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José Manuel Puente: Colapso macroeconómico

José Manuel Puente

El profesor universitario explica que el país tiene el peor comportamiento económico en su historia contemporánea: “Por primera vez su economía se contrae cuatro años consecutivos”


Enrique Meléndez

El economista José Manuel Puente expresa que el riesgo país de Venezuela en esta semana llegó a la cifra récord de 2.923 puntos básicos, el nivel más alto al que ha llegado a lo largo de su historia económica.

“Se trata de un riesgo país que es seis o siete veces el promedio del resto de la América Latina, y unas quinces veces el promedio que tienen algunas economías de buen desempeño, como Chile”, dice el también profesor del Centro de Políticas Públicas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).

Usted habla de un colapso de la economía, ¿podría fundamentar ese planteamiento?

—Básicamente Venezuela vive una fase de colapso, que es una etapa superior de crisis económica. Porque está viviendo en este momento la contracción más aguda de su historia contemporánea. Venezuela tiene cuatro años consecutivos en un ciclo recesivo (de 2014 a 2017), y en estos cuatro años se ha perdido un 35 % del producto interno bruto (PIB) total.

Es por eso que hemos hablado de una fase de colapso macroeconómico y no de crisis, pues Venezuela tiene el peor comportamiento macroeconómico en su historia contemporánea, y por primera vez su economía se contrae cuatro años consecutivos.

Venezuela ha tenido uno o dos años malos en diferentes periodos: en 1989, en 1996, en 2002-03, pero nunca se había contraído cuatro años consecutivos. En esta oportunidad lo está siendo de manera muy aguda. Por eso hablamos de cuatro años de recesión, donde se ha perdido 35 % del PIB.

“Venezuela vive una fase de colapso, que es una etapa superior de crisis económica”

¿Es clásica esta situación en una economía que ha sido manejada con una ideología comunista?

—Una de las cosas que hemos estado haciendo en un grupo de investigación es ver qué significa este colapso en términos históricos y comparativos. En términos históricos es la etapa recesiva más aguda de su evolución republicana. En términos comparativos, basándonos en una base de datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) entre los años 1980 y 2017, que incluye a 192 países, observamos los diferentes ciclos recesivos que han tenido dichas naciones, de modo que constatamos que Venezuela tiene el peor desempeño de su historia.

Además, este es el peor desempeño económico de América Latina en los últimos 36 años. Inclusive, la recesión venezolana entre 2014 y 2017 ha sido más aguda que la que vivió Bolivia entre 1982-85, cuando atravesó por procesos de hiperinflación, o superior al caso de Nicaragua entre 1984-88. Pero incluso superior a la que tuvo Argentina durante “El Corralito” entre 1998-2002. El proceso recesivo venezolano es mucho más grave, mucho más agudo en acumulado, que los que se vivieron en otras economías en tres de los episodios más dramáticos de ciclos recesivos del continente.

¿Cómo está calificada Venezuela por los organismos multilaterales?

—Eso lo podemos ver, por ejemplo, a través del riesgo país. Venezuela en esta semana llegó a la cifra récord de 2.923 puntos básicos, que es el nivel más alto al que ha llegado a lo largo de su historia económica. Se trata de un riesgo país que es seis o siete veces el promedio del resto de la América Latina, y unas quinces veces el promedio que tienen algunas economías de buen desempeño, como Chile.

Lo que están viendo todos los organismos multilaterales es que hay una economía que está teniendo el ciclo recesivo más agudo de su historia, combinado con la inflación más alta del mundo. Según el Fondo Monetario Internacional la inflación es de 1.133 % y para el año 2018 la proyecta en 2.068 %. Ese ajuste recesivo se combina con unos niveles de escasez nunca antes vistos. Obviamente los mercados están penalizando y calificando a Venezuela con el riesgo país —probablemente— más alto del mundo.

“La economía venezolana está teniendo el ciclo recesivo más agudo de su historia, combinado con la inflación más alta del mundo”

Usted dice que tenemos 18 años con una economía muy mal manejada. Sin embargo, durante el gobierno de Hugo Chávez no se había visto semejante resultado…

—Pero las decisiones que llevaron a esta economía al colapso fueron tomadas durante los primeros años del gobierno de Hugo Chávez. De modo que con un poco de objetividad histórica, uno puede afirmar que Chávez fue el padre de la criatura.

Muchas de las decisiones que tomó Hugo Chávez —controles de precios, controles de cambio, controles de tasas de interés, inamovilidad laboral, el tema de las expropiaciones y nacionalizaciones— que le hicieron daño al ambiente de negocios, a los flujos de inversión directa extranjera. Así que estas fueron decisiones que se tomaron durante los primeros años de la revolución.

En conclusión, Hugo Chávez es responsable de lo que está viviendo el país en este momento, es el padre de la criatura. En un ejercicio que yo hago en torno al crecimiento de los países sudamericanos en los últimos 19 años, indica que Venezuela desde el año 1998 hasta 2017, fue la economía que menos creció en Sudamérica.

La economía más dinámica del continente ha sido Perú, después Bolivia, Chile. Venezuela es de lejos la economía con el peor desempeño en términos de crecimiento agregado en los últimos 18 años. Aunque en los primeros años no siempre fue tan mal, también es verdad que se tuvieron ciclos recesivos. De hecho, veníamos de un ciclo recesivo en 1999, luego se tuvo uno entre 2002 y 2003, y a continuación otro entre 2010 y 2011. Entonces, si uno hace un resumen de la revolución desde 1998, se da cuenta de que hay cinco años de recesión en ese período.

¿Cómo ve usted el comportamiento tan volátil del dólar paralelo?

—Ese es un mercado muy poco profundo, muy imperfecto, cuyo precio lo determina prácticamente una página web, algo que no tiene sentido y que te está diciendo que estás frente a un Banco Central que abandonó su potestad sobre la política monetaria y cambiaria, que no está suministrando información a los agentes económicos sobre cuál es el tipo de cambio de equilibrio.

Ante ese vacío, una página web lo está haciendo, pero lo está haciendo de una manera imperfecta, de modo que múltiples variables pueden estar afectando a ese mercado. Yo creo que en la coyuntura actual, al menos tres variables claves explican la caída que tuvo el tipo de cambio recientemente. Una fue la necesidad de bolívares de algunos agentes económicos: se desprendieron de dólares para poder comprar bolívares; la segunda es que algunos jugadores grandes decidieron vender sus dólares para poder generar las ganancias cambiarias, que permitió el ajuste del tipo de cambio entre 10 mil y 19 mil bolívares; y la tercera es que lo que genera altas ganancias a grupos claves de la sociedad no son los tipos de cambio altos, sino los tipos de cambio volátiles, que bajan de 19 mil a 10 mil, y luego suben a 17 mil.

Esa volatilidad es la que le depara altas ganancias a grupos especulativos de la economía. Y dentro del Gobierno y de sectores cercanos al Gobierno puede haber interés en que haya esa volatilidad del tipo de cambio, para poder comprar a precios bajos y luego vender a precios altos. Es decir, hay un tema de economía política que podría estar explicando esa volatilidad, donde se dan muy buenos negocios tras la captura de renta por parte de algunos grupos económicos cercanos al Gobierno que están especulando con la volatilidad, que explica la política cambiaria.

“Una de las medidas inevitables es desmontar el control de cambio e ir a un esquema con un tipo de cambio único y competitivo”

Se estima que al país le han ingresado unos 800 mil millones de dólares por concepto de factura petrolera. ¿Qué se ha hecho ese dinero?

—Entre el año 1999 y 2015, agregado a lo que han sido exportaciones petroleras, le han ingresado a Venezuela, de acuerdo con la balanza de pagos del Banco Central, 839 mil millones de dólares. Ese ha sido el shock petrolero más grande en duración e intensidad de su historia económica. Lamentablemente ese dinero se ha perdido. No solamente es un tema de corrupción, también se destinó de manera muy ineficiente, muy clientelar, y Venezuela por eso perdió una de sus grandes oportunidades.

Un Gobierno con un mínimo de capacidad gerencial y transparencia en 16 años y 839 mil millones de dólares, pudo haber convertido a nuestro país en un milagro económico, pero Venezuela, después de este shock petrolero de su historia económica, termina con el ciclo recesivo más agudo que haya conocido.

Mi pregunta es: ¿cómo un colapso económico y social de estas características pudo haber ocurrido en un país con las reservas petroleras más grandes del mundo y a sólo dos años de haber recibido el shock petrolero más extraordinario en magnitud en toda su historia? Esta es una de las grandes paradojas de la coyuntura actual.

¿Qué se espera con respecto al comportamiento del PIB de este año?

—El BCV tiene un año y medio que no suministra información sobre la data económica: comportamiento del PIB, inflación, desabastecimiento. Lo que se tienen son proyecciones extraoficiales. El FMI, por ejemplo, nos proyecta que la economía en 2017 podría contraerse en un -12 %; la Cepal que podría contraerse en un -7 %; en general todas las instituciones de análisis económico ven de manera pesimista a Venezuela y nos proyectan un decrecimiento que podría estar entre -7 % y -12 % para el año 2017.

“La volatilidad del tipo de cambio es la que le depara altas ganancias a grupos especulativos de la economía”

¿Cuáles son las propuestas básicas que usted ha diseñado para salir de la crisis?

—Venezuela llegó a este estado de colapso macroeconómico por cuatro años consecutivos, porque lleva muchos años haciendo las cosas muy mal en materia económica. Obviamente, para salir de este ciclo tendría que hacer nuestro país durante muchos años las cosas bien y, efectivamente, esto tiene que estar enmarcado en un programa integral de reformas donde obviamente está lo económico, pero también está lo institucional.

La primera de ellas es el desmontaje del actual control de cambio y la transición hacia un esquema cambiario con un tipo de cambio único y competitivo. En estos momentos el control de cambios es la camisa de fuerza más importante que tiene esta economía para desprenderse del ciclo recesivo, inflacionario y de desabastecimiento. Por eso es que una de las medidas inevitables es desmontar el control de cambio e ir a un esquema con un tipo de cambio único y competitivo.

La segunda es racionalizar los controles de precio. Uno de los factores claves que impacta sobre la caída de la producción nacional y los altos niveles de desabastecimiento lo representa el control de precios. Fundamentalmente una parte de la economía ha estado funcionando durante mucho tiempo con controles de precios que se han desfasado y que no reflejan la estructura de costos de la producción de muchos bienes, de modo que tienes que desmontar estos controles.

La tercera es que, dado que Venezuela tiene los niveles de reservas más bajos en los últimos 15 años, tiene que buscar ayuda internacional para poder fortalecer el nivel de dichas reservas y tener la liquidez en dólares para suministrar divisas al aparato productivo y con eso destrancar el juego recesivo.

La cuarta es que, como todo esto es muy costoso, sobre todo después de cuatro años recesión, debes acompañar este programa de reformas con un programa de emergencia social, un programa de subsidios focalizados entre el 50 % o 60 % de la población para asegurarte que ellos tengan acceso a las medicinas y a los alimentos fundamentales, que le permitan transitar esta coyuntura. Entonces, por razones de economía política es inevitable que el país acompañe un programa de reformas integrales de reconstrucción nacional con un programa de emergencia social.


Explicar la necesidad de reconstrucción nacional

¿Cómo se pueden explicar a la gente la necesidad de implementar medidas económicas?

—Es necesario construir una narrativa que haga viable, potable, amigable, las reformas económicas necesarias y, como la gente no sabe de economía y no tiene por qué saber de economía, es deber de los economistas, de los académicos, hacer digeribles estas ideas de reconstrucción nacional.

Yo creo que hay que construir una narrativa en dos direcciones: una primera narrativa que logre explicar por qué el venezolano promedio está viviendo tan mal, por qué el nivel de pobreza se duplicó en los últimos 18 años, por qué los salarios se han pulverizado. Hay ideas de política económica que te llevan al desastre, al empobrecimiento, a la inequidad, como hay otras ideas económicas que te llevan al bienestar, al progreso. Entonces, hay que construir una narrativa para explicar por qué vivimos tan mal después de 18 años de revolución. Y la segunda parte de la narrativa es qué es lo que hay que hacer para poder revertir esto y construir una sociedad de progreso y equidad.