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La animadversión estadounidense

EEUU, Venezuela

Pareciera que la mentira es la única forma de defender las gestiones chavecas


Luis Fuenmayor Toro

Cada vez estoy más asombrado con las explicaciones, algunas históricas, que dan personas de cierta preparación, entre ellas periodistas universitarios, sobre las contradicciones entre EEUU y nuestros gobiernos. Estos neo historiadores de las falacias, inventan que la animadversión estadounidense llegó junto con la instalación en Miraflores del gobierno de Hugo Chávez, pues desde Gómez para acá, según afirman, nuestros gobiernos nunca habían tenido divergencias significativas con EEUU. Hasta aquí ya hay dos premisas totalmente falsas: 1) Que las divergencias entre el actual gobierno y el Departamento de Estado sean realmente significativas, y 2) que las divergencias del pasado, que las hubo, fueran todas unas nimiedades. Sobre ambas falsedades hablaremos.

Para explicar la actitud de EEUU con respecto a Chávez, se cae en una primera falsedad: se afirma, sin ningún argumento, que Chávez influyó en los triunfos “progresistas” de este siglo en Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay y Ecuador, y que estabilizó (¿?) los gobiernos de Cuba y Nicaragua. Resulta ahora, que el peronismo en Argentina, que mantiene un ciclo histórico de toma y pérdida del gobierno desde hace décadas, pues sigue sembrado en la conciencia colectiva argentina, no hubiera podido retornar al poder si no es por el auxilio de Chávez, según esta prejuiciada visión. Resulta también, según estas posiciones infundadas totalmente, que Lula, quien lleva cuatro décadas de lucha política en Brasil y era una figura cuando a Chávez sólo lo conocían en su pueblo, pudo ser Presidente porque vino Chávez en su auxilio. ¡Por favor!

¿Estabilizar a Cuba? El gobierno de la Isla llevaba 40 años de enfrentamiento con EEUU cuando Chávez inició su Presidencia. Desafíos, además, de mucho mayor calado que los asumidos por el comandante presidente; no hay sino que recordar el caso de Playa Girón y de los misiles soviéticos de los sesenta. Cuba hacía tiempo que se había estabilizado, tanto, que pudo enviar soldados a combatir en África y, más adelante, resistió el derrumbe del socialismo real. Si alguien ayudó a Cuba con anterioridad, cuando tenía mucho menos tiempo en el poder, fue Carlos Andrés Pérez, que le extendió el convenio petrolero centroamericano a la Isla. Y el caso de Nicaragua es otra fantasía de ésas a las que el chavecismo y sus adoradores nos tienen acostumbrados. Los sandinistas toman el poder en 1979 y duran 10 años en éste, a pesar del bloqueo estadounidense, minado de puertos, cuando Chávez no existía en la escena política del país. ¿Entonces?

Evo Morales era también un dirigente político indígena muchísimo antes que Chávez pensara siquiera en organizar el MBR-200. Su victoria electoral obedece al desarrollo político boliviano; nada que ver con Chávez. Otro tanto se puede decir del caso de Uruguay. ¿Acaso la victoria del Frente Amplio en 1999, cuando llega a ser la primera fuerza uruguaya, fue obra de Chávez? Esta coalición izquierdista fue fundada en 1971, cuando obtuvo 18,3 % de los votos. En 1989, Tabaré Vásquez gana Montevideo y de allí se hace un líder nacional hasta ganar las elecciones presidenciales en 2004, cuando se produce la alianza Nuevo Espacio en la que participa el Frente Amplio. Fue todo un proceso de luchas con distintos grupos y partidos, que requirió esfuerzos y tomó tiempo para que ahora, en forma irrespetuosa, se pretenda ignorarlo y asignar el éxito a Hugo Chávez.

Estas loas a Chávez exaltan la creación de Petrocaribe y el acercamiento con ello a los países angloparlantes, proximidad que sin embargo no le ha servido a Venezuela para moderar las ambiciones territoriales de Guyana. De hecho, ni siquiera con Cuba, el Gobierno de Chávez pudo garantizarnos algún avance en relación con el Esequibo; sumisión y entrega de petróleo y dólares fueron los resultados de nuestra relación con la Isla. Fidel, el nuevo padre de Chávez, de Maduro y de Padrino López, nunca se desdijo de sus ataques a Venezuela a finales del siglo pasado, cuando afirmó que éramos un país con actitudes imperiales, simplemente porque reclamábamos un territorio que nos fue arrebatado por el imperialismo inglés.

¿Y la CELAC ha servido a la lucha antiimperialista? Durante el período de amenazas de aplicación de la Carta Democrática, no hubo ningún acuerdo de esta organización en apoyo al Gobierno venezolano. Es más, ni se reunió. Sólo hace poco habló en apoyo del diálogo. ¿De qué sirve entonces que no estén en ella EEUU ni Canadá? Unasur no es una creación de Chávez. Por la unión sur-sur trabajaron los gobiernos de Caldera, Luis Herrera y CAP. Tenía 8 años el Mercosur, cuando Chávez toma el poder. No inventemos logros inexistentes. Sin duda que al gobierno de EEUU le molesta la retórica anti capitalista y socialista del siglo XXI de Chávez y sus seguidores. A nadie le gusta que lo ataquen todos los días, aunque las agresiones sean simple retórica. De hecho, mientras se ataca en discursos encendidos, se otorgan trozos del territorio a empresas mixtas, donde al socio extranjero, EEUU entre otros, se le da el 40% de los activos petroleros de la Faja. Nada más al firmar el convenio, sus acciones de revalorizan enormemente.

El mismo sistema se instrumenta en el Arco Minero del Orinoco, donde se perfecciona la extraterritorialidad, pues las transnacionales explotarán todo lo que exista en el área concedida, sin ningún control. ¿Dónde está entonces la acción antiimperialista derivada de los fogosos discursos? Mucho más antiimperialista y más significativa, que cualquier perorata de los gobiernos de estos 18 años, fue la nacionalización del petróleo efectuada por Carlos Andrés Pérez, quien adelantó en 10 años la reversión de las concesiones y creó PDVSA. Otras acciones: La ya mencionada extensión a Cuba del pacto de San José por el mismo CAP, el apoyo a Argentina de Luis Herrera en la guerra de Las Malvinas, que incluyó la entrega de misiles; el establecimiento de relaciones diplomáticas con Hungría (1969), la Unión Soviética (1970), Argelia (1971), Cuba (1974), Vietnam (1989), Namibia (1990). Pareciera que la mentira es la única forma de defender las gestiones chavecas.