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“Han propiciado y dejado correr exponencialmente la corrupción”

El grave problema de la corrupción continúa ocupando un gran espacio en la estructura y en la dinámica general del Estado venezolano.



Por Oscar Battaglini

Como se recordará, Chávez hace su aparición en la vida política de la nación profiriendo invectivas contra la corrupción que durante cuarenta años continuos venía de ser practicada por el régimen puntofijista; cuyo principal exponente había sido, sin duda, Carlos A. Pérez en las oportunidades en que le tocó ejercer la Presidencia de la República.
Armado de esa prédica visceral de anti-corrupción, Chávez asumirá el control del poder. Prédica que no dejaría de lado ni siquiera en los momentos en los que comenzaron a aparecer denuncias de corrupción administrativa que involucraban directamente a su propio gobierno.
A esa “persistencia” por su parte frente a la corrupción, y al hecho mismo de que esas denuncias jamás fueron investigadas debidamente por los organismos competentes, y que no se establecieron las responsabilidades correspondientes, ni se aplicó sanción alguna, se debe (como en el caso de Betancourt) la leyenda del Chávez impoluto, del funcionario probo que no se aprovechó de las ventajas del poder para su enriquecimiento personal o de los suyos, etcétera.
Cuando se coteja el contenido de esta leyenda con las informaciones que últimamente han comenzado a aparecer sobre las mil millonarias cuentas en dólares y propiedades de militares en Estados Unidos de Norteamérica; cuentas de ex funcionarios o funcionarios activos del Estado venezolano registradas en la banca suiza (14.800 mil millones de dólares), en Panamá, en República Dominicana; el “bloqueo” del Estado venezolano en el Banco de Andorra, el Madrid de España, etcétera, operaciones todas llevadas a cabo durante el gobierno de Chávez por comisionados militares que estuvieron en su entorno más inmediato y bajo su adscripción directa, entonces dicha leyenda pierde toda su consistencia ideológica y comienza a disolverse en el imaginario de la sociedad venezolana.
Ese es el resultado —queremos insistir— al que necesariamente se llega cuando se revisan con cierto detenimiento estas informaciones. De ellas la de mayor relevancia es la que da cuenta de los montos en dólares depositados en la filial de la ciudad de Ginebra del Banco Hong Kong Shanghai Banking Corporation (HSBC) con su sede central en la ciudad de Londres.
Según las informaciones, aparecidas inicialmente en el diario francés “Le Monde”, que luego este comparte con colegas de 45 países, entre noviembre de 2006 y marzo de 2007 circularon por esa banca 180.600 millones de dólares de cuentas pertenecientes a personas de distintas nacionalidades, de las cuales “las cuentas de venezolanos ocupaban el tercer lugar con la mayor cantidad de dólares”. Pero esto no es todo; según la data en poder del Diario Francés, “casi (el) 85% de los fondos relacionados con Venezuela habrían salido del gobierno, específicamente de la Tesorería Nacional y el Banco del Tesoro”.
Un dato de gran importancia relacionado con este asunto, es el hecho de que el ministro de Finanzas y Planificación del presente gobierno Rodolfo Marco Torres aparezca junto con Alejandro Andrade, otro alto funcionario de la administración Chávez, como titular de la cuenta radicada en el banco mencionado. Sobre este particular, Torres ha declarado (11/0215) que … las cuentas en esa banca eran “totalmente transparentes. No son cuentas ocultas. El Banco del Tesoro Venezolano tenía recursos y los depositaba en esa cuenta a través de un fideicomiso”. Además indicó que existían diferentes subcuentas donde se hacían inversiones y pagos a proveedores; lo que de acuerdo con su criterio no tiene “nada de anormal”.
Contrariamente a la “normalidad” de la que nos habla el ministro Torres, el presidente del HSBC, D.J. Flint, en su informe para la venidera Asamblea General de Accionistas a celebrarse en el mes de abril, reconoce que la “Sección privada del banco (Private Banking de Ginebra) llevó a cabo unas prácticas y conductas inaceptables”. Procedimientos que por cierto, son los que han dado pie a las denuncias que han aparecido en los medios de información internacionales.
Lo que declara el Ministro no se corresponde con los hechos. Las cuentas en cuestión no fueron abiertas en la Sección Comercial del HSBC, sino en la Sección Privada (Private Banking), cuya función primordial, con base en el secreto bancario, es ofrecer servicios de inversiones y manejo de patrimonio a dueños de empresas, a altos ejecutivos y a sus familiares.
Ante tales coincidencias es obligatorio preguntarse: 1.- ¿Por qué esos recursos financieros del Estado venezolano fueron depositados en la Sección Privada de un banco internacional que opera bajo el criterio del secreto bancario? 2.- ¿Por qué se hizo el depositó a nombre de particulares y no de las entidades bancarias oficiales de donde procedían los fondos? 3.- ¿Por qué se escogió para tales efectos a un banco que fue multado en los EE.UU por blanqueo de capitales? (fondos no justificados). 4.- ¿Qué justifica, el haber hecho un depósito de semejante cuantía (casi 15 mil millones de dólares) en un banco con las características señaladas?
Las respuestas a estas interrogantes, es algo que la opinión pública venezolana reclama, a los organismos competentes (Contraloría, Fiscalía, Asamblea Nacional) adelantando las investigaciones que permitan, por un lado, establecer la veracidad de los hechos denunciados y, por otro, las responsabilidades y sanciones correspondientes.

[quote font=»0″ bcolor=»#dd3333″ align=»right»]“Las denuncias jamás fueron investigadas debidamente por los organismos competentes y no se establecieron las responsabilidades”[/quote]

Del teniente Alejandro Andrade, el otro titular de las “cuentas suizas”, no se conoce que haya emitido opinión alguna sobre ese particular. Lo que se sabe de él es que estuvo estrechamente vinculado a Chávez y que durante su gobierno desempeñó entre otras funciones las de guardaespaldas de Chávez, secretario privado, Presidente del Fondo Único Social (FUS), viceministro de Gestión Financiera (adscrito al entonces ministerio de Planificación y Finanzas), Tesorero del ministerio de Finanzas, Presidente del Banco del Tesoro, Presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico de Venezuela (BANDES), etcétera.
De acuerdo con la información filtrada, Andrade habría “aperturado” una cuenta en el HSBC en el año 2005, ante el cual se identificó como abogado de la Oficina del Tesoro de Venezuela, dependiente del ministerio de Hacienda para ese momento (2007).
Simultáneamente a este hecho de la filial del HSBC en Suiza, se ha dado a conocer el caso de los bancos de Andorra – Madrid por blanqueo de capitales, delito financiero en el que presuntamente estarían involucrados varios militares venezolanos en situación de retiro que estuvieron, igualmente, muy vinculados a Chávez y ocuparon altos cargos durante su gobierno. Concretamente se les acusa de haber pretendido legalizar con el apoyo de esos bancos —que también operan bajo la figura del secreto bancario— cuantiosas sumas de dinero en dólares, supuestamente obtenidas en Venezuela mediante el cobro de comisiones multimillonarias; la creación de “empresas de maletín” para la firma de contratos igualmente multimillonarios. Estas investigaciones han sido adelantadas por el Servicio Ejecutivo de Prevención de blanqueo de capitales del Estado español (Sepblac), lo que de por sí le confiere a tales revelaciones la seriedad institucional, y la fuerza de convicción requeridas en este tipo de situaciones.
En el informe que ese organismo remite a Fiscalía del Estado, son señaladas las actuaciones en Venezuela de cada uno de los funcionarios gubernamentales que presuntamente estarían involucrados en las operaciones de blanqueo en las mencionadas entidades bancarias. Veamos en resumen la siguiente reseña periodística sobre algunos de los involucrados: 1.- Carlos Luis Aguilera Borjas: “El agraciado era la empresa Tecnotren de Venezuela que tiene como importante accionista –con un 40% del capital- a un cliente del Banco Madrid, Carlos Luis Aguilera Borjas…, se trata del ex jefe de los servicios de inteligencia e incluso ex guardaespaldas personal de Hugo Chávez en la pasada década”. En la filial española del banco andorrano BPA, consta que tanto la Constructora Hispánica como Cobra y Dimetronic, firmaron por separado contratos con la empresa de Aguilera en la que le garantizaban un 4,8% de comisión… “según los especialistas, estos contratos fueron firmados en octubre de 2007 y junio de 2008”… al Sepblac le ha llamado la atención en especial, (que Aguilera) recibió en agosto de 2013 una transferencia desde Suiza de 600 mil euros y remitió a EE.UU 87.993 dólares semanas después”. 2.- Nervis Gerardo Villalobos: “La empresa asturiana (Cobra)… pagó 50 millones (¿de dólares o euros?) al ex viceministro de Energía del régimen de Chávez Nervis Villalobos, por “prestar asesoría oral en el contrato de construcción de una central de ciclo combinado en Venezuela. Según la investigación española “Villalobos ha recibido «pagos de consultoría» de la empresa española Duro Felguera, que se adjudicó en mayo de 2009 un contrato de 1.500 millones de euros en Venezuela”. El presidente de la empresa que tramitó la adjudicación, Electricidad de Caracas, y viceministro de Desarrollo Eléctrico para el momento era Javier Alvarado Ochoa, quien aparece también entre los clientes del Banco Madrid. 3.- Alcides Rondón: Es uno de los casos en los que la entidad (bancaria) incumplió, según los investigadores, su obligación de realizar un examen especial, tal y como establece el artículo 52.1 g de la citada ley de 2010”.
Lo planteado confirma que el grave problema de la corrupción continúa ocupando un gran espacio en la estructura y en la dinámica general del Estado venezolano; aberración que el régimen actual ha propiciado y dejado correr exponencialmente. Pedirle que haga algo para contrarrestarla, se ha convertido definitiva y lamentablemente en un supuesto negado. Sin embargo queda claro que ya no hay mucho espacio para la impunidad en esta materia, como se demuestra en los casos aquí tratados.
Es de esperar que este problema sea igualmente sumado a la cuenta general por cobrar de la que ya hemos hablado en otra oportunidad.