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Editorial | Rendición absoluta de las mayorías

Editorial: Maduro pretende una rendición absoluta de las mayorías

El Gobierno quiere imponer como única vía la sumisión de todo el que esté fuera de la cúpula


La Constituyente inconsulta se erige como el último refugio de la burocracia en el poder. Es el mecanismo elegido para poner fin a esta etapa histórica de la nación. Tengamos claro que el país, pase lo que pase, cambiará tras la pretensión de imponer la propuesta de Miraflores. Desde la cúpula apuestan, tal vez cegados por la ambición, a que la jugada les sonreirá, pero todo parece apuntar a que ellos mismos le han puesto fecha de caducidad a su estadía en el poder. El 30 de julio es el día estipulado —según los cálculos del madurismo— para hacer valer la sumisión, la rendición absoluta de las mayorías inconformes con un Gobierno que ha acumulado, tras una larga serie de tropiezos, un malestar social de grandes dimensiones, que se nutre por una crisis política sin precedentes y un descalabro económico digno de estudio para las universidades de todo el mundo. A sangre y fuego tendrán que ejercer el poder, porque mientras más se acerque a fecha, mayores serán las protestas. Nadie puede pretender que mediante la imposición inapelable de un sector pueda estar el camino hacia la paz de toda la nación. El chavismo forma parte del país y debe ser respetado, pero la misma valoración se debe tener para con el resto. Quien crea que de un solo plumazo va a poder acabar con el otro, simplemente abona el terreno para la guerra, para el conflicto. Venezuela se rebela contra esa Constituyente cupular por su evidente esencia regresiva, por estar de espaldas al clamor popular, por querer ser utilizada para aplastar al diferente. Venezuela merece que su Constitución vigente, convocada y aprobada por el soberano, sea respetada por todos los factores y esa es la bandera que hoy une a las grandes mayorías. Con la burda maniobra realizada por Maduro y su pandilla lo que se ha hecho es unir al grueso del país en defensa de la Carta Magna, única vía para resolver los conflictos de manera civilizada. La burocracia se niega a entender que mantener esa trampa es dirigirse inevitablemente al abismo de la historia. EDE