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Julián Rivas: ¡Venezolanos, a despertar!

Maduro y Santos

Debemos desechar el espejo colombiano y el doble juego de Juan Manuel Santos: agredir y luego hacer las veces de mediador. Lamentablemente el Vaticano le hace el juego


Julián Rivas

En la Venezuela republicana han sucedido eventos en que un sector de la población pide intervención foránea. Ocurrió en tiempos de los Monagas, cuando los godos estimularon a José Antonio Páez a rebelarse, abriendo una crisis que al menos formalmente se cerró con el fin de la guerra federal en 1863. Con las rebeliones contra Cipriano Castro, entre 1901 y 1904, los factores externos apretaron duro. A su vez Juan Vicente Gómez entregó el país a potencias foráneas, sobre todo a los gringos, con apoyo de restos de la oligarquía, fundamentalmente.

Pero parece que no hubo tanto entreguismo y desvergüenza como ahora. Habría que discutir esto, con documentos en manos. Por el mundo corre asustada una supuesta “fiscal rebelde”, y el marido, diciendo que tienen las pruebas para hundir a Venezuela. Un agente de la CIA, ex perecista, Moisés Naim, dice que Venezuela es Estado fallido. Otro perecista, Haussman, ofrece el país en remate.

Caramba, lo que hace la opositora Mesa de Unidad Democrática es asombroso. El gobierno de Donald Trump nos impone sanciones económicas. A todo el país, no a un gobierno. Sin embargo, esta semana la MUD consideró que «sanciones de quien sea a vagabundos, violadores de derechos humanos y saqueadores de los recursos públicos siempre contarán con nuestro apoyo, en ausencia de una justicia imparcial en Venezuela».

«Solicitamos a toda la comunidad internacional advertir a todos los ciudadanos y empresas de sus respectivos países que deben abstenerse de efectuar operaciones financieras o contratos de interés nacional» con Venezuela sin aprobación del Parlamento, de mayoría opositora, indicó la alianza partidista, según reportó la prensa internacional.

Pero ¿quién ha dicho que los gringos son autoridad universal, o jueces para imponer sanciones, para amenazar o invadir países? Además, hay que repetir esto porque a algunos se les olvida, que en materia de justicia, donde fuera, no se puede ser juez y parte. Los gringos no son imparciales y los de la MUD son alcahuetes. Los gringos agreden a Venezuela porque son imperialistas.

Esta gente opositora se molesta cuando uno los llama perrorabiosos. Y en efecto, son opositores perrorabiosos. Lea sus argumentos para plegarse al gobierno de Donald Trump, y en contra de Venezuela, supuestamente el país de origen. Vean a Capriles Radonski. Por eso puede explicarse su inestabilidad política, y emocional. Ahí está la mujer de Leopoldo López, cara de ángel por fuera y demonio en Venezuela. Pareciera que esta gente quiere la destrucción de Venezuela.

La campaña internacional contra Venezuela es asquerosa y obliga a responder en todos los terrenos que se plantee. Uno espera carácter. Eso quieren la mayoría de los venezolanos.

Para colmo, Juan Carlos Restrepo, consejero de Seguridad de Juan Manuel Santos, dijo que éste lo encargó, junto con Cancillería, “para asegurar que ante una eventual crisis migratoria de venezolanos hacia Colombia, instalar campos para refugiados”. Ya visitaron en mayo campos de refugiados en Turquía, “país al que han llegado tres millones de sirios en seis años de conflicto”, según la prensa. De entrada digo: Colombia quiere ser para Venezuela lo que fue Turquía en la génesis y desarrollo del conflicto armado (interno y a la vez internacionalizado) que desde 2011 se hizo abierto en Siria. Algo hemos advertido.

Santos como que juega a la guerra, silenciosa. Esta semana dijo: “Lo que estamos nosotros buscando de últimas es una transición, porque la verdad es que en Venezuela acabaron con la democracia. Eso es algo malo para Venezuela y para la región. Y todos debemos tratar de hacer lo posible para que se pueda reinstaurar esa democracia”.

Pareciera que en la prensa venezolana hay una visión acrítica de la conducta antivenezolana de la oligarquía colombiana. No hay conciencia de las amenazas. No veo análisis crítico de esto en nuestros medios, con algunas excepciones por supuesto.

Y con la Iglesia hemos topado. Mejor dicho, con la mafia del Vaticano. “Santos también señaló que trataría el tema Venezuela con el papa Francisco, durante su visita a Colombia del 6 al 11 de septiembre. Los obispos venezolanos vienen a hablar con el Papa y el Vaticano ha estado siempre muy interesado en ver qué solución pacífica y qué solución -ojalá democrática- se le puede encontrar a esa crisis venezolana y esa siempre ha sido también nuestra posición. Nosotros somos el país al que más le interesa una buena solución a Venezuela, porque somos el país que más pierde o más gana con lo que suceda en Venezuela”, sostuvo Santos. Fin de la cita de la prensa.

Debemos desechar el espejo colombiano y el doble juego de Juan ;Manuel Santos: agredir y luego hacer las veces de mediador. Lamentablemente el Vaticano le hace el juego.

De verdad, pregunta uno: ¿Qué validez puede tener que la diplomacia Vaticana intente ventilar nuestros asuntos en Colombia? Ya hemos advertido que el Nuncio del Vaticano en Venezuela es más bellaco que cura. Una cara de mafioso…

Estos juegos seudo diplomáticos son inaceptable. De verdad cree usted estimado lector que Colombia es una democracia. Si Santos mismo es parte de una casta aristocrática que viene de la colona. Esa casta se nutrió de las ambiciones ginecocráticas de las hermanas Ibáñez en plena guerra de independencia y que se extienden hasta el sol de hoy prevalidos de matrimonios endogámicos, guerras internas, apoyo militar extranjeros, agresiones. Mafia. Lo invito a leer un libro de 1993: Como nos gobiernan en Colombia, de Rogelio Villamizar. Ya daremos detalles, pero Villamizar advierte que Colombia se ha nutrido de las mafias y de la droga desde hace rato. Ahora de la OTAN.

¿De qué democracia habla esta gente?. Asqueroso. Y lamentable porque ciertos políticos, periodistas, empresarios, no lo entienden. Se amenaza a Venezuela como si nada.

Se cansa uno, dijo el trujillano. Las calles de Caracas y muchas ciudades de Venezuela no puede estar en manos de la ilegalidad o el irrespeto a las leyes. Pero bueno, quizás estos campamentos turcos a instalarse por Cúcuta y otras regiones fronterizas del otro lado, puedan servir para albergar al menos unos diez mil de los peores ilegales irrespetuosos de nuestras leyes que han llegado del otro lado. Así verán que el que corre es Santos y su oligarquía. Lo que es igual no es trampa. ¡Eureka¡

¿Saben las autoridades lo que ocurre en la abandonada Torre Viasa, en manos de ilegales procedentes de un país vecino, quienes hacen negocios que jamás un venezolanos podrá hacer más allá del Río Táchira. Fabricas de tostoncitos, caramelos, alquiler de puestos para buhoneros, sabrá Pepe. Justo al lado de la oficina de impuesto nacional y la sede de la Defensoría del Pueblo. Amigo Constituyente: ¿tu crees que esto debe continuar?, vieja pregunta.

Hay que ordenar el territorio, señores.

Caracas sigue llena de tienda de pantaletas colombianas, como el país. Eso no lo explican los que dicen que nuestra economía está en decrecimiento y no hay reacción. Tampoco lo admite el señor Santos. A despertar!

La oposición va a pasar a la historia como un asunto para la vergüenza de las próximas generaciones. Venezuela merece respeto. Venezuela no es la Colombia que en noviembre 1902 acabó la guerra de los mil días en el barco Wisconsin, acorazado militar gringo anclado frente a las costas de Panamá. Eso no culminó en Neerlandia en octubre de 1902, como dicen algunos, incluyendo a García Márquez en sus relatos. La historia es real y cruel. Justamente un año después, noviembre de 1903 los gringos separaron Panamá de Colombia. Luego Teddy Rooselvelt, mandatario gringo, dijo: I took Panamá.

Por favor no nos miremos en el espejo de Colombia. Es una vergüenza. Ni democrática ni soberana. Otanista y sionista, eso es lo que es Bogotá. Resolvamos nuestros asuntos. Lo que haya que corregir que se corrija. Pero rechazamos en todos los terrenos la injerencia imperialista-sionista, oligarcona bogotana.

¡Viva Venezuela!