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Gustavo Luis Carrera: Democracia = alternabilidad

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Venezuela no escapa del contagio antidemocrático representado por el propósito continuista, aunque el principio de la alternabilidad en el ejercicio del gobierno está en la Constitución Federal de 1811


Gustavo Luis Carrera

Cuando se piensa en democracia, se incluye en ella la idea de cambio, de sustitución libre y transformadora del sistema de gobierno. Sin duda es así porque el fundamento democrático presupone el concepto definitorio de la alternancia en el ejercicio del poder alcanzado por la vía electoral. Y un mandatario prolongado en su permanencia termina por igualarse con el monarca vitalicio; negando el espíritu básico de la democracia real.

DEMOCRACIA ES REALMENTE ELEGIR. No cabe duda de que el sistema democrático exige el cumplimiento de elecciones libres y limpias: o sea, de elecciones verdaderas. No de la simulación electoral de regímenes dictatoriales que sólo amparan la permanencia vitalicia de un gobernante, negando la indispensable alternabilidad. Los mandatarios eternizados en el ejercicio autocrático del poder están esparcidos por el mundo: en Corea del Norte, en Rusia, en Cuba, en Bielorrusia, en Bolivia, en Nicaragua; y han querido lograrlo, personal o familiarmente, en Zimbabue, en Argentina, en Ecuador, y en un largo etcétera.

DEMOCRACIA ES ALTERNABILIDAD, NO CONTINUISMO. Venezuela no escapa del contagio antidemocrático representado por el propósito continuista. Aunque el principio de la alternabilidad en el ejercicio del gobierno está en la Constitución Federal de Venezuela de 1811, y se explicita en la Constitución de 1830. Los gobiernos autoritarios y dictatoriales alteraron este fundamento democrático, amparando las apetencias monárquicas de falsos demócratas o de ostensibles dictadores. El poder es un vicio, como lo son las drogas y la riqueza. Y a ello se suma la bárbara y perniciosa idea que el mandón se hace de su derecho a ser el capataz de un pueblo de por vida. Pero, nada contraviene la conclusión de que los hechos pasados y presentes confirman que la sanidad política del principio de la alternabilidad es irrefutable.

INSUPERABLE RECHAZO AL CONTINUISMO. Muy cerca, en la proximidad de nuestra historia, tenemos una insuperable expresión de vigoroso rechazo al continuismo, vicio pernicioso de gobernantes y mandones. Estas son esas palabras de magistral sentido histórico, dejadas, hace prácticamente dos siglos, como previsora advertencia por Simón Bolívar: «La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle, y él se acostumbra a mandarlo; de donde se originan la usurpación y la tiranía». (Discurso al Congreso de Angostura. 15 de febrero de 1819).

VÁLVULA:  «En uso digno y aleccionador del pensamiento de Simón Bolívar -y no en su empleo oportunista y demagógico, como ocurre a diario- son inmejorables sus palabras contra la permanencia contumaz de los gobernantes; y vale reiterarlas: «Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder».                                                                 glcarrera@yahoo.com