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Gustavo Luis Carrera: ¿Abstención o rechazo?

Abstención Regionales

Abstenerse de caer en una celada no sólo es una protección de sí mismo, sino que, por igual, desenmascara al felón, es un gesto de activo repudio


Gustavo Luis Carrera

En principio, abstenerse es no pronunciarse, no tomar posición ante un dilema o una coyuntura controversial. Así, en la esencialidad, abstenerse es el equivalente de mantenerse fuera del plano de la acción y de la escogencia planteada como opción. Parecería que abstenerse es no contaminarse, no involucrarse. Pero, es asunto de real complejidad; sobre todo con relación a la abstención electoral.

LA LIBRE Y DECIDIDA ABSTENCIÓN. La abstención en materia electoral puede ser una decisión de amplia permanencia en el tiempo, hasta hacerse un hábito. Existen abstencionistas por costumbre y desinterés. Pero, también queda abierta la posibilidad de abstencionistas no voluntarios; son aquellos que no votan por impedimentos permanentes o circunstanciales: ya sean razones de salud o de posibilidades de traslado, o de confusión ante reubicaciones arbitrarias por parte del Consejo Electoral. En todo caso, la libre abstención es una opción valedera, que sólo da cuentas a su propio ejecutor.

LA ABSTENCIÓN MOTIVADA ES CIRCUNSTANCIAL. El acto de abstenerse en determinado contexto social y político es puntual, específico, en función de las condiciones imperantes. En suma, es el derecho que tiene cada quien de juzgar si su voto elige realmente, o si sólo sirve de validación de un fraude; y actuar en consecuencia. Justamente el temor al evidente repudio que está implícito en la abstención programática, lleva a los regímenes autocráticos y dictatoriales a imponer la obligatoriedad del voto; de este modo pueden exhibir internacionalmente una alta participación electoral, que valida en apariencia un acto electoral de candidato único, de partido único, y de ganador frente a sí mismo. A la postre, la abstención motivada, en su condición ocasional, es una facultad analítica actuante, que se traduce en una omisión activa, y valga el oxímoron.

EL RECHAZO ABSTENCIONISTSA NO ES UN FIN. Cuando la abstención es un rechazo, no es una evasión, sino una repulsa; o sea: es denegar, no admitir una propuesta. Abstenerse, en este caso, es una forma de protestar. De hecho, se trata de una abstención crítica, activa, en repudio de un acto de inmoralidad política y de vulgar demagogia publicitaria. A la postre, es necesario indagar qué hay detrás de una abstención colectiva en un proceso electoral. ¿Desinterés o toma de conciencia? No es posible juzgar por apariencias o estadísticas. Básicamente, es un repudio. Sin embargo, la abstención no es un fin en sí misma. Siempre parecerá que es parte de una estrategia mayor.

VÁLVULA: «La abstención motivada por condiciones adversas a la transparencia y la equidad electorales, lejos de ser un acto de evasión, es un gesto de activo repudio, de rechazo al tramposo juego de las apariencias. Abstenerse de caer en una celada no sólo es una protección de sí mismo, sino que, por igual, desenmascara al felón. Pero, la abstención no se basta, no es un fin en sí misma. Tiene sentido y eficacia si forma parte de una estrategia mayor, que se plantea el tiempo subsiguiente».     

glcarrera@yahoo.com