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Crónicas bolivarianas | Maduro, sucesor de Raúl Castro

Maduro, sucesor de Raúl Castro

Seguro que a la coronación invitan a Papa Pancho. Y a los capos de la narcoguerrilla colombiana. Y al gordito de Norcorea. Y a Zapatero…


O.E.

Maduro será el sucesor, en línea directa, de Raúl Castro pero, en indirecta, del mismísimo Fidel, que es lo tiene verdadera significación histórica.

Los presidentes de una república, o republiqueta, renuncian. Los sangre azul, abdican. Los lectores se servirán recordar que la abdicación ya estaba programada para el próximo enero. Demasiado pronto, concluyó Raúl, quien terminó solicitando prórroga hasta abril. 60 años de torturas, carcelazos, de ¡apunten, fuego!, es poco tiempo. Le quedaban pendientes uno que otro fusilamiento, aparte de algún milloncejo disperso, por ahí, que nunca sobra.

“¡Quién iba a creerlo!”, diremos algunos. “El Enano, mental y moral, más larguiancho del Mundo (1,85 mts x 1,85 de esteatopigia) ¡monarca de Venecuba o de Cubavén!”.

Me parece verlo y oírlo todo, en vivo, directo. Orondo, baboso, mentecato, vitoreado por la concurrencia. Seguro que a la coronación invitan a Papa Pancho. Y a los capos de la narcoguerrilla colombiana. Y al gordito de Norcorea. Y a Zapatero. Y a Daniel Ortega, con todo y sus estupros. Mugabe y el “Chapo” Guzmán, se excusarán por fuerza mayor, pero seguro mandan padrinos.

Coronarse monarca de ambas naciones fue el anhelo más caro del supuesto “!Gigante!”. Pero se interpuso el furúnculo asesino ¡Celos malditos celos! que le “inoculó” el mismísimo Fidel.

Lo que vino después, se movió a velocidad de película muda. Fidel falleció. Muerte natural. Más por demonio que por viejo, en su caso. Raúl, no menos cruel, decrépito, pero mediocre, holgazán, nepote, intentó traspasarle la corona a uno de sus hijos “¡Y tener que quedarme, con toda esta boloñota en Cuba? —replicó el muchachito— ¡Qué va oh! ¡Lo que soy, yo, me largo para Disney World!”.

Algo olía mal en todo esto. Al final, resultó un complot urdido por el mismísimo Imperio. ¡Qué, CIA, ni qué invasión de los marines! Con monarcas como “ese” no hay Venezuela ni Cuba que subsista.