,

Luis Fuenmayor Toro: Entre invasiones vivimos

Invasión EEUU Venezuela

Donald Trump, consentido de Maduro y del PSUV al principio de su gobierno, ha señalado que todas las vías de presión sobre nuestro país están sobre la mesa


Luis Fuenmayor Toro

Reales o imaginarias, las invasiones han estado presentes en la vida política venezolana de los últimos 18 años. Unas, las más publicitadas por el Gobierno, se refieren a supuestas agresiones imperiales y llevan, casi inmediatamente, a una algarabía en todo el ámbito nacional con supuestos preparativos para resistir y derrotar al invasor gringo. Lo que hemos visto y oído estas semanas ya lo hemos sufrido en el pasado cercano de la Venezuela bolivariana. Más que guerra, se trata de propaganda de guerra utilizada políticamente contra los opositores, tanto los tradicionales agrupados en la MUD como los generados por la disidencia chavecista. En esta ocasión pareciera que se quiere ir más lejos que en el pasado, no en los preparativos para la defensa nacional, que producen desde risas hasta indignación por el trato que se le da a ancianos y minusválidos, sino en la utilización de la inventada amenaza para limpiar el camino de las gobernaciones de seres indeseables, no por su asociación con los enemigos de la patria sino por la posibilidad de su triunfo electoral.

Donald Trump, consentido de Maduro y del PSUV al principio de su gobierno, ha señalado que todas las vías de presión sobre nuestro país están sobre la mesa, razón más que suficiente para programar el espectáculo televisivo en directo que hemos presenciado. No estoy diciendo que EEUU no pueda invadir a Venezuela, pues esa sería una afirmación irresponsable. El gobierno gringo ha demostrado durante siglos su pasión invasora en América Latina y en el mundo. Son unas dos centenas de incursiones armadas en América, varias veces con permanencias prolongadas en los países afectados, sin contar las intervenciones a través de otros, incluso de nacionales de los países víctimas. Hay otras invasiones menos publicitadas: la de las FARC y el ELN hace varios años, la de Cuba con sus misiones de solidaridad, la del Frente Simón Bolívar en los llanos de Apure, la de los mineros extranjeros en Bolívar. Estas no le preocupan al alto gobierno, las auparon y les parecen normales y deseables, con lo que se hacen también reos de traición a la patria.

El Gobierno venezolano sabe muy bien que no hay ningún buque de guerra estadounidense navegando hacia nuestras costas para efectuar ningún desembarco. Por ello su actitud es la de hacer propaganda de guerra con miras a unir a sus votantes, apresar a los líderes opositores que están al servicio de la “planta insolente invasora”, justificar las carencias que existen desde hace años, como si fueran las consecuencias de las amenazas y acciones actuales del imperio, y justificar una suspensión electoral si la MUD logra presentar candidatos unitarios en la inmensa mayoría de las gobernaciones, lo cual sí significaría un verdadero peligro, pero no de guerra sino de derrota electoral total. Ya una de las lideresas actuales de la ANC dijo que los cientos de buques con medicinas y comida, que estaban en nuestras costas, no podían ser descargados porque las medidas financieras de Trump nos impedían pagar lo adquirido. Puro embuste. Ni existen esos barcos atestados de productos en nuestras costas, ni las medidas de Trump impedirían su pago si existieran.

Estamos contra la injerencia de otros países en nuestros asuntos. Mucho más si esta es una invasión armada. Nadie tiene que venir a decirnos cómo se hacen las cosas o a obligarnos a hacerlas de determinada manera. El suelo patrio es sagrado, para ponerme un poco retórico. Nuestros gobernantes, por otra parte, no pueden actuar irresponsablemente y exponer al país a peligros ante nadie y, mucho menos, ante potencias imperiales poderosas. Eso de estar retándolas permanentemente, como si se tratara de un enfrentamiento de borrachos en un bar es inaceptable. Si traidor es quien se coloca al lado del invasor, también es traidor quien hace todo lo posible por ser invadido y debe ser castigado en la misma forma. La contradicción entre este lenguaje belicoso y la donación de Citgo de 500 mil dólares, para la toma de posesión de Trump, desnuda la cobardía del Gobierno. También lo hace el caso de la reciente donación de 5 millones de dólares, para los afectados del huracán Harvey en Houston. ¿Querrá Maduro congraciarse con EEUU y con la comunidad internacional? Si lo quiere, que utilice su dinero.

Por último. Hacer un espectáculo televisivo con supuestos entrenamientos militares de venezolanos civiles, decididos supuestamente a enfrentar la invasión gringa, en los que se presenta a ancianos, a discapacitados y a personas que sufren de acondroplasia, es una demostración de inhumanidad enervante por parte del Gobierno y del alto mando de la FAN. Utilizar a una anciana paralitica, en una silla de ruedas, cargando el fusil con el que defenderá a Venezuela de las tropas invasoras, no sólo es censurable ante el irrespeto a la condición humana; es además una demostración evidente de insanía mental, situación que pareciera haberse extendido peligrosamente en el alto gobierno. Igualmente, ver a grupos de ancianos realizando ejercicios y entrenamientos fingidos es una irresponsabilidad para con los actores y para con la patria. Lejos de dar la impresión de una unidad nacional total alrededor del gobierno y de la FAN, ante la invasión extranjera de la mayor potencia del mundo, da una sensación de debilidad inquietante e incluso causa hilaridad en muchos.

Como dicen los jóvenes hoy: hay que ser serios. Y añado: también responsables. Esto se le exige al Presidente, al Ministro de la Defensa, al alto mando militar, a la alta dirección del partido de gobierno, a sus diputados, gobernadores y alcaldes. Dejen de jugar irresponsablemente a la guerra. Una ANC, que supuestamente garantizaría la paz, nos estaría llevando a una guerra con EEUU, si atendemos el discurso del Ejecutivo. Ese sería su más grande y absoluto fracaso.