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Mujeres warao rompen cuarentena para buscar comida en Delta Amacuro

Mujeres indígenas waraos, agobiadas por el hambre, rompieron el encierro colectivo establecido en las comunidades étnicas del estado Delta Amacuro. Las artesanas warao, con tapabocas y sus artesanías a cuestas, violentaron el confinamiento y tomaron carretera en busca de intercambios de sus productos por alimentos. La reacción es provocada por el hambre que golpea a las familias indígenas y por el aislamiento prolongado debido a las medidas sanitarias impuestas por las autoridades venezolanas para prevenir el COVID-19.

Se confirmó a través de fuentes cercanas que las familias warao atraviesan una situación crítica en la comunidad de la Playita de Volcán, asentamiento indígena localizado a 20 kilómetros de Tucupita. Además, se comprobó que son grupos étnicos desplazados de sus comunidades originarias, como San Francisco de Guayo, Murako, Jobure de Guayo y otros caseríos waraos con aguda desasistencia sanitaria y afecciones crónicas en sus comunidades, tales como el VIH, la malaria, y fuertes carencias, como el empleo y servicios básicos.

Al respecto, la diputada de la Asamblea Nacional y miembro de la Comisión Permanente de los Pueblos Indígenas de la Asamblea Nacional, Larissa González, aseguró que “las comunidades waraos del Delta se encuentran sin agua, sin luz, sin escuelas, sin maestros, y el hambre golpea a los niños, mujeres y adultos ante la mirada indolente del Gobierno de turno” señaló. En su posición, la parlamentaria describe la situación de los pueblos indígenas como crítica por el aislamiento permanente y por el cúmulo de carencias sanitarias, alimentarias y de educación, que los obligan a abandonar sus comunidades.

Euclides Hernández, miembro de la asociación de artesanos waraos en el sector del cruce de Volcán, asegura que hay un colapso de la comercialización de las artesanías por la cuarentena obligatoria. Debido al encierro social “ningún artesano puede llegar al centro de la ciudad, por lo cual el hambre se está apoderando de las familias waraos”, sostuvo Hernández.

En el estado Delta Amacuro, la falta de transporte y la restricción de circulación por la medida de la cuarentena impacta negativamente en el intercambio y comercialización primaria de 120 comunidades indígenas del bajo Delta y Pedernales, situación de aislamiento que se traduce en hambre, desolación y miseria en las comunidades más vulnerables de la zona.

Con información de El Pitazo