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Editorial | El parapeto

corrupción Venezuela

La burocracia se burla de los venezolanos con el cuento de la lucha contra la corrupción


La historia va más o menos así: Un buen día el madurismo decidió que era momento de perseguir a la corrupción. Parece falso, podría decir cualquiera. ¿Cómo es eso que después de tantos años de latrocinio finalmente alguien está dispuesto a investigar, a meter la mano en el lodazal, pero sobre todo con el visto bueno de quienes por su papada y opulenta forma de vida se delatan? ¿Qué bicho raro les picó? Pocos dentro de la cúpula que gobierna al país, poquísimos, podrán demostrar que ellos y sus familiares llevan una vida honesta, en concordancia con el salario de un funcionario público que en las últimas dos décadas se ha desempeñado como tal. Muchos, en cambio, pasaron de ser limpios de solemnidad a convertirse en magnates, en burócratas enquistados en un aparato de corruptela. Vamos, son unos enchufados con séquito y conexiones por doquier. A pesar de los discursos sobre el socialismo y la revolución, quedan en evidencia; al fin y al cabo, ni la tos ni la plata se pueden ocultar. Es una casta que exuda dólares preferenciales. Ese mismo grupete ahora quiere encabezar la lucha contra la corrupción y habla de robos en Pdvsa o en Cadivi/Cencoex. Oh, sorpresa, hay sobreprecios. Oh, qué horror, han desfalcado a la nación. Hablan como marcianos que aterrizaron antier en esta tierra de gracia, como si no formaran parte de un sistema corruptor hasta los tuétanos, sistema que ha sido la base del éxito de la “revolución”. A través de la proliferación de los negocios sucios se ha embarrado a tanta gente como ha sido posible para engrosar el mecanismo de complicidades. Los herederos de semejante maquinaria de destrucción moral e institucional son los que ahora meten preso a fulano o a mengano, pero se hacen los locos al momento de atrapar a los peces gordos que, por decir lo obvio, son ellos mismos. ¿O es que Rafael Ramírez, actual embajador de Venezuela en la ONU, no fue presidente de la corrupta empresa petrolera? ¿Acaso Manuel Barroso no fue el encargado de manejar Cadivi? ¿Quiénes han sido los ministros en materia de infraestructura, agrícola o de alimentos, por nombrar alguna de las carteras que han sido un saco roto? El bojote se les ve cuando encarcelan a unos, pero no investigan sus conexiones, muy cercanas al “Gigante”, cuando sin profundizar dan por buena la palabra de Odebrecht, trasnacional de la corrupción, cuando dice que Maduro, en sus tiempos de canciller, no recibió dinero de las coimas para conseguir contratos, a pesar de que las investigaciones apuntan hacia lo contrario. Por eso el show anticorrupción es un parapeto, un irrespeto más a la decencia nacional, un mal chiste.