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Los números rojos del Ministerio de Salud

Los números rojos del Ministerio de Salud

Ni en los hospitales ni en Barrio Adentro. Ninguno de los dos sistemas de salud está cubriendo la demanda de atención requerida por los venezolanos y la Memoria y Cuenta del ente rector lo confirma


Patricia Marcano

Revisar la Memoria y Cuenta 2015 del Ministerio de Salud es toparse en varias de sus páginas con una cantidad de números que paralizan y obligan a releer.

Son las estadísticas frías de una crisis de salud que ha tenido rostros e historias durante los últimos años, más en 2015, y que logran confirmar y dar soporte a buena parte de las denuncias realizadas por pacientes, familiares, médicos y trabajadores de centros públicos el año pasado, y que las autoridades que estuvieron frente al despacho insistieron en desmentir, desestimar, reconocer a medias o sencillamente no escuchar.

El año pasado dejaron de realizarse 87.384 cirugías en toda la red hospitalaria, conformada por 241 centros (21 hospitales tipo IV, 31 tipo III, 50 tipo II y 139 tipo I). Diariamente se hicieron 694 intervenciones quirúrgicas, cuando se venía de un promedio por encima de las 900 intervenciones entre 2010 y 2012, y se alcanzó el techo de 1.261 cirugías diarias en 2013.

Los números rojos del Ministerio de Salud
Fuente: Memoria y Cuenta 2015, Ministerio de Salud

La cantidad de pacientes atendidos en consultas externas en los hospitales, también diariamente, cayó de 49.500 a 21.360 (56,8%) en un año; igual en el caso de los pacientes vistos en emergencias (pasaron de 49.536 en 2014 a 20.604 en 2015); en este caso la baja fue de 58%, es decir, 28.932 pacientes menos cada día.

El promedio de camas ocupadas cada día en los hospitales se ha reducido desde 2010, según datos extraídos de los informes de gestión del Min-Salud de cada año. Hace seis años el porcentaje de ocupación era de 71%, con 12.443 camas diarias. En 2013 el porcentaje llegó a 83% y en 2014 a 90%. El año pasado la Memoria y Cuenta lo precisa en 40% con 10.428 camas diarias ocupadas.

“Esto se traduce en que hay menos gente hospitalizada. Puede deberse a que no tienes médicos, no tienes los recursos para atender a los pacientes o no pudiste completar el persona, o que tienes servicios desocupados por diversas razones. Aunque se llama porcentaje de ocupación, ese 40% más bien habla de un porcentaje de ociosidad”, señala José Félix Oletta, exministro de Salud.

«Las 253.245 intervenciones quirúrgicas realizadas en 2015 constituyen la cifra más baja desde 2005»

Otro indicador hospitalario que refleja el deterioro del sistema es el denominado “intervalo de sustitución”, referido al tiempo que dura una cama hospitalaria sin ser usada entre un paciente dado de alta y otro que ingresa.

Oletta ha registrado en sus análisis de las Memoria y Cuenta los datos y desde 2010 ese número se había mantenido entre dos días, tres y un día, pero en 2015 cada cama estuvo vacía 8 días en promedio, entre un paciente y otro.

“Eso es una ineficiencia gigantesca, una cama vacía cuesta muchísimo mantenerla. No es que los venezolanos están yendo menos a los hospitales, es que los hospitales están saturados pero no hospitalizan, no tienen la capacidad de hacerlo o rebotan a los pacientes y los mandan a otro lado, y sabe Dios a donde van a parar”.

Esa expresión de incertidumbre se carga de mayor preocupación cuando se regresa la vista hacia la reducción del número de cirugías. Oletta precisa que las 253.245 intervenciones quirúrgicas realizadas en 2015 (58% de ellas fueron de emergencia, aclara la Memoria), constituyen la cifra más baja desde 2005. Ese año se hicieron 344.075 operaciones en la red pública, lo que denota una disminución de 26%.

Ni siquiera a partir de 2007, cuando comenzó la remodelación simultánea de varios hospitales tipo IV y tipo III, la cifra fue tan baja, asegura Oletta. Y los documentos oficiales del Min-Salud lo confirman.

“Esto nos lleva a una deuda quirúrgica de fácilmente 450.000 cirugías no realizadas en 11 años. Habíamos calculado 349.000 entre 2005 y 2013”, detalla el especialista en medicina interna e integrante de la Red Defendamos la Epidemiología Nacional.


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¿A dónde van?

Los datos citados anteriormente son algunos de los indicadores hospitalarios contenidos en la página 106 de la Memoria y Cuenta. En conjunto reflejan el deterioro del sistema de salud y generan una interrogante. ¿Qué pasó con los venezolanos que dejaron de ser atendidos en las emergencias, en las consultas y que no fueron operados en la red tradicional? ¿A dónde acudieron?

Los datos de Barrio Adentro I y II, niveles creados para ampliar la atención primaria y servicios de salud, dejan ver que allí no se cubrió la carencia. Aunque la cifra de consultas realizadas en los consultorios populares aumentó a casi el doble el año pasado, el resto de sus indicadores también han bajado y entre 2012 y 2015 han dejado de atender pacientes, sobre todo en los 572 Centros de Diagnóstico Integral (CDI) existentes en el país.

Los exámenes médicos realizados en estos centros disminuyeron de 41.314.067 pruebas en 2012 a 34.531.612 en 2014 y a 29.356.224 el año pasado (15% menos en el último año). La cantidad de personas hospitalizadas en terapia intensiva cayó de 102.993 pacientes en 2014 a 72.640 en 2015 y en el área quirúrgica dejaron de operar a 36.861 personas.

Las cifras rojas del Ministerio de Salud
Fuente: Memoria y Cuenta 2015, Ministerio de Salud

El número de “vidas salvadas” en Barrio Adentro también ha empeorado: 68,9% menos en los últimos tres años. De 15.669 pacientes “salvados” en 2012 la cifra se redujo progresivamente a 4.874 el año pasado.

El sociólogo, investigador y redactor del capítulo sobre el derecho a la salud de los informes anuales de Provea, Jo D’Elia, asegura que Barrio Adentro está tan golpeado como los hospitales.

“Es una condición de deterioro crónico avanzado y con desabastecimiento general, en los hospitales y en Barrio Adentro también”.

“60% de la población no tiene seguro médico público ni privado. No hay forma de que se atiendan”

Para D’Elia, el cuadro de los indicadores hospitalarios incluido en la Memoria y Cuenta 2015 es preocupante, porque muestra una situación dramática y evidencia que efectivamente hay un empeoramiento “muy, muy grave” de la capacidad de atención de los centros hospitalarios.

¿Las consecuencias? “El venezolano no tiene donde atenderse y se queda en su casa sin diagnóstico, pasando situaciones de sufrimiento muy graves, fuertes, difíciles, que según el caso puede arribar a una situación de peligro para la vida. ¿Cuánto está afectando esto en términos de muerte? No hay información oficial ni posibilidad de que alguna organización te de cifras a nivel nacional”, señala el especialista en derecho a la salud.

Ante la reducción de la capacidad de atención en los hospitales y en Barrio Adentro durante 2015, el sector privado de salud pudo ser la opción más buscada por los pacientes, pero el director ejecutivo de la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales (Avch), Cristino García, asegura que no fue así.

“No hemos sentido que haya aumentado el volumen de personas que estamos atendiendo. El año pasado no tuvimos un nuevo flujo”, informó García, explicando que el sector se mantiene en la misma situación desde 2013: atendiendo a 52% de la población, en promedio, a pesar de tener menos camas disponibles que el sector público (entre 7.000 y 8.000 camas, frente a las 25.909 reportadas por Min-Salud en su informe de 2015).

«La salud pública está colapsada y es un colapso sistémico. Hay diferentes factores interviniendo simultáneamente y las instituciones no tienen cómo garantizar una atención mínima”

Las registros de la Avch sustentarían entonces la opinión del sociólogo D’ Elía, quien no duda al decir que una gran cantidad de venezolanos “no está acudiendo” a ningún servicio de salud. “60% de la población no tiene seguro médico público ni privado. No hay forma de que se atiendan”, aseveró.

El investigador de Provea además sostiene que aunque las clínicas privadas pudieran absorber a parte de la población, no tienen capacidad para atender toda la demanda porque son pequeñas y están siendo tan golpeadas por el desabastecimiento como los hospitales.

Esto a su vez implica que los costos para prestar el servicio aumenten y en consecuencia el acceso a la atención sea cada vez más limitado.

“No tienen capacidad para atender a todos ni la población tiene posibilidades de atenderse allí. Por ello se presume que la gente está pasando situaciones críticas pero no podemos saber cuántas están muriendo”, reiteró D’Elia.

Todo esto tiene una incidencia en el derecho a la salud, área donde el sociólogo se ha especializado y cuyas investigaciones lo llevan a afirmar que este derecho ha tenido un comportamiento regresivo en los últimos años.

“Básicamente porque la salud pública, que es la que te garantiza el derecho, está colapsada y es un colapso sistémico. Hay diferentes factores interviniendo simultáneamente y las instituciones no tienen cómo garantizar una atención mínima”.

Los números rojos del Ministerio de Salud
Fuente: Memoria y Cuenta 2015, Ministerio de Salud (captura de imagen)

Bajo desempeño

Los porcentajes de mortalidad según el número de altas médicas, de mortalidad materna por altas y de mortalidad neonatal por nacimientos forman parte de los “indicadores de eficiencia” de los hospitales que añaden más preocupación al panorama de la salud pública del país.

Los tres reflejan un incremento pero en el caso de la mortalidad por altas médicas el dato resalta. Entre 2014 y 2015 el porcentaje pasó de 4,98 a 31,12. Es decir, de cada 100 pacientes dados de alta fallecían cinco en 2014 y el año pasado la cantidad se elevó a 31.

“Podría ser un error pero hasta que no lo diga el Ministerio yo no lo puedo asumir así, sobre todo porque la tendencia desde 2012 es creciente. Si se equivocaron sería un error inexcusable”, expresó el ex ministro Oletta.

Ese porcentaje de mortalidad por alta fue subiendo de 2,69% en 2010 a 2,87% en 2011; 2,96% en 2012 y 3,66% en 2013.

Los números rojos del Ministerio de Salud
Fuente: Memoria y Cuenta 2015, Ministerio de Salud

Las muertes neonatales por nacimientos también se elevaron exponencialmente. De 0,05% saltó a 2%, 40 veces más en 2015 comparado con 2014. Para Rafael Orihuela, profesor jubilado de la UCV y exministro de Salud, esto evidencia que las embarazadas han dejado de ir a las consultas prenatales pero también la ausencia del tratamiento indicado para evitar estos fallecimientos.

“La mortalidad neonatal tiene una cantidad de causas que puedes atacar y que no tienen por qué llegar a la muerte. Una de ellas es la prematuridad del bebé, que a su vez se asocia con el embarazo precoz”, agrega Orihuela.

Sobre los indicadores hospitalarios evaluados, Oletta asegura que los referidos a la eficiencia son los peores en los últimos seis años y que, en general, los datos de la Memoria y Cuenta reflejan que los problemas que comenzaron hace 11 años “no se han corregido, sino que se han acentuado”.

«La gestión no está dirigida a resolver problemas de las personas sino a hacer cosas, y la distancia entre hacer cosas y la anarquía es muy estrecha. El problema no es hacer cosas sino mejorar la salud a la gente»

Marino González, profesor de la USB y especialista en políticas públicas de salud, hace tres observaciones sobre el informe de gestión del Min-Salud. Una es que la cantidad de personas que suelen ir a los centros por atención médica, y que se reflejan en el documento oficial, es siempre menor al total de los que están enfermos.

El deterioro del sistema de salud era de esperarse, pues 2015 finalizó como el segundo año consecutivo de caída económica, recuerda González, y por ende hay una disminución de los ingresos reales en los hospitales y servicios en general. Si hay menos insumos hay menos pacientes atendidos. “Y en 2016 estamos en el tercer año de caída”, advierte.

La otra se refiere a los datos. Si bien hay cifras preocupantes y alarmantes, señala que la Memoria termina siendo un reporte de actividades en cantidad que no dice mayor cosa sobre cómo funciona el sistema de salud; “Eso se llama desempeño. Cantidad no es sinónimo de calidad”.

Por ello, más que un relato numérico de lo que se hizo, debería incluir indicadores de desempeño que hablen de la calidad de atención.

«Si eso no está allí es porque la gestión no está dirigida a resolver problemas de las personas sino a hacer cosas, y la distancia entre hacer cosas y la anarquía es muy estrecha. El problema no es hacer cosas sino mejorar la salud a la gente. Lamentablemente Venezuela tiene los peores indicadores de desempeño en salud de América”, asegura el profesor de la USB.


Memoria y Cuenta, relato de la crisis

  • El Sistema Integral de Acceso a los Medicamentos (Siamed), creado en abril pasado por el entonces ministro Henry Ventura para “garantizar” los medicamentos a los venezolanos, benefició a 29.614 personas en 2015, menos del 1% de la población.
  • Un solo trasplante de hígado fue realizado en 2015 en todo el país. Fundavene registró además 86 trasplantes de riñón, 88 de córnea y 69 donantes; No alcanzaron los 469 trasplantes planificados. La Ontv estima que 1.500 personas están en lista de espera por un riñón, 1.500 por córnea, 50 por hígado.
  • El Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano ha reducido la cantidad de intervenciones generales y específicas. De 1.278 procedimientos efectuados en 2012, el año pasado realizó 767 (39,98% menos). El número de cirugías cardíacas bajó más de 50% en tres años, pasando de 667 en 2012 a 322 en 2015. Y las intervenciones por hemodinamia igual, de 458 en 2012 a 353 en 2015.
Las cifras rojas del Ministerio de Salud
Fuente: Memoria y Cuenta 2015, Ministerio de Salud
  • Sefar produjo dos medicamentos el año pasado: suero oral y cloroquina difosfato. Fueron 714.740 unidades de medicamentos de una meta de 20.550.000 unidades, apenas 3,4% de lo previsto. En 2014 pudo producir siete fármacos (8.035.701 unidades entre acetaminofén, suero oral, cloroquina difosfato, carbamazepina, alfametildopa e isoniacida en dos presentaciones). Y en 1999 fabricaba 30.
  • Barrio Adentro I atendió 73 partos y Barrio Adentro II 1.228 (1.301 entre ambos). En los hospitales atendieron 336.624 y el promedio de partos anuales en el país es de 600.000. No hay información sobre los otros 200.000 nacimientos.
  • Entre los “obstáculos” para lograr las metas de 2015 el Ministerio de Salud reconoce la ausencia de materia prima, escasez de medicamentos e insumos médico-quirúrgicos, déficit de especialistas y de personal e insuficiencia presupuestaria, pero en casos contados. La causa más repetida fue “la guerra económica”.

Si quieres contactar al autor de esta historia, escribe a: patricia@larazon.net