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Algunos candidatos a la Constituyente creen que el asunto es de derecho o intereses de grupo
Julián Rivas
Venezuela tiene dos serios problemas. La amenaza externa, de orden geopolítico, que la sufre al menos desde hace quinientos años, por causa de las viejas pretensiones colonialistas de ingleses y holandeses, y ahora los gringos y el servilismo de una oposición agrupada en la MUD. La otra es de orden institucional: No funcionan las instituciones, porque las sabotean.
Por tal razón son pertinentes y oportunas las transformaciones en la Constitución. Pero, ojo, de acuerdo con los principios de fortalecer los procesos revolucionarios. Muy lejos de continuismos y personalismos. Se trata de Venezuela, soberana e independiente.
Los días pasados los pasé en mi pueblo de Irapa, Sucre. Por esas circunstancias propias de los pueblos de provincia, todavía en Venezuela la gente sufre de la mala calidad de los servicios. Justamente el servicio de internet estaba malo hace una semana y no pude enviar mi nota.
Quería hablar de la producción de cacao, de estos tiempos de mangos. Mango hay en toda Venezuela, pero en Irapa son deliciosos, y hay uno que llaman “carbá”, una delicia, de agradable olor y mejor sabor. Se come uno y se puede dar por comido. Tengo la sospecha de que “carbá” puede ser un mal uso de la expresión carabao, nombre del búfalo en Asia. Es que ese mango asemeja un búfalo gordito y recogido. Nos llegó desde Trinidad, adonde arribó presumiblemente con los indostanos que desde mediados de los años treinta del siglo diecinueve llegaron a la isla, venezolana hasta 1797, cuando fue robada a Venezuela por la pérfida Albion.
Como dice un amigo, Venezuela siempre ha comenzado por oriente. Y allá llegó todo de primero, o comenzó todo. Por ejemplo, pocos saben que la capital del inmenso territorio que intentó gobernar Digo de Ordaz tuvo por capital a San Miguel de Paria, por los lados de lo que hoy es Soro de Irapa. Qué la campaña libertadora de Oriente en 1813 fue meses antes que el inicio de la Campaña Admirable. Y por estos días rogamos que ojalá en las próximas celebraciones y conmemoraciones de la Batalla de Carabobo se terminen de reconocer que el Jefe de Estado Mayor de los patriotas en esa histórica batalla, se llamó Santiago Mariño, residente en la región de Paria por largo tiempo, donde fundó el ejercito oriental, la base del ejercito libertador para las grandes tareas a partir de 1816.
Ojalá lo terminaran de comprender los integrantes de la pequeña y alta burguesía caraqueña: El oriente sigue siendo la región más rica de Venezuela. Como hay debate sobre la Constitución, lo menos que se puede esperar es que se concreten firmes definiciones sobre desarrollo equilibrado de todas las regiones de Venezuela.
Ahí está Carúpano, un excelente puerto, con capacidad de ser adecuado a desarrollos tecnológicos, con terminales con equipos adecuados para carga y descarga de contenedores. Más allá está Irapa, el lugar definido mediante estudios como el más adecuado para la construcción de un gran aeropuerto de carga y pasajeros en Venezuela.
Estar en Irapa y regresar a Caracas en lo personal es satisfactorio. Pero a veces a uno le queda el mal sabor de ver que Caracas es un fastidio. El caos llega a tal extremo de que un amigo afirma que espera que los opositores anuncien la creación de una república en el este de Caracas para él mudarse, está obstinado de trancas insensatas, de que la infelicidad les llega de unos torpes demócratas auspiciados por potencias extranjeras. En Irapa y en el oriente del país la especulación por supuesto que molesta. Pero fastidia, da pena, ver a los mismos personajes caraqueños queriendo acabar con Venezuela, leer a los intelectuales rajaos repitiendo lo mismo, de que ellos son los demócratas, como diría Rómulo Betancourt, consumiendo la bilis para demostrar que son demócratas liberales, blasfemando de que el pueblo organizado en comunas es parasitario. ¡Por Dios. Señor García Larra… qué, parece que el que tiene parásitos en el cerebro es usted!
Pero en efecto, vemos que algunos candidatos a la Constituyente creen que el asunto es de derecho, que es lo que supuestamente han interpretado del gordito Escarrá, y otros rescatan escritos de Tony Negri, y si son cojitos, piden incluir la protección de los cojos, o de los viejos, o del sexo tal o del genero cual. No señores, llevamos cinco siglos construyendo una nación.
Una Constitución tiene que ver básicamente con la identidad nacional. Ya habrá tiempo de exponer nuestro punto de vista. Pero me decía hace poco un amigo que en el proceso político reciente ha circulado una corriente extremadamente atrasada que sigue desconociendo la colonia, fuente de todo lo que somos, bueno o malo. Pero particularmente los títulos territoriales, vital para una nación independiente, y para reclamar nuestros derechos en el Esequibo, nos vienen justamente de España. Que nuestras instituciones de defensa tienen sus raíces en la colonia, sino vean donde aprendieron artes militares la mayoría de nuestros jefes liberadores.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Entonces, les digo que la política no puede ser al estilo del Cazador Novato candidato, dispuesto a construir ríos donde no hay ríos para que haya un puente.
Ah pero mucho menos puede ser al estilo de la Fiscal o de los intelectuales rajaos. Esto sí que da pena. Vemos a la Fiscal, a los intelectuales rajaos, dándose de demócratas, siendo cómplices de todos aquellos que sirven al imperialismo, y llegamos a conclusiones: No se puede hacer política como el saltapericos, sin memoria, sin principios, y sin respeto al pueblo. No hay instituciones firmes y serias, es la verdad y es una tragedia. Pudiéramos decir como el paisano: ¿qué se puede esperar cuando en el sistema de justicia metieron la mano el viejo Luis Miquilena y Manuel Quijada?
¿Cómo es eso de que se puede quemar Caracas y la señora Fiscal no se da por enterada? ¿Por qué tanto encono con los militares? Se atacan los cimientos de la nación venezolana, aliados a la oligarquía colombiana, al imperialismo y los sectores más reaccionarios del mundo de hoy. La señora Fiscal y los intelectuales rajaos actúan según el mito griego de Prometeo, que se apropió del fuego de los Dioses y lo repartió a los hombres. Aquí ocurre algo peor: la institución encargada de velar por la justicia, la que debe solicitar juicios a diputados vende patrias, se pasó para el bando de los que violan la Ley. Hagan los que le dé la gana. El intelectual rajao garabatea: eso es dignidad. Increíble.
De acuerdo con sociólogos como Karl Mannheim muchas acciones no requieren ser vistas a la luz del sicoanálisis, introspecciones, para tener conocimiento y dar respuesta a un fenómeno social. Sencillamente son conflictos institucionales y como tales deben ser resueltos. Cuánta gente no medra del relajo hoy en Venezuela. Por miles. No hay vigilancia revolucionaria. Hasta vemos emigrantes que como comerciantes hacen en nuestra tierra de gracia lo que no harían en otros países donde la ley es ineluctable y dura. Incluso, cómo se explica que las empresas de teléfonos celulares cobren excesivamente sus tarifas y el cliente paga, y muchos de estos usuarios/consumidores eluden pagar los simple cuatro bolívares que vale un boleto de metro. Seguramente los anglosionistas, de llegar a gobernar, cobrarán el boleto en dólares y euros, como en el mundo norte. Que no chillen, eh.
Con todo el respeto al mariscal Sucre, gran hombre de América, debo recordar una anécdota, no probada, pero que circula desde hace décadas, quizás siglos en Cumaná y otros puntos de Oriente. Sucre fue edecán del general Bermúdez, y muchos atribuyen a Bermúdez esta expresión: “Como serán de pata flojas los españoles del Perú que Toñito Sucre gana batallas”. Cosas que se dicen, uno no sabe. Pero si hago una observación que espero que sirva de reflexión a todos: Cómo andará de floja esta Fiscalía que un peruano, Freddy Guevara, intenta quemar Venezuela y el Ministerio Público ni se entera. Qué pena.
¡Viva el pueblo, viva Venezuela!
