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En Parque Central el riesgo es un vecino más

Cajetines sin extintores, hidrantes dañados, escaleras sin luces de emergencia y sistemas contra incendios desmantelados. El incendio de la torre Este de Parque Central parace no haber sido una lección para todo el complejo; el riesgo persiste y empeora en los edficios residenciales


Patricia Marcano

En los pasillos del complejo Parque Central la normalidad transcurre entre cajetines de extintores y de mangueras contra incendios totalmente desmantelados, entre marañas de cables sin resguardo y entre sistemas de seguridad dañados.

Después de 11 años del incendio de la torre Este, la lección parece no haber sido aprendida. Basta con recorrer los pasillos principales, de oeste a este en los niveles comerciales, para constatar que aún se incumplen las normas básicas de seguridad.

“Todos estamos en riesgo porque el sistema contra incendios lo han ido retirando y las mangueras no las han instalado. Además se han robado los cables y las escaleras de emergencia no tienen iluminación”, relata Annery Fehr, residente de Parque Central y miembro de la junta de condominio de la zona 2 (conformada por la torre Oeste y los edificios Tajamar, Catuche, Caroata y Tacagua).

Desde hace tres años los ascensores de los edificios residenciales han sido sustituidos por equipos nuevos –chinos- y funcionan, pero con ese cambio eliminaron los pequeños cajetines del sistema contra incendios que solían estar en la pared, junto a los botones para llamar al elevador, detalla Fehr; los vecinos no saben por qué.

Los sistemas contra indendios junto a los ascensores dejaron de existir
Los sistemas contra indendios junto a los ascensores dejaron de existir. El deterioro llega a todos los espacios

Desde hace dos meses las escaleras de emergencia de todos los edificios residenciales están sin luz por el robo de cables; en el Pent House del Catuche, donde están las vías de escape que comunican a los cuatro edificios de la zona 2, los cables y tableros de brequeras eléctricas están al descubierto porque se llevaron las puertas de las cajas.

“Nosotros pagamos por tener seguridad pero es como si no estuvieran. La inseguridad y el vandalismo son tremendos. Aquí se roban hasta las válvulas y tuberías de gas, los extintores fallecieron y hasta las bateas para limpiar que instalaron en los pasillos se las han llevado”, señaló Soledad Tovar, residente del complejo.

Un vigilante consultado comentó que están allí por necesidad, por tener un ingreso fijo aunque sea poco, pues no cuentan con implementos para enfrentarse a los ladrones que ingresan a robar cables y tuberías. Incluso carecen de baños, área para descansar y bebederos de agua. “Estamos aquí a la buena de Dios, a uno también le da miedo”, expresó sin querer identificarse.

Los vigilantes dependen de Corpocapital, el organismo creado por el Gobierno del Distrito Capital (GDC) para administrar Parque Central desde 2013, luego de la liquidación del Centro Simón Bolívar (CSB), regente desde su inauguración.

"Por favor no dañen las instalaciones. Nos perjudican a la comunidad. Dejen el abuso. Gracias. 21/08/2015", dice el papel.
«Por favor no dañen las instalaciones. Nos perjudican a la comunidad. Dejen el abuso. Gracias. 21/08/2015», dice el papel pegado junto a la brequera.

¿Simulacros?

Quienes habitan en Parque Central desde hace más de 30 años añoran lo que fue. Annerys Fehr recuerda que el complejo tenía un circuito cerrado de vigilancia con cámaras de seguridad cuya señal podía verse en los televisores de cada apartamento, al sintonizar el canal 6. “Podías ver el pasillo de los ascensores, el nivel Lecuna, todo. Y si pasaba algo uno llamaba a una central y de inmediato la gente del Centro Simón Bolívar venían o solventaban el problema. Ahora no”.

Lolita de Nieto también hace referencia al circuito cerrado de seguridad y lamenta que con los años dejara de funcionar; cuenta que la oficina donde operaba fue desalojada y convertida en una radio comunitaria.

También recuerda que tenían extintores en todo el complejo, que funcionaban las mangueras y los hidrantes, y que los bomberos realizaban simulacros de desalojo con regularidad.

Cuando se incendió la torre Este se evidenció que eran importantes, todos supimos qué hacer en ese momento porque ya habíamos participado en varios simulacros”, asegura de Nieto. Ella fue presidenta de la junta de condominio de la zona 1 (torre Este y edificios San Martín, El Tejar, Mohedano y Anauco), durante 12 años, hasta 1999. Compró un apartamento cuando los edificios estaban recién inaugurados y vivió allí hasta 2008.

No se ven extintores en las áreas comunes
No se ven extintores en las áreas comunes

Pero estas acciones preventivas dejaron de hacerse, aseguran quienes hacen vida en el complejo. “Yo creo que una sola vez he visto un simulacro en 10 años”, comentó Alberto Viveiros, comerciante, y con él coincidió María Pérez, quien tiene más de 20 años viviendo allí; “Ya ni eso hacen, antes nos llamaban, ahora hay como un desgano”, expresa.

La señora Fehr acudió la semana pasada a la sede de los Bomberos de Distrito Capital ubicada en el sótano 1 de Parque Central para preguntar por los simulacros. La respuesta que recibió de los funcionarios fue que si los vecinos no hacen la solicitud ellos no los organizan.

También les reclamó por las condiciones en las que se encuentra el sistema contra incendios y estos manifestaron que tienen el reporte de todo lo que falta y lo que no sirve, saben cuáles son los hidrantes que no funcionan y dónde no hay extintores, pero la función de ellos es hacer las recomendaciones al ente encargado (GDC) para que los arregle.

«La Razón» acudió a la estación para solicitar la información oficial sobre el riesgo existente en las torres y edificios pero los bomberos se negaron a declarar; argumentaron que no están autorizados para hablar con los medios de comunicación.


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Jorge Molina, arquitecto y coronel retirado de los Bomberos de Caracas, aclara que ese no era el proceder de este cuerpo preventivo. “Nosotros nos acercábamos a las comunidades, le ofrecíamos los servicios a la gente sin esperar una solicitud de ellos. Siempre fue así, hacíamos planeamientos completos y actuábamos. Después todo cambió con la política”, lamenta.

Molina fue jefe del Departamento de Investigación de los Bomberos y ocupaba ese cargo cuando se quemó la torre Este de Parque Central en 2004.

Los riesgos han sido reportados desde hace años. No los solucionan
Los riesgos han sido reportados desde hace años. No los solucionan

Recuerda que en una oportunidad, antes del incendio, levantaron un informe sobre los problemas en el sistema de prevención y se reunieron con las autoridades del entonces CSB para que arreglaras las fallas. “Como no nos hicieron caso nos fuimos al Ministerio Público y consignamos el informe, para que quedara constancia de que advertimos sobre el riesgo a tiempo y que si pasaba algo no culparan a los bomberos”, explicó.

De hecho, en 1999 el organismo declaró a todo Parque Central en alto riesgo y declararon a los edificios residenciales y torres de oficinas como inhabitables. No hubo mayores acciones para corregir lo alertado por los Bomberos.

Molina detalla los aspectos básicos que se deben garantizar en Parque Central: adecuar el sistema de rociadores de los edificios, presurizar las escaleras de emergencia, tener sistemas de extinción que funcionen, activar las señalizaciones de emergencia, mantener operativas las plantas eléctricas para que funcione el sistema de luces de emergencia y preparar a los residentes y trabajadores de las torres sobre cómo actuar en caso de incendios y terremotos, y que esa preparación se haga en cada piso. En el caso de las torres de oficinas (Este y Oeste), deben mantener los refugios contra incendios desocupados para que puedan frenar el avance de las llamas.

Además el coronel de los Bomberos de Caracas recalca la importancia de lo anterior explicando que los camiones de elevación que tienen los bomberos llegan hasta un piso 22 o 23, por lo que subir más arriba (los edificios residenciales tienen 44 niveles y las torres de oficinas 59) no será rápido para estos efectivos. “Por eso la preparación de la gente es fundamental”, indica.

Cuando se inauguró el complejo todos los sistemas de prevención funcionaban
Cuando se inauguró el complejo todos los sistemas de prevención funcionaban. Las luces verdes, rojas y anaranjadas de este caejtín se apagaron hace años

“La ley de la selva”

En los últimos dos años Corpocapital ha ejecutado varias acciones en Parque Central, que van desde la recuperación de los ascensores, sótanos y la instalación de puertas en los accesos a los edificios residenciales, pero hay vecinos que consideran que el cambio de administradores, del CSB a este nuevo organismo dependiente del Gobierno de Distrito Capital, no ha sido para mejor.

“El deterioro de es evidente, esto cada vez está peor, aquí nos cobran hasta el aire que respiramos y la mejoría es poca, nos cobraron por unas matas y no las riegan”, relató María Pérez.

“A nosotros no nos importa quién administre Parque Central, pero que lo haga bien”

Para los residentes, los cambios frecuentes del director de Corpocapital obstaculizan la administración del complejo y las mejoras. “No entendemos por qué tanta cambiadera. Siempre que llega un director nuevo empieza de cero, hacen reuniones con los comerciantes, revisan todo y en eso se pierden tres meses. Cuando comienzan a arreglar algo, lo cambian”, comentó Alberto Viveiros.

Annery Fehr, quien además de ser miembro de la junta de condominio de la zona 2 es abogada, asegura que en Parque Central “manda la ley de la selva” porque Corpocapital irrespeta lo estipulado en el documento de condominio y en la Ley de Propiedad Horizontal. que rigen la dinámica del complejo.

Detalla que según el documento de condominio todo lo que se haga en las áreas comunes debe ser consultado con los propietarios, pero eso nunca ha ocurrido.

Corpocapital está recuperando los sótanos pero aún no atiende el sistema de extintores
Corpocapital está recuperando los sótanos pero aún no atiende el sistema de extintores

“Hemos pasado cartas al actual jefe de gobierno de Distrito Capital, Juan Carlos Dugarte, para que reciba a la junta de condominio de la zona 2 y nada. Ellos solo quieren hablar con consejos comunales pero eso no está estipulado en los documentos jurídicos”, agregó.

Una de las tantas irregularidades que preocupa al condominio es la obstaculización de los pasillos o vías de escape con buhoneros y mercados de frutas y verduras, autorizados por Corpocapital,

Según cálculos hechos por la junta de la zona 2, por Parque Central transitan a diario 23.000 personas, entre residentes, trabajadores y peatones en general; entre los cuatro edificios hay 3.315 apartamentos y la misma cantidad en los edificios residenciales de la zona 1. Por ello la abogada sostiene que las áreas comunes deben estar libres de obstáculos ante una eventual emergencia.

“A nosotros no nos importa quién administre Parque Central, pero que lo haga bien”, sentencia Fehr.


Las torres Este y Oeste fueron los rascacielos más altos de latinoamérica hasta 2003
Las torres Este y Oeste fueron las más altas de latinoamérica hasta 2003

Emblema de una época

El Complejo Parque Central fue un proyecto elaborado por la empresa Siso, Shaw y Arquitectos Asociados y presentado al presidente Rafael Caldera en 1969, con el título de «Plan de Desarrollo del Centro de Caracas». Fue aprobado para ser construido en terrenos del Centro Simón Bolívar y su construcción tuvo varias etapas de culminación.

Enrique Fernández-Shaw, hijo del arquitecto del complejo (Daniel Fernandez-Shaw) recuerda que en 1972 ya estaban listos los edificios residenciales, en 1979 se inauguró la torre Oeste y en 1983 la torre Este. El paisajismo del complejo estuvo a cargo del reconocido arquitecto Roberto Burle Marx y el diseño gráfico y señalización fue de Erling Oloe.

Una construcción de referencia encargada a profesionales de renombre y que, lamentablemente, no han sido tomados en cuenta para su recuperación. Fernández-Shaw recuerda que su padre (aún vivo) no fue tomado en cuenta para la reconstrucción de la torre Este tras el incendio de 2004, aún cuando se ofreció y convocó a las personas involucradas en el proyecto original. Tampoco ha sido consultado para todos los cambios que se han hecho en Parque Central en los últimos 10 años.

“No me explico por qué no aprovechar la opinión de los arquitectos originales ni por qué no rescatan el paisajismo de Burle Marx, que hizo unos jardines verticales con bromelias y orquídeas y un trabajo importante y reconocido”, comenta.

También recuerda que su padre no construyó las torres con la intención de que fuesen ocupadas por ministerios y entes del Estado, y que él siempre hizo hincapié en la importancia de que el manejo del mantenimiento de Parque Central estuviera en manos de sus propietarios.

“Eso es clave y mi papá siempre lo ha dicho. Quien puede velar mejor por eso es quien lo posee. Ahorita Corpocapital está haciendo un trabajo importante, entraron con energía y eso nos parece bien, pero en el momento en que se acabe la voluntad el esfuerzo de pierde”.

Para Fernandez-Sahw (hijo) la posibilidad de que Parque Central vuelva a ser una referencia como en la década de 1980 no es tarea fácil. “Él pertenece a una época y volver a ser lo que fue es difícil porque Venezuela es otra. ¿Recuperable? Sí, eso es totalmente posible. Solamente por falta de voluntad es que no se ha hecho”, expresa.

La familia del arquitecto de Parque Central está creando un archivo digital sobre toda esta obra, tan trascendental y de referencia internacional que cuando ocurre el incendio en 2004 Daniel Fernández-Shaw es contactado por Leslie Robertson, ingeniero de las torres gemelas de Estado Unidos y de otros rascacielos, interesado en saber por qué la torre no colapsó.

Ambas torres fueron construidas con unas macrolosas de concreto cada ciertos pisos, que funcionan como un gran anillo de contención, y gracias a ello el incendio no afectó a toda la estructura, explica el hijo del arquitecto. Eso fue tan interesante que Robertson viajó a Caracas junto a un equipo para investigar cómo había funcionado. Además la obra de Parque Central formó parte de una exposición sobre arquitectura latinoamericana presentada año en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (Moma).


Si quieres contactar al autor de esta historia, escribe a: patricia@larazon.net