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Hijos de Maduro y Cabello tenían «puerta franca» en el «bunker» de Saab

Dos jóvenes adinerados tenían libre acceso a los espacios reservados del magnate apresado en Cabo Verde: Nicolás Maduro Guerra y David Cabello Contreras, hijos de Nicolás Maduro Moros y de Diosdado Cabello Rondón, respectivamente

Manuel Isidro Molina

La detención de Alex Saab en Cabo Verde, África, es el nuevo dolor de cabeza del presidente venezolano Nicolás Maduro. Y no es para menos: el gobierno del presidente Donald Trump montó cacería del empresario colombiano -abogado oriundo de Barranquilla, amigo de la ex senadora Piedad Córdova- acusándolo de lavador de millones de dólares y, de paso, «testaferro» de NM.

El impacto de la noticia fue tremendo, principalmente en Venezuela, Colombia y Estados Unidos, con efectos internacionales de pronóstico reservado.

Enconchado en El Rosal, Caracas

El multimillonario negociante colombiano hizo una gigantesca fortuna en Venezuela, después que la entonces senadora colombiana Piedad Córdova lo presentara con el entonces presidente Hugo Chávez Frías, quien le otorgó alta confianza y disposición a encargarle negocios de importancia para el gobierno venezolano.

Saab se estableció en la costosa urbanización El Rosal del este de Caracas, en «Torre Galipán», ocupando los pisos 4, 10 y 11, reservado éste último para su uso personal: oficina y vivienda, especialmente después de que fuera solicitado por la justicia estadounidense y se le abrieran sendas averiguaciones por legitimación de capitales en Colombia, que recientemente concluyeron en la incautación de varios inmuebles -principalmente en su natal Barranquilla- valorados en unos 7,5 millones de dólares.

Personas con acceso al interior de esas dependencias empresariales, testimonian que «tenía su cocinero personal, colombiano, que se llevaba para todos lados, incluso cuando viajaba» por Venezuela o hacia destinos en el exterior. «Su plato preferido, con mucha frecuencia, son los ‘Warak Dawali’, envueltos de carne guisada en hojas frescas de parra».

Fuera de los negocios, muy pocas personas tenían acceso al piso once de la Torre Galipán: «el personal de las empresas se mueve en los pisos 4 y 10, pero al 11 no sube casi nadie». Sus escoltas lo garantizaban, y el misterio y la distancia hacían lo demás.

Las puertas del piso 11 del Centro Galipán, estaban siempre abiertas para Nicolás Maduro Guerra, hijo de Maduro Moros.

Jóvenes con acceso

Sin embargo, dos jóvenes adinerados tenían «puerta franca» a los espacios reservados de Saab: Nicolás Maduro Guerra y David Cabello Contreras, hijos respectivamente, del presidente Nicolás Maduro Moros y de Diosdado Cabello Rondón, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente; presidente y primer vicepresidente del Partido Socialista Unidos de Venezuela (PSUV), principal organización política en el país y del Gran Polo Patriótico, la alianza política gubernamental venezolana.

David Cabello Contreras tenía puerta franca en el «bunker» del capo Saab. En la gráfica junto a su padre, el teniente Diosdado Cabello Rondón.

Vínculos con Banplus Banco Universal y Mercosur Casa de Bolsa

Las empresas de Saab tienen múltiples vínculos de negocios en Venezuela y a nivel internacional. Según el diario bogotano El Tiempo, las autoridades estadounidenses le seguían los pasos a sus movimientos bancarios con «jugosos giros desde  }México, Hong Kong, los Emiratos, Venezuela, Suiza y Turquía»; y la «DEA y el FBI planeaba darle un golpe de mano, siguiendo por satélite los movimientos de su flotilla de aviones que se mueven por Venezuela, Alemania, Rusia, Italia e Irán».

En Venezuela, Saab sostuvo negocios privilegiados con Banplus Banco Universal para la tramitación y manejo de millones de dólares a tasa preferencial, desde el Banco Central de Venezuela (BCV), Cadivi y Cencoex. Estos nexos financieros incluían a Mercosur Casa de Bolsa, también ubicada en  El Rosal -Torre JWM, avenida Venezuela-, la cual mantiene relaciones con el gobierno venezolano desde tiempos del extinto presidente Hugo Chávez, a través de su homónimo hijo Hugo Chávez Colmenares.

«Su cocinero personal, colombiano, que se llevaba para todos lados, incluso cuando viajaba» por Venezuela o el exterior. Su plato favorito: los ‘Warak Dawali’, envueltos de carne guisada en hojas frescas de parra»

Nexos con el gobierno de Maduro

Los era un secreto a voces, fue confirmado por la cancillería venezolana, una vez apresado Alex Saab en Cabo Verde, el viernes 12 de los corrientes. El canciller venezolano Jorge Arreaza emitió una insólita comunicación oficial declarando al empresario colombiano privado de libertad en África, como agente gubernamental con pasaporte diplomático y ciudadanía venezolana. En su cuenta de Twitter trinó:

«#COMUNICADO | Venezuela denuncia la detención arbitraria e ilegal del ciudadano venezolano, Alex Nain Saab, por parte de Interpol, cuando se encontraba en tránsito en la República de Cabo Verde, sumándose a las acciones de agresión, bloqueo y asedio de EEUU contra nuestro país».

El enredo ha sido mayúsculo, y ahora se espera por la decisión de la justicia de Cabo Verde, que deberá considerar la petición de extradición de Saab por parte de Estados Unidos, con base en procura judicial de una corte de Manhattan. Este proceso, según se ha informado, podría durar semanas o meses, lapso en el cual la puja política entre Caracas y Washington subirá de tono y cambiará de colores a ritmo trepidante: para Trump, la  extradición de Saab es como una «joya de la corona» por todo lo que presumen en EEUU, sabe el negociante colombo-«venezolano» sobre el gobierno de Maduro y sus manejos financieros internacionales; mientras que para el gobernante caraqueño, el salvataje de Saab opera como un resguardo de secretos de Estado y no tan «de Estado» que pudieran ser armas mortales en manos de la DEA, la CIA, la OFAC y la corte de Manhattan y  tribunales de Nueva York y La Florida, donde cursan causas penales contra jerarcas gubernamentales venezolanos, en medio del bloqueo extorsivo que le ha tejido Washington a la economía venezolana.

manuelisidro21@gmail.com