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Julián Rivas: El quemado por opositores perrorabiosos no es noticia

Hombre quemado en Altamira

Los medios no ven un crimen horrible y tampoco se enteran de los abusos en el comercio


Julián Rivas

Desacertada y desconcertante es la interpretación que dan muchos de los medios de comunicación al triste caso del joven Orlando Figuera, quemado en los disturbios en Plaza Altamira, en el marco de esta nueva oleada de violencia y llamados a la rebelión por parte de la Mesa de Unidad Democratica (MUD), con respaldo de la derecha internacional.

Repetimos: las burguesías han redoblado esfuerzos por crear sus partidos, asistidos por sus organizaciones no gubernamentales, especie de  gabinetes de sombra subsidiados por Washington, que tienen enfoques y métodos de interpretación de las acciones de gobierno no afines, según rotulaciones ideológicas. Para este asunto, los grandes medios ayudan.

El asunto preocupa, y da dolor, debido a que algunos medios de comunicación manejaron (y manejan) el caso del joven quemado en las inmediaciones de Plaza Altamira como asunto sin importancia.  La gran prensa poco reseñó el asunto al momento y en los días siguientes. Tuve la sospecha de que iba a ser así y lo confirmé. Revise internet o vaya a una hemeroteca y compruebe.

Cuando el escándalo nacional e internacional dio carácter insoslayable al crimen, algunos medios abordaron el tema, pero con el cuidado propio de quien no quiere afectar a aquellos sectores que políticamente son responsables de la violencia callejera que generó este lamentable incidente.

“Orlando Figuera, quien fue quemado y apuñaleado durante una protesta realizada el pasado 20 de abril murió el sábado 3 de mayo en el Hospital Domingo Luciani”, fue el encabezado de una cuidosa nota del diario El Universal.

“El joven Orlando Figuera, quien fue quemado durante una manifestación en Altamira el pasado 20 de mayo, murió este domingo en el Hospital Domingo Luciani de Caracas”, reportó por su parte Globovisión en su página web. Como vemos, las notas son muy parecidas. La diferencia fue el mes del evento, que para El Universal fue en abril  y Globovision en mayo, lo correcto. Más nada.

Pero es curioso, el día 4 de junio Globovisión tituló: Gobierno asegura que joven quemado fue «víctima de un crimen de odio». Luego expone: “El presidente de la República, Nicolás Maduro, repudió este domingo la muerte de Orlando Figuera y aseguró que el joven «fue víctima de un crimen de odio por su color de piel».

Vean bien, Globovisión toma distancia en lo relativo a que el joven fue víctima del odio. Aquí de nuestra parte acotaríamos que todo crimen es de odio,. Y simplemente sería mejor agregar que odio político, odio social, étnico, lo que fuera necesario. Pero alguien tiene duda que el linchamiento de este joven es lo más próximo a la vieja consideración de perrorabiosa que por años hemos visto en la oposición hoy agrupada en la MUD.  Cuántas veces nos han reclamado el calificativo de oposición perrorabiosa.

Estos días he hablado con amigos sobre este caso. A algunos les he dicho que ojalá el nombre de este joven no quede en el olvido. Y a tales efectos he formulado una propuesta: que como en Venezuela existe un reclamo para que se construya un hospital para quemados, que a la vez sea centro de investigación universitaria, que las autoridades tomen la iniciativa y se le asigne el nombre del joven Orlando Figuera. Son pocos y muy limitados los servicios de atención a quemados, situación no recomendable en un país cuya industria motor es  la petrolera, con amenazas externas y con centros universitarios que muy bien pueden sumarse a esta iniciativa.

No esperemos que quienes se identifican con sectores que juegan a la desestabilización manifiesten públicamente su condena por este crimen. No pedirán castigo. Han pasado varios días y no lo han hecho.

Lo mismo habría que decir de los partidos de oposición. Nada han dicho. Ningún dirigente se atreve a censurar este crimen. Mire, cuando en las próximas décadas a algún investigador se le ocurra ir a las hemerotecas para interpretar este tiempo que vive Venezuela, quizás para entonces exista la suficiente madurez como para que la nada sea testimonio de que estos partidos son una vergüenza.

Pero qué podemos esperar de estos partidos. Pues nada. Incluso, uno ve que el partido Copei, viejo partido de torturadores, vale poco pero conspira mucho. Es más, ese partidillo recuerda al Partido Legalista de Venezuela, supuesto rescoldo del viejo partido liberal de Joaquín Crespo, quien murió en 1898 en la Mata Carmelera, en Cojedes, y con ello históricamente se cerró el ciclo del liberalismo amarrillo.

Francisco P. Pedroza, secretario general del Partido Legalista, residía en una vieja casona de Caño Amarillo. De muchacho, uno pasaba por ahí y veía ese extraño símbolo en la puerta de la casona que además era residencia de Pedroza.

Algo de esto es hoy Copei, partido fantasmal, archipiélago de grupos, dirigido por un sujeto minado por los años, Enrique Mendoza. Increíble.

Pero ojo, Pedroza era un humilde hombre del pueblo, sin vicio que lo desluciera y que amó al país según lo que expresaba en sus remitidos. Todavía no hemos visto nada de Mendoza, ni en otros  dirigentes copeyanos.

LA ECONOMIA DEL POBRE NO CUENTA

Los asuntos económicos son temas de orden cotidiano. Eso lo saben amas de casa que hacen mercado. Igual los pequeños comerciantes. Igual el peatón que amanece en los mercados, asía sea viendo y charlando. Todos expresan suspicacia ante los extraños giros que tienen  los productos. Cuando no le quitan el líquido, le bajan los gramos. Muestra de ello es la leche. Ya no encuentran que apellido darle. Que si bebida láctea, que si ligera, light, larga duración. Que si el empaque es a prueba de ataque nuclear. Todo es un cuento.

Y si se trata de los servicios, el asunto es peor: el consumidor paga más por tarjetas telefónicas o recargas y sin embargo, el tiempo de consumo es menor. Al hotel le mejoran la fachada, la habitación es más cara, con menos servicio, y cada vez bajan la hora de salida. DE las 2 de la tarde en una época, pasó a la 1 pm, las 12 en punto y en algunos lugares ya piden check out (revisa y vete) a las 11 am. ¿Ante quién quejarse? No se sabe, porque hasta la Sundee se perdió., No se ve.

Además, el pobre trabajador no ve nada grato que se le engañe, se le estafe y a la vez le pidan que dé las gracias. Por ejemplo, el papel sanitario desapreció por un tiempo, y ahora viene recubierto con un plástico, muy hermético y le dan un apellido clínico. Para que vea el cliente que está siendo protegido. Una señora advierte que esto es fuente de malestar ciudadano, que se expresa en lo político.

Los precios se elevan por cualquier circunstancia. En la esquina de Alcabala en Caracas una vez más desapareció el papelón en polvo, por unos días. Cuando regrese volverá más caro.  De esto no hablan los medios. No hablemos de la harina de trigo, la conseguirá a precios altísimos con el argumento de que es brasilera, o de cualquier lado. A fin de cuentas, la calidad no estará garantizada. ¿Pero acaso Brasil produce trigo?

El arroz, sobre todo ese bañado con agua de ajo, los intermediarios  lo venden caro. Buena parte de la culpa la tienen los dueños de plantas procesadoras  de arroz en Portuguesa y Guárico, que reciben financiamiento del Estado, de la banca pública y de paso tienen acceso preferencial a la producción de arroz de los campos venezolanos. El producto sigue en fuga hacia Colombia. Cuando el arroz es importado el precio es a tasad dólar ilegal, aunque se compre divisas de origen público.

Los medios no ven un crimen horrible y tampoco se enteran de los abusos en el comercio Increíble. ¡Viva el pueblo!