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Irregularidades con el papel periódico aumentan los cierres de medios

Las denuncias por los envíos cada vez más limitados y discontinuos de papel prensa ha afectado a los medios en todo el país; las rotativas se mantienen encendidas con pocas páginas y menos ejemplares gracias a medidas extremas como prestamos de papel, uso de reservas y compra a proveedores externos a precios elevados


Mónica Duarte

En el año 2016 unas 70 denuncias de medios impresos que se quedan sin papel han llegado al Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela. En los últimos 11 meses nueve periódicos han dejado de circular de forma temporal en varias oportunidades y cuatro continúan sin poder salir luego de cerrar de forma definitiva hace dos años.

Las irregularidades con el papel prensa en el país se han mantenido desde 2013, cuando el Gobierno nacional restringió la asignación de dólares para insumos editoriales y creó una empresa para centralizar las importaciones del sector: el Complejo Editorial Alfredo Maneiro (Ceam), presidido por el ex gobernador del estado de Trujillo Hugo Cabezas.

Desde agosto de ese año y hasta noviembre de 2016, más de 50 medios han manifestado dificultades para adquirir el papel periódico y otros insumos necesarios para la impresión de sus ejemplares como planchas, tinta y películas.

En este mismo período, las prácticas para el ahorro de papel se han vuelto comunes y los periódicos que no han experimentado cierres han tenido que apelar a la reducción del número de páginas, cuerpos, eliminación de suplementos, el cambio de formato, de periodicidad y la baja en la cantidad de impresión. Pero este año la situación comenzó a ser más grave luego de que en el mes de enero, Hugo Cabezas reconociera que los diarios tendrían que hacer una reducción de al menos 60% en sus tirajes porque el ingreso de divisas por la venta de petróleo había bajado en más de 77%.

Andrés Cañizalez, investigador del Centro de Investigación de la Comunicación de la Universidad Católica Andrés Bello y presidente de la Asociación Venezolana de Investigadores de la Comunicación, sostiene que este manejo gubernamental se ha basado en una realidad económica para justificar una factura política a la prensa. “Si bien en la raíz podemos distinguir que hay una crisis en la que el gobierno tiene que restringir todas las importaciones, en la práctica ha terminado siendo una herramienta política. La Corporación Maneiro ha venido a cumplir un rol de comisario político en términos de la asignación de los recursos”.

En tres años se han cerrado  23 diarios y se ha perdido el 70% del espacio para informar

Según los datos que maneja la ONG Expresión Libre, esto se traduce en el cierre de 23 diarios en poco más de tres años y en la pérdida del 70% del espacio para informar a los ciudadanos. “De los 115 diarios que circulaban en 2013, hoy quedan 92. En promedio, un diario tabloide que publicaba 1440 páginas mensuales, hoy sólo publica 480”, reseña la organización.

Pero estas restricciones van más allá de lo económico, los controles que lleva a cabo la Corporación violan los tratados internacionales que ha firmado Venezuela.

De acuerdo con Mariengracia Chirinos, coordinadora del equipo de Monitoreo de Libertades Informativas del Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela (Ipys), los principios de libertad de expresión de los países que pertenecen a la Organización de Estado Americanos (OEA), contenidos en el numeral tres del artículo 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos, establecen que la producción de cualquier producto informativo no puede ser restringido por vías o medios indirectos, tales como “el abuso de controles oficiales o particulares de papel” para los medios impresos.

“A esto se le suma la situación de Monopolio del Ceam que además está prohibido dentro de los estándares que establece la OEA, porque esta centralización de funciones hace que solamente haya un canal y que no exista una oferta ni una demanda natural sobre lo insumos y la producción del papel periódico. Además, el complejo ha admitido en diversas oportunidades que si no se cambia la línea editorial no habrá papel, por eso la mayoría de los medios afectados por esta situación son medios que han tenido una línea bastante crítica y los medios regionales”, resalta la investigadora del Ipys.

Cañizales asegura que estas irregularidades también son muestra de las “promesas falsas de producción”. Venezuela ha sido históricamente importador del papel prensa, a pesar de que a fines de 2005, se firmó el nacimiento de un proyecto industrial: la Empresa de Pulpa y Papel, c.a. (PULPACA), que permitiría la producción de en el país del insumo prensa.

“Luego de una inversión millonaria y de muchos años la empresa se encuentra en 80% de ejecución y ahora dicen que va para producir 250.000 toneladas. Pero ya se perdió la oportunidad dorada de instalar una planta que surtiese a los medios en Venezuela sin llegar a este punto de escasez”, afirma el investigador.

En 2016 nueve periódicos han dejado de circular en varias oportunidades

Despachos bajos aumentan cierres temporales

En el mes de noviembre nueve periódicos anunciaron su posible cierre por no tener bobinas (rollos de papel) en sus almacenes, de estos al menos cuatro dejaron de circular por la carencia total del papel.

Los diarios La Verdad, Qué Pasa y El Regional del Zulia quedaron una semana sin salir y el diario Los Andes que circula en Trujillo, Táchira y Mérida apagó sus rotativas un día. Luego de las alertas en las primeras páginas respectivas de cada periódico llegaron los insumos, con hasta 10 días de retraso desde el pago de la cotización que el Ceam había solicitado a cada editorial.

La situación ha sido recurrente a lo largo de todo el año. En abril el diario La Mañana de Falcón dejó de imprimirse, estuvo 151 días sin poder sacar su edición en físico y finalmente volvió a circular el 3 octubre. Su director, Atilio Yánez Plaza, explicó que desde ese mes de abril no reciben asignación por parte del Ceam y que fue gracias a mecanismos de financiamiento internacional que pueden volver a salir a la calle por unos meses adquiriendo una deuda en divisas que aún no tienen como cancelar, sin decir la cantidad exacta del material recibido.

Desde que se centralizó la adquisición de papel los medios deben tramitar directamente con el Complejo Maneiro o a través de la Cámara Venezolana de Periódicos. Los últimos lotes que se gestionaron de forma directa desde los molinos en Canadá se hicieron en 2013, cuando la extinta Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) aprobó pagos en dólares a los proveedores pero que nunca se hicieron efectivos. Pequeñas huellas de esa época aun circulan en Venezuela con periódicos como Correo del Caroní, quienes nunca han importado con el mecanismo gubernamental.

Los envíos de papel se hacen de forma mensual y los retrasos ponen en riesgo de cierre

“Nosotros ya vislumbrábamos los problemas desde el inicio y rechazamos la creación de la corporación Maneiro, no queríamos caer en chantajes ideológicos y decidimos, entre editores, periodistas y trabajadores, no comprarle al Ceam. Por suerte en 2013 teníamos una perspectiva de crecer y hacer más ediciones por lo que el último envío nos ha rendido hasta ahora, para ello hemos tenido que hacer ajustes, comenzamos pasando de cuatro cuerpos a uno solo, dejamos de salir los fines de semana y desde mediados de 2015 somos un semanario. Sentimos que hemos sobrevivido con principios”, explica Oscar Murillo, jefe de redacción de Correo del Caroní.

Periódicos Sin papel

Algunos de los 50 casos:

– En el Zulia los periódicos «La ¨Verdad», «el regional» y «qué pasa» dejaron de circular durante varios días en noviembre

– El diario «La mañana» de Falcón pasó 151 días sin publicar su edición por falta de papel

– «La Razón» no ha recibido ni siquiera una cotización de papel por parte del Ceam en el mes de noviembre; desde julio ha podido comprar apenas 4 bobinas mensuales, una fracción de lo necesario

– El semanario «Tal Cuál» pagó a finales de noviembre por las 4 bobinas que le asignaron y todavía no ha recibido el insumo

En este tiempo la Cámara Venezolana de Periódicos, que agrupa a más de 80 medios nacionales y regionales se ha convertido en el intermediario principal de los envíos de papel, a pesar de no contener a los 15 periódicos más antiguos de circulación nacional. En el último mes, según datos proporcionados por la Comisión Permanente de Poder Popular y Medios de Comunicación de la Asamblea Nacional, esta asociación ha concretado el envío de papel a 18 periódicos regionales.

Aunque mantienen una comunicación constante con el Complejo Maneiro, no gestionan la cantidad ni la periodicidad de los insumos. Periódicos como La Mañana y la Nueva Prensa de Guayana, afiliados a este ente, dicen no recibir respuesta de la falta de papel y han pasado siete meses y cinco meses, respectivamente, sin asignaciones. La Cámara fue contactada para contrastar esta información pero alegaron no tener vocería oficial para dar declaraciones.

Sin embargo, a mediados de noviembre en una nota de prensa la Cámara aseguraba que las cotizaciones fueron enviadas a todos los agremiados y que los despachos de papel aumentarían un 34% para sus miembros. Al respecto, Atilio Yánez Plaza, director de La Mañana, asegura que “hay una disparidad de lo que se declara y lo que pasa”, pues su periódico sigue sin recibir ningún insumo. La Nueva Prensa por su parte gestionó directamente su envío conversando con Hugo Cabezas en una visita que realizó al estado Bolívar, donde el presidente del Ceam manifestó “no poder hacer cotizaciones de algo que no se tiene”, según informa el periodista de este medio Elías Rivas.

Préstamos y proveedores externos alivian la escasez

Luego de recibir su última asignación en el mes de marzo «El Carabobeño» salió de circulación interrumpiendo una trayectoria de 82 años.

Con las limitaciones de insumos los medios también han desarrollado diferentes alternativas para poder salir impresos, algunas son más arriesgadas y costosas como en el caso de La Mañana de Falcón y El Carabobeño que decidieron adquirir papel por fuera del Ceam.

El cierre técnico de este último periódico es uno de los casos que más destaca en 2016. Luego de recibir su última asignación en el mes de marzo, y con 82 años de circulación ininterrumpida, dejó de imprimirse por siete meses.

Carolina González, directora de El Carabobeño, comenta que a pesar de los altos costos que representa comprar papel en el mercado negro siguen haciéndolo por la necesidad de ser un contrapeso informativo en el estado.

«La Mañana» de Falcón estuvo 151 días sin circular

La misma situación de “compromiso informativo” se plantea el diario La Nación, que se mantiene como el único impreso de circulación diaria en el Táchira luego de que los otros dos periódicos pasaran forzosamente a semanarios. Los editores de este medio, al igual que de La Verdad de Monagas y La Verdad del Zulia, aseguran que la reducción de las asignaciones ha sido gradual y los envíos alcanzan para la circulación ajustada de un mes por lo que los despachos que no se hacen a tiempo ponen en riesgo de cierre.“Tenemos 10 semanas saliendo en formato de semanario tabloide, pero los precios son muy elevados y no podemos garantizar que podamos seguir saliendo en 2017. Los bachaqueros venden a 800 el kilo de papel que regulado está en 15 bolívares, pero hay que pagarlo para poder seguir informando al menos en Carabobo. En el estado somos el único impreso con una posición crítica y eso es lo que más nos preocupa, porque el decreto de muerte para el Carabobeño fue ese, salir como una alternativa repotenciada en febrero de 2015 luego de que vendieran Notitarde y cambiaran su línea editorial”.

“Hemos intentado hacer un seguimiento concienzudo y que no haya un desfase pero los retrasos en la logística ya han ocurrido en 2 oportunidades, en julio y noviembre, cuando no pudimos circular durante varios días. Esto obliga a hacer ajustes para que alcance, como no circular en los feriados y contraer el tamaño, ahora salimos a sólo12 páginas, hemos tratado no bajar de allí, menos de eso el lector comienza a resentirlo. Y comprar por fuera es imposible, los precios son prohibitivos cuando se calcula la tasa a dólar paralelo. El costo del ejemplar sería impagable, no es rentable ni para el periódico ni para el anunciante ni para el lector”, comenta Luis Pérez, jefe de redacción de La Verdad del Zulia.

Otros medios como El impulso, en el estado Lara, han acudido a alianzas regionales con otros periódicos para el préstamo de algunas bobinas que les permita salir sin interrupción cuando se atrasan los envíos del Ceam, lo que ha pasado en 2016. Su presidente, Juan Carmona, afirma que los préstamos también representan un riesgo para las empresas editoriales.

“Es un compromiso con otros medios que agradecemos, pero eso solo soluciona unos días. Este año el envío ha sido muy irregular, además que las comunicaciones con el Complejo siempre son muy informales, no suelen dar respuestas a menos que sea la cotización oficial que debemos pagar de inmediato y esperar que nos llegue”, explica Carmona.

El investigador Andrés Cañizales afirma que esta espera constante “es una manera de mantener en ese vilo y zozobra” y hacer que los periódicos no puedan planificar ni en mediano ni largo plazo. “Incluso implica una crisis económica porque los periódicos viven de vender avisos y eso está relacionado con los espacios y la existencia de papel para poner esos avisos; en la medida en que los periódicos estén restringidos existirá una tenaza económica para la vida de esos trabajadores”.

Este caso se ha vivido en el estado Falcón con el diario La Mañana, donde el número de trabajadores se ha reducido de 100 a 50 personas, producto del cierre forzado de corresponsalías “porque no hay páginas para sacar todas la informaciones”.

El presidente de El Impulso también menciona un aumento en el costo de venta en el último año “de más de 100%”, asegura que todos los meses sube un poco más y que la planificación está paralizada pues no hay garantía de futuro. “Son más de 170 empleados afectados con esto, desde 2014 hemos reducido a la mitad el tiraje y ya no podemos reducir la paginación, yo creo que mientras haya lectores que compren yo seguiré imprimiendo la cantidad necesaria, sería un engaño si no lo hiciera”, comenta Carmona.

«en la medida en que los periódicos estén restringidos existirá una tenaza económica para los trabajadores”


Asfixia paulatina

El presidente de la Asociación Venezolana de Investigadores de la Comunicación, Andrés Cañizalez, sostiene que las restricciones paulatinas de las asignaciones del papel prensa han llevado a minimizar el rol de los medios y a priorizar las denuncias de otras necesidades.

“Es una gran pérdida que creo que no estamos logrando calibrar, hace falta una contundencia en el rechazo a los cierres y eso ha llevado a creer que los periódicos no tienen dolientes pero yo creo que sí hay muchos ciudadanos inconformes”, comenta. Para el investigador el gran perdedor en esta situación es el público y la sociedad. “Al perder una gama amplia de información y espacios para expresarse se termina perjudicando la dinámica periodística y la contraloría social”.

Con él coincide el director de La Mañana, Atilio Yánez Plaza, quien asegura que “la ciudadanía venezolana cada vez va perdiendo espacios y cada vez más la libertades, también se pierde el lugar para poder denunciar los enormes problemas que nos agobian y que nadie los atiende”.


Si quieres contactar al autor de esta historia, escribe a:  monicaduarte@larazon.net