no pagados, importaciones no pagadas, deudas internacionales que el país tiene que pagar este año 2017 y 2018, tiene un criterio mucho más práctico, más operativo, más actual de lo que necesita el país para recuperarse. Ahora, si usted le añade a eso lo que se necesita para poder volver la agricultura, la industria al día y recuperar la industria petrolera, entonces la cifra rebasa los miles y millones de dólares que hemos estado hablando.

Todas las cosas que estamos manejando tienen que ver con la actual coyuntura: las divisas, la inflación, la recesión, pero la pregunta fundamental que yo me he hecho es si Venezuela no tiene un problema estructural mucho más de fondo que le permita verdaderamente resolver sus crisis. Si Venezuela debe enfrentar un cambio estructural, profundo, que toque lo político, que toque lo económico, y que de verdad acabe con el rentismo petrolero.

Hasta que Venezuela no enfrente su verdadero problema, 15 o 16 millones de venezolanos seguirán viviendo en la pobreza. Se han ampliado los barrios venezolanos. No solamente en Caracas, en Maracaibo, Valencia, y a los que se han sumado los venezolanos que no tienen suficientes ingresos para vivir, que no tienen las condiciones necesarias para su sobrevivencia. Han crecido estos barrios aún con la revolución bolivariana.

«Si el gobierno modifica la paridad cambiaria, se encarece la bolsa CLAP»

¿Hay economistas que plantean crear un fondo de excedentes petroleros, como el de Noruega, pero otros que plantean repartir las acciones de Pdvsa entre la ciudadanía?

La posición mía está muy bien referida en el Acuerdo Nacional para el Progreso y la Paz de Venezuela, donde está escrito que nuestro país necesita la renta petrolera, consensualmente, como el ahorro nacional. Si usted vende petróleo, y si ese petróleo le permite generar ahorros, ese ahorro es la disponibilidad que el país tiene para retomar las inversiones que necesita, no sólo la industria petrolera, sino también el resto de la economía.

La posición que asumimos allí es que sí, que hay que crear un fondo. Pero ese fondo tiene dos características. Ese fondo tiene que estar destinado para estimular y promover la economía no petrolera, en industrias competitivas, con una capacidad internacional que le permita generar divisas. Fíjese la paradoja: un fondo petrolero para una economía no petrolera. Pero la economía no petrolera que genere divisas suficientes para compensar la dependencia que tenemos del petróleo.

si el ahorro de los venezolanos no es utilizado para generar nuevas divisas no petroleras, seguiremos dando la vuelta

Pero ese fondo no puede ser manejado sólo por el Estado, y esta es la segunda condición. Ese fondo no puede ser manejado sólo por el Estado, solamente por el presidente de la República. Nosotros proponemos allí que el presidente de la República no tenga incumbencia en el fondo de ahorro de los venezolanos, que lo queremos llamar el Fondo Venezuela, y podemos y proponemos que la sociedad civil venezolana tenga un grado de intervención, como el caso Noruego, como el caso de otros países petroleros.

Si ese cambio no se produce, si el ahorro de los venezolanos no es utilizado para generar nuevas divisas no petroleras, seguiremos dando la vuelta sobre la misma solución petrolera toda la vida hasta que los venezolanos no captemos que está en nuestras manos, como sociedad civil, entrarle a los verdaderos problemas estructurales e institucionales que el país tiene.