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Félix Arellano: Sanciones pueden llegar a un embargo comercial

Félix Arellano internacionalista

El doctor en ciencias políticas explica que si no existen avances en el diálogo entre Gobierno y oposición, la comunidad internacional podría reforzar la presión económica y los procedimientos por violación de derechos humanos


Mónica Duarte

Al menos ocho discursos de jefes de Estado en la 72° Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) han referido a la crisis política venezolana, misma razón que también reunió en Nueva York, a puertas cerradas, al presidente Donald Trump con los mandatarios de Brasil, Colombia, Panamá y Argentina.

Estas acciones representan la “gran preocupación” que poco a poco capta la atención de más países de la comunidad internacional por la democracia y los derechos humanos en Venezuela. Así lo asegura el internacionalista, doctor en ciencias políticas y profesor universitario, Félix Arellano. “El detonante de esta alarma internacional fue la violación de los derechos humanos durante estos meses de 2017, pero la Constituyente ha sido el punto de inflexión”, explica.

Arellano ve con preocupación que la actitud del Gobierno nacional traiga más problemas económicos para población por un posible endurecimiento en las medidas de presión. “Las sanciones se pueden dar en todos los escenarios. Primero podrían ir dirigidas a empresas del Estado, que son bastantes, luego a productos de importación o exportación que se transen con Venezuela, y al final sí puede llegar a un embargo comercial”.

El domingo 24 de septiembre, el Gobierno estadounidense incluyó a Venezuela en un nuevo decreto de veto migratorio. Esta medida prohibirá a funcionarios del Sebin, Ministerio de Interior y Justicia, Saime, CICPC y la Cancillería a entrar a Estados unidos con visas de turismo o negocios. Además, este último veto de Trump se extiende a familiares directos de funcionarios y comenzará a ser efectivo a partir del 18 de octubre.

El internacionalista asegura que, más que interés petrolero, la comunidad internacional se preocupa por Venezuela por la amenaza del narcotráfico, las conexiones de terrorismo y la oleada creciente de exiliados y refugiados que salen del país. “En estos últimos, las más recientes oleadas de migrantes se han convertido en gente que ya está saliendo por hambre y pudieran empezar a entrar en la figura de refugiados”.

«Primero (las sanciones) podrían ir dirigidas a empresas del Estado, luego a productos de importación o exportación y al final sí puede llegar a un embargo comercial»

¿Qué significa que ahora se hable a nivel internacional de la existencia de una dictadura en Venezuela?

—Significa una gran preocupación de la comunidad mundial por la democracia, por los derechos humanos y por Venezuela. Porque Venezuela durante muchos años trabajó por esos temas; porque la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la OEA tuvo como primer líder a uno de los venezolanos más brillantes de la historia, don Rómulo Gallegos; porque Venezuela luchó porque se estableciera un sistema de derechos humanos en la OEA, para enfrentar las dictaduras militares del sur; y porque Venezuela luchó por la democracia cuando en América Latina prevalecían las militares. Entonces, la comunidad internacional está agradecida, reconoce la importancia del esfuerzo histórico que ha hecho Venezuela, de los aportes que ha dado y de la trágica situación que se está viviendo hoy.

¿Había ocurrido antes que se hablara de la situación política de Venezuela a nivel de discursos presidenciales como el de Estados Unidos o Francia en la Asamblea General de la ONU?

—Nunca habíamos presentado una situación de violación de derechos humanos tan flagrante y no había que hablar de Venezuela. Antes se hablaba de la violación de derechos humanos en las dictaduras del sur, de la operación Cóndor, pero Venezuela, con algunas pequeñas excepciones, era un país que se caracterizaba por el respeto a los valores fundamentales, a los derechos humanos. A partir del primer Gobierno de Rafael Caldera se legalizaron los partidos de izquierda, se permitieron los sindicatos, de forma que Venezuela era un ejemplo de democracia, se tenían debilidades pero había partidos políticos, había un órgano electorales serio, confiable, y los casos que se presentaron de violaciones de derechos humanos, que sí las hubo, fueron llevados a la OEA y se dejaba entrar al país a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, eso no ha vuelta ocurrir. Pero, desde el Gobierno bolivariano de Hugo Chávez Venezuela comienza un período de deterioro de los derechos humanos que se ha agravado en los últimos años.

¿Qué tipo de interés o amenaza representa el país a nivel internacional? El Gobierno habla del petróleo y la oposición del narcotráfico

—Ese es el sueño de Venezuela, pero el petróleo ya no es lo que era antes. PDVSA es la empresa petrolera más ineficiente que existe, requiere de alta tecnología e inversión porque lo que se saca en el país es petróleo extrapesado y tienen muy bajo rendimiento. Además, cada vez más países están migrando a otros tipos de fuentes energéticas y combustibles. Al Gobierno se le olvida que la edad de piedra no se terminó porque se acabaron las piedras.

Pero lo que sí se ha dicho es que Venezuela está metida en temas muy oscuros. Eso lo ha repetido Uribe desde hace mucho tiempo. Nadie sabe cuál es la política de pasaportes diplomáticas ni a quienes se les otorga, se habla también de terrorismo en el territorio venezolano, de la conexión con células de Al Qaeda, de narcotráfico a través de un cartel de militares, Colombia ha denunciado negocios con las FARC. Todo eso lo dice desde hace tiempo la comunidad internacional.

¿El detonante de esta atención internacional sobre Venezuela fue la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente o son estos temas que usted menciona?

—El detonante fue la violación de los derechos humanos durante estos meses de 2017 de crisis política, pero la Constituyente ha sido el punto de inflexión, ha sido la muestra de perfecta de un Gobierno autoritario.

«El detonante fue la violación de los derechos humanos durante estos meses de 2017 de crisis política, pero la Constituyente ha sido el punto de inflexión»

“IRÁN CRECIENDO LAS SANCIONES”

Obama y Trump
“Las medidas de Estados Unidos van dirigidas a personas específicas en altos cargos del Gobierno y el presidente Trump las ha ido incrementando en relación a Obama”, afirma Arellano

¿De qué forma puede intervenir la comunidad internacional en la situación política venezolana?

—Ya las están tomando. El documento más importante en este aspecto es la declaración de Lima, en ella 16 países, a través de sus representantes diplomáticos, dicen que se irán adaptando medidas multisectoriales para reestablecer la democracia. Hasta ahora se han tomado medidas muy tenues, pero se están discutiendo más cosas, por eso ese grupo está reunido ahora en Estados Unidos. También Mercosur ha actuado, a Venezuela se le aplicó el protocolo de Ushuaia que rige en el organismo y se le hizo una suspensión política dentro de este protocolo, pero esto pueden extenderse a medidas de carácter comercial. Y, por supuesto, también están las medidas de Estados Unidos que van dirigidas a personas específicas en altos cargos del Gobierno y que el presidente Trump ha ido incrementando en relación a Obama. Aún no hay un embargo ni una suspensión comercial pero también son decisiones que pueden ir creciendo. Además, la Unión Europea ha dicho que puede aplicar medidas semejantes, si el Gobierno se sigue burlando de la comunidad internacional como lo ha hecho con el Vaticano. Así que la comunidad internacional ya está tomando medidas.

¿Cómo afectarían estas medidas económicas a Venezuela?

—Las sanciones se pueden dar en todos los escenarios. Primero podrían ir dirigidas a empresas del Estado, que son bastantes, luego a productos de importación o exportación que se transen con Venezuela, y al final sí puede llegar a un embargo comercial, eso no está descartado. Por supuesto, la comunidad internacional ha estado evitando medidas que afecten directamente al pueblo, pero con un Gobierno irresponsable que no acaba con la corrupción ni la impunidad, obviamente que van a hacer el esfuerzo para que las medidas afecten. Van a decir, como ya lo hacen, que el hambre, la escasez de medicinas y alimentos, que tienen meses, son porque no hay dinero fresco.

“La Unión Europea ha dicho que puede aplicar medidas semejantes (a las de Estados Unidos), si el Gobierno se sigue burlando de la comunidad internacional como lo ha hecho con el Vaticano”

¿Los bienes, propiedades y dinero congelados a través de las sanciones de Estados Unidos podrían usarse para pagar alguna deuda o como forma de compensación para el pueblo venezolano?

—Sería ideal, no conozco en detalle la normativa financiera de los Estados Unidos pero sería ideal una negociación con ese Gobierno para ver si esa cantidad de dinero ilegalmente adquirido en todos esos ilícitos pueden, de alguna manera, devolverse para el beneficio del país en proyectos concretos. En proyectos dirigidos en una corporación financiera administrada por el Banco Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial. Sería una excelente iniciativa para la pequeña y mediana industria, para la infraestructura, puertos, aeropuertos, energía eléctrica, hospitales.

¿Por qué el Gobierno parece temer más a unas posibles sanciones de la Unión Europea?

—El Gobierno creía que podía escaparse del mercado financiero norteamericano y del dólar a través del mercado europeo que es importante, es grande y es sólido, pero todo indica que Europa no va a actuar tan complacientemente y eso esperamos, porque, repito, el Gobierno se burló del Vaticano en un primer ejercicio de negociación importante y ahora parece que también se piensa burlar de República Dominicana, eso no debe tolerarlo ningún país.

“EL GOBIERNO NO QUIERE NEGOCIAR”

¿El Gobierno se sentó a dialogar para evitar sanciones europeas?

—Creo que el Gobierno tiene mucho temor de que la Unión Europea aplique medidas más fuertes de las que ha venido aplicando Estados Unidos. Pero tengo la impresión de que no está actuando seriamente, porque lo que ocurrió después del encuentro de República Dominicana fue una burla. Todas esas mentiras que ha dicho el Gobierno son irrespetuosas al diálogo. Si quieren tomarlo en serio deben actuar de forma diferente, lo que implica no hacer de eso un tema de discusión de micrófono y no burlarse del esfuerzo de la contraparte. Lo que ha hecho el Gobierno es usar el diálogo porque cree que con eso divide y debilita a la oposición.

¿Qué papel juegan los países involucrados en este nuevo proceso de negociación entre Gobierno y oposición?

—Yo no lo conozco en detalle, pero en teoría los países pueden intervenir como mediadores, como buenos oficios o como apoyo. Pueden hacer labores diversas, pueden reunirse individualmente, pueden tratar de reunir a las partes, pueden oír los planteamientos de las partes y buscar fórmulas conciliatorias, pueden hacerle propuestas a las partes para tratar que haya resultados equilibrados. Pueden actuar de muchas maneras buscando conciliación, buscando coincidencias y espacios comunes, esa es una labor muy importante.

«Gobierno sigue usando el diálogo como una trampa política y es ahí donde la comunidad internacional va a decir ‘suficiente'»

¿Y qué es lo que se discute a nivel diplomático? ¿Se negocia la salida de Maduro, el proceso de diálogo o las nuevas sanciones?

—Uno de los textos que aclara qué se puede estar discutiendo y que aclara un esquema de negociación sobre Venezuela es la carta del Cardenal Parolin, secretario de Estado del Vaticano. Ahí están las condiciones que le prometieron al Papa y que no han cumplido. Se está negociando que se respete el ordenamiento constitucional, porque no se respeta, se le está diciendo que se respete el reglamento electoral, que se liberen los presos políticos, que se adopte un esquema económico que permita aliviar la crisis económica. Eso es lo que aspiraba el Vaticano pero nunca se hizo.

¿No hay esperanza de tomar estos temas?

—Yo sí creo porque eso es lo que eso es lo que busca y quiere el grupo de Lima, lo que quiere Estados Unidos, el Vaticano y la Unión Europea. Pero pareciera que el Gobierno no quiere negociar, porque sigue usando el diálogo como una trampa política y es ahí donde la comunidad internacional va a decir “suficiente” y van a venir medidas mayores.

UE PODRÍA INVESTIGAR A VENEZUELA

Parlamento Europeo
«Todo indica que Europa no va a actuar tan complacientemente», explica el internacionalista

¿Se le puede abrir un expediente por delitos de lesa humanidad al Gobierno venezolano?

—Sí, pero hay que precisar que ese no sería un expediente al Gobierno, sería un expediente a personas con nombre y apellido.

¿Y para eso tendría algún peso las audiencias de derechos humanos que se están haciendo en la OEA desde el pasado 14 de septiembre?

—Las audiencias de la OEA son un esquema absolutamente novedoso y admirable. Lo que está haciendo el secretario Almagro va a representar un punto de inflexión dentro de la OEA, porque está transformándola a una organización vinculada a los pueblos, vinculada a los problemas sociales y reales de la región. Ese informe que se elabore con los expedientes de las audiencias lo tendrá que ver la secretaría de la Corte Penal Internacional y la fiscal de la Corte deberá recibir esa información. Ahí es donde vienen las decisiones serias y concretas, porque esto es, creo yo, la preparación de un expediente para presentar la denuncia.

¿Esta “estrategia novedosa” de las audiencias son una alternativa a la activación de la Carta Democrática que no ha podido proceder con Venezuela porque no se han obtenido los votos suficientes?

—Yo trataría con el tiempo de que esas audiencias fueran un elemento constitutivo de la Carta Democrática, porque resulta que se están convirtiendo en el único mecanismo que existe en la OEA o que existiría en la Carta para oír a la sociedad civil. La sociedad civil tiene varios espacios en la OEA, lo tiene en la Asamblea General, en el sistema de derechos humanos, pero no están claramente previstos en la Carta Democrática Interamericana. Con esta figura de las audiencias se le abre espacio al afectado, a los seres humanos que se les violaron sus derechos, a las organizaciones defensoras. Creo que es una excelente incitativa que abría que incorporar jurídicamente en la Carta.

«Ese informe que se elabore con los expedientes de las audiencias (de la OEA) lo tendrá que ver la secretaría de la Corte Penal Internacional «

Además de estos mecanismos de justicia internacional, ¿podría haber procedimientos contra Maduro y otros altos funcionarios en tribunales internos de otros países?

—No conozco ningún país que lo esté haciendo, además, para eso se creó la Corte Penal Internacional, y los países de manera tácita están apoyando el ejercicio y el proyecto del secretario general de la OEA porque es el mecanismos que corresponde. Ahora, la Unión Europea podría abrir una investigación también, eso tendrían que evaluarlo las instancias jurídicas y políticas de Europa. Lo cierto es que si esto entra en la Corte Penal y es aceptado, se tiene una investigación es a individuos involucrados en todas esas violaciones de derechos humanos, no al Estado venezolano ni al pueblo.

¿Cómo podrían proceder estos juicios si las personas involucradas no reconocen las instancias internacionales?

—Ahí sí se le pone la vida un poco complicada a esas personas, porque solo podrían permanecer en los sitios de gobiernos que no se atrevan a enviarlos a la corte, porque a cualquier lugar donde llegaran, si el gobierno quisiera enviarlos a la corte, lo debería y podría hacer, es su obligación.

APOYO ECONÓMICO DE RUSIA Y CHINA

¿Dentro de este panorama qué papel juegan China y Rusia?

—Ese es un tema delicado. Venezuela ha querido que su caso se convierta en un tema de geopolítica mundial y es una situación peligrosa. Entiendo que China tiene muchos intereses económicos, hay una deuda muy grande y muchos proyectos, pero China ha jugado con mucha prudencia. En la Asamblea General de la ONU respaldó al Gobierno venezolano, pero tradicionalmente han evitado entrar en el tema político y en algunos momentos han reconocido la conveniencia de que el Gobierno de Venezuela negocie. El caso de Rusia es más delicado, porque Rusia ya tiene varios precedentes de actuar con irresponsabilidad; es el mismo caso de Siria. Pareciera que Rusia está jugando al caos internacional. Donde haya un desorden, donde pueda haber un problema, de inmediato busca cómo incorporarse ahí para ver qué tajada saca.

¿Pero con el apoyo financiero de China y Rusia se puede sobrevivir a las sanciones de Estados Unidos y Europa?

—Si eso fuera tan cierto, no les habría preocupado tanto la amenaza de la Unión Europea. Con esa simple amenaza de inmediato se plantearon un juego de negociación para bajar esa posibilidad. Yo creo que quien tiene músculo financiero para mantener esta enorme deuda y problema económico venezolano es China, pero no sé si China esté dispuesta a mantener una Corea del Norte tan peligrosa, a mantener a una Venezuela peligrosa. Rusia no tiene mucho músculo financiero y, de hecho, le ha cobrado las deudas a Venezuela de manera dura. Yo no veo a Rusia con una capacidad tan grande como para apoyar los problemas de deuda, de importación de alimentos, medicamentos y de gasolina.

«Rusia no tiene mucho músculo financiero y, de hecho, le ha cobrado las deudas a Venezuela de manera dura»

“Se ha politizado el conflicto con Guyana”

El presidente guyanés, David Granger, habló en la ONU sobre el conflicto territorial con Venezuela sobre el Esequibo. ¿Cómo van esas negociaciones?

—El Gobierno venezolano ha manejado, desde que asumió el poder Hugo Chávez, con una enorme irresponsabilidad todos los temas fronterizos y en particular el tema de Guyana. Lamentablemente, hemos cometido graves errores no manteniendo un equipo de Estado, técnico y formado, hemos politizado todos los temas de la política exterior venezolana, los hemos cargado de ideología y estamos haciendo un enorme daño en política de fronteras.

¿Es un peligro real para el país que a finales de 2017 este tema se lleve a la Corte Internacional de Justicia?

—Eso está en manos del secretario general que ha nombrado un representante y eso es lo que negocian las partes. Ahora, nadie desconoce que la Carta de las Naciones Unidas, en su artículo 33, entre los mecanismos de solución de diferencias contempla la Corte. Ese escenario lo debería estar manejando el Estado de Venezuela desde hace años, pero como todos estos temas los ha abandonado, seguramente no ha preparado absolutamente nada.


“Refugiados por hambre” 

Hambre Venezuela

¿Este tipo de sanciones y de discursos no perjudican de alguna forma a los venezolanos que viven en el exterior?

—Los gobiernos están claros que los que salen de Venezuela por esas crisis económicas no son responsables de los problemas, que están buscando alternativas de vida, y, si en Venezuela cambian las condiciones y entramos en un proceso de restauración de las instituciones, de respeto a la propiedad privada, de confianza jurídica, seguramente muchos venezolanos podrían regresar.

Tomando en cuenta esas razones y la magnitud del éxodo, ¿los venezolanos que se van hoy del país son migrantes, exiliados o refugiados?

—Ya estamos entrando en todas las figuras. Tenemos cada vez más exiliados, porque la violación de derechos civiles y políticos se ha acrecentado. Ya hay persecución de alcaldes, hay persecución de magistrados, persecución de periodistas, de todo el que piensa distinto y que busca asilo político. Y ahora, a medida que se agrava el tema económico, los que estaban buscando mejores oportunidades de vida, que fueron las primeras oleadas de profesionales que salieron, se han convertido en gente que ya está saliendo por hambre. Esas últimas y más recientes oleadas pudieran empezar a entrar en la figura de refugiados.