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Editorial | Es suficiente con respetar la Constitución

Manifestantes Venezuela

El acatamiento de la Carta Magna es el principal aval para salir de la mala hora


La violencia siempre es el más oscuro de los caminos, la peor de las alternativas y deja el más doloroso de los saldos que puede enfrentar una sociedad. Venezuela no merece seguir llorando a sus jóvenes, a sus ciudadanos. El respeto por la vida debe ser sagrado y ese es el principal acuerdo al que debe llegar una sociedad que pretenda convivir en paz. La actitud gubernamental de acusar sin tan siquiera investigar lo que hace es impulsar a la impunidad y dar luz verde para que la violación a los derechos humanos sea la norma por parte de los organismos de seguridad. La oposición y su liderazgo no deben cesar nunca en repetir una y otra vez su llamado a que la gente proteste de manera cívica, en paz, sin armas, para de esa manera presionar hasta conseguir los objetivos que apuntan hacia la necesaria rectificación por parte de un Ejecutivo desbocado. Los momentos que vive el país son delicados y con responsabilidad deben ser manejados. Basta ya de improvisaciones, pero sobre todo de muertes. La tolerancia debe ser un bien común y el entendimiento debe convertirse en una forma de resolver los conflictos. Para ello existe la Constitución. El respeto a la Carta Magna es el principal aval para que salgamos de la mala hora: elecciones regionales, reconocimiento de los poderes legítimos, respeto a los derechos civiles y castigo para los violadores de los derechos humanos son los primeros pasos que debe tomar nuestra sociedad si quiere enrumbarse hacia tiempos de estabilidad. Todas las otras fórmulas al margen de la Constitución no hacen más que decretar sufrimiento en el seño de las familias venezolanas, asqueadas por tanta indolencia. EDE